Crítica: Hit Man (Cómplices del engaño) o la consagración de Glen Powell

Richard Linklater se ha reunido nuevamente con Glen Powell para traer Hit Man, una comedia de acción de la que todo el mundo está hablando; se trata del retorno de Linklater al cine y la consolidación de Powell como uno de los actores del momento.

Y es que no cabe duda de que Glen Powell es uno de los actores más populares en la actualidad. A pesar de llevar más de veinte años en la industria del entretenimiento, su carrera despegó (finalmente) gracias Top Gun: Maverick (2022, dir. Joseph Kosinski) donde demostró toda su carisma ante el gran público. Un año más tarde protagonizó junto a Sydney Sweeney, Anyone But You (2023, dir. Will Gluck) la película más rentable con un presupuesto mediano del año pasado. Pero con Hit Man (Cómplices del engaño. 2024, dir. Richard Linklater) se consolida no sólo como un gran actor, también como un buen contador de historias. Y sobre todo un verdadero amante del séptimo arte. Si quieres saber a qué me refiero con ello, sigue leyendo, porque compartiré contigo no sólo mi humilde opinión de la película, también otros datos que tal vez desconocias.

¿De qué trata Hit Man?

Hit Man es la historia de Gary Johnson (Glen Powell) quien es, en teoría y apariencia, un insípido profesor de filosofía de la Universidad de Nueva Orleans. Sin embargo, Gary también tiene habilidades relacionadas a la informática, por lo que desempeña un segundo trabajo en el Departamento Policial de Nueva Orleans. Allí se encarga de manejar los equipos tecnológicos en una van encubierta, mientras que Jasper (Austin Amelio), uno de los policías del equipo es quien sale al terreno haciéndose pasar por un supuesto asesino a sueldo para capturar delincuentes y/o posibles clientes.

Un día, Jasper no puede participar en una operación y los otros dos miembros del equipo, deciden que el ideal para suplantarlo es, nada más y nada menos, que Gary. Pero resulta que cuando él asume su papel, asombra a sus compañeros con su habilidad innata para camuflajearse y solicitar confesiones y pagos de clientes potenciales. De hecho, entiende tan bien su misión que su índice de confesiones pronto supera al de Jasper. Todo marcha bien hasta que un día Gary, personificado a Ron, una de las tantas personalidades de falsos asesinos a sueldo que se inventó, conoce a Madison (Adria Arjona), una cliente diferente a las demás. Ella no busca venganza como los otros, ella quiere asesinar a su marido controlador y abusivo. Gary, quiero decir, Ron le aconseja que tomé el dinero con el que le iba a pagar y huya. A partir de allí empieza la verdadera acción, y veremos cómo romper el protocolo tendrá consecuencias para Gary, manteniéndonos en vilo mientras descubrimos hasta dónde llegará para equilibrar un nuevo amor y su trabajo paralelo con la NOPD, del que claramente disfruta.

"Inspirado en" no es igual que "basado en"

Al inicio de la película, un pequeño cartel nos advierte que la historia que estamos a punto de ver está "inspirada en hechos reales", y tiene sentido que sea así porque si leemos la verdadera historia de Gary Johnson nos damos cuenta que pide a gritos una adaptación cinematográfica. Y eso fue lo que vi Glen Powell cuando leyó la historia por primera vez en un artículo escrito en el Texas Monthly por Skip Hollandsworth. Por años el actor quiso llevar la historia a la gran pantalla, se asoció con Jason Bateman y Michael Costigan quienes también estaban interesados en llevar al cine la historia. Glen pensó en Richard Linklater para dirigirla, después de todo ya habían trabajado juntos en dos ocasiones. Cuando se pusieron en contacto, descubrió que por casualidades de la vida Linklater también había hecho el intento de adaptar la historia pero se había rendido porque, según él, le faltaba un buen tercer acto. Entonces Glen le propuso trabajar juntos en un nuevo guión y así fue, el resultado final es el que vemos en pantalla.

Allí es donde entra en juego la diferencia entre "inspirado en" y "basado en" porque aunque Gary Johnson existió y gran parte de lo que vemos en la película ocurrió en la vida real, otras están inventadas. Pero no te preocupes, eso te lo explican al final librándote de spoilers, por mi parte, tampoco te diré que ocurrió y que no, lo mejor es averiguarlo.

Una gama de géneros

Y es que la película no tiene desperdicio. Empezando por el guión, el cual es una montaña rusa que va de un género a otro, entre una escena a otra. Me hace gracia, y a la vez me parece injusto, encasillar la película como “comedia de acción” porque, aunque encaja muy bien en este género, no vemos una sola escena violenta en toda la película, pero tampoco podemos etiquetarla solo bajo este género porque la película tiene mucha comedia romántica y hasta tintes de thriller noir. Por momentos también funciona muy bien como disección a las películas que realmente pertenecen a este género, pero lo hace a modo de respeto, como tributo.

De hecho, no son las únicas referencias a películas que apreciamos en la película. Glen Powell en la piel de Gary, personifica diferentes asesinos a sueldo, que van desde un matón ruso hasta un hombre de campo, pero también vemos personajes muy similares a Patrick Bateman de American Psyco, o Jarvien Bardem en No Country for Old Men.

No es extraño tampoco ver estas referencias y esa gama de géneros que se entrelazan entre sí para crear una película bastante redonda. Recordemos que detrás del guión está Richard Linklater, un cineasta capaz de dirigir películas maravillosas y muy diferentes entre sí como la comedia Dazed and Confused, la trilogía romántica Before, y el coming of age Boyhood. Mientras que Glen Powell es un actor que finalmente ha llegado a la cúspide por el respeto y la pasión que ha demostrado por su trabajo, eligiendo proyectos y vinculándose de lleno a ello.

Si quiere saber más del trabajo de Glen Powell, todo lo que hizo antes de Top Gun: Maverick y todo lo que está haciendo ahora mismo, he escrito un artículo analizando su carrera.

Glen Powell, un actor de verdad

Si hablamos de Hit Man, hablamos de Glen Powell porque está es su película. Así como desbordó carisma en Top Gun y Anyone But You, aquí también lo hace. Pero también despliega sus atributos histriónicos como nunca antes. Primero lo vemos convertido en Gary, un hombre anodino, pero pronto lo vemos entrar en acción, paseándose de un personaje a otro sin perder la esencia de Gary, y por eso resulta tan convincente. El actor además demuestra su talento innato para la comedia (ya lo había demostrado en Scream Queens, pero injustamente muy pocos vieron la serie). Él brilla en las casi dos horas que dura la película. Sin embargo, su interpretación está complementada por el excelente trabajo de maquillaje, que convierte a Powell en un verdadero camaleón.

Claro, sería injusto hablar sólo de él cuando su co-protagonista, Adria Arjona, es una adición muy potente a la historia brillando como esta mujer herida/inestable emocionalmente que flecha al personaje. Mientras que el resto de los secundarios cumplen muy bien, a pesar de tener apariciones muy puntuales.

Richard Linklater corría el riesgo de quedar náufrago en una tierra de nadie intentando mezclar tantos géneros. Sin embargo, encuentra un equilibrio perfecto y el resultado es una película sexy, hilarante y a la vez entrañable con un Glen Powell en estado de gracia.