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Wednesday: Cuando la melancolía se hace protagonista

Spoilers

Con dos chasquidos de dedos me tomo el atrevimiento de abrir un portal que nos introducirá a un universo colmado de palabras, todas ellas consagradas a uno de los últimos éxitos del 2022 realizados por Netflix e intitulado "Wednesday". La serie recibió esta denominación debido a que el rol protagónico principal de la misma recayó en la hija menor de aquella “familia muy normal” cuyo origen se remonta a la historieta del año 1938, creación del dibujante estadounidense Charles Addams bajo el título de The Addams Family, y que luego se trasladó a la televisión en la legendaria serie de 1964 y posteriormente al cine en la década de los ´90. El chasquido de dedos introductorio que da origen a esta nota no es el mero capricho de un cinéfilo apasionado como el que les escribe, ya que el mismo es utilizado muchísimas veces dentro de este “spin-off” dedicado a Merlina, heroína central de un conjunto de 8 episodios donde también hacen su aparición los demás miembros de su familia, tales como sus padres Homero y Morticia (Luis Guzmán y Catherine Zeta-Jones, respectivamente), su hermano Pericles (Isaac Ordóñez), su tío Lucas (Fred Armisen), entre otros, pero todos ellos apenas como figuras invitadas en algunos capítulos.

El desarrollo argumentativo de la serie focaliza alrededor del personaje de Merlina Addams (Jenna Ortega), oscura adolescente que es internada por sus padres en la academia Never More, una institución educativa destinada a contener a excluidos y “freaks” como ella, luego de ser expulsada de otro instituto de enseñanza. La fórmula ya probada en otras ficciones acerca del ingreso de la protagonista en una nueva escuela debido a su inadaptación en la precedente dando lugar a acostumbradas situaciones, léase conflictos entre grupos de alumnos dominantes, competencias deportivas, bailes estudiantiles, etc., está también presente aquí; sin embargo, el hecho de que el nuevo colegio ostente la tradición de enseñar sólo adolescentes raros, diferentes o que no encajan (sirenas, licántropos, mutantes o con poderes psíquicos), y que la citada institución se halle localizada en las adyacencias de un pueblo habitado por gente “normal” o “promedio”, que ha institucionalizado las raíces culturales sobrecargadas de fanatismo de los primitivos colonos estadounidenses, dará lugar a la exposición de una curiosa articulación de tres órdenes en relación a la intolerancia y la comprensión ya que Merlina se nos revela como el ser más marginal dentro de una gran variedad de fenómenos (ya de por sí raros) debido a su extremada conducta antisocial, su humor que transita diferentes matices que van desde el negro al oscuro, previo paso por lo ciego, y una extraña fascinación por la muerte que turbara a quien establezca algún grado de conexión con ella.

Comparar a “Wednesday” de Netflix con la legendaria serie de “Los locos Addams” de la cadena ABC de los años 1964 quizá sea poco justo ya que la nueva serie no pretende imitarla, pero es menester comentar algunas cuestiones. Si el clásico entretenimiento de los ´60 representó en su momento una de las más ácidas y espeluznantes representaciones de la naturaleza de lo diferente y una transgresión a las formas de convivencia normativizadas, la nueva serie va a virar de la lógica de sitcom familiar gótica, como era en su origen, a centrarse en una suerte de fantasía adolescente con toques sombríos. Si los personajes se adaptan muy bien a esa alteración, hemos de decir que esa modificación se lleva puesto alguna de las características más preciadas de su predecesor televisivo. Entre otras cosas, algo que caracterizaba a la otrora familia Addams era el irrestricto apoyo mutuo a sus peculiaridades. Ante un exterior que buscaba normalizarlos, Homero y Morticia celebraban las rarezas de sus hijosy los estimulaban a desarrollarse en el camino que eligieran. En ese sentido, resulta muy fuerte ver que aquí todo el mundo, hasta su propia madre, le pide a Merlina que se adapte. Por otro lado, si en los pretéritos capítulos de la saga del clan Addams la “normalidad” era una intromisión en la vida familiar a la que se alejaba a fuerza de convicciones propias y personalidad, acá tanto el argumento de la serie como el juego simbólico de la misma va a estar al servicio de una trama e intriga detectivesca en donde la protagonista busca esclarecer quién es el verdadero culpable de una oleada de asesinatos atroces. Sumado a esto, los toques de comedia más disparatados del producto original que podrían ayudar a darle más destello al desarrollo de la historia se terminan extrañando, sobre todo cuando la nueva serie tropieza con ciertos tópicos ya gastados en otras representaciones audiovisuales. Sin embargo, y para ser justos, algo del melancólico espíritu de rebelión de la clásica serie de los ´60 sobrevive en este “spin-off”, el cual es llevado a confrontar con los herederos contemporáneos de uno de los sectores sociales más hipócritas y prejuiciosos de la historia de los Estados Unidos, la de los Padres Peregrinos. Es menester destacar un guiño a la versión fílmica de una “familia muy normal” de los años ´90 con la introducción en la serie de la actriz que interpretó a Merlina en las dos entregas de esa época, aquí encarnando a Marilyn Thornhill, la única profesora “normie” del establecimiento educativo. Singular relevancia adquiere junto a la principal protagonista la aparición de un viejo amigo de Merlina llamado Thing (Dedos), la mano mutilada que acompaña a la familia Addams desde siempre y que aquí, de forma similar al rol ejercido por una mascota, custodia a la protagonista, amén de ayudarla a sortear las más diversas dificultades.

Es muy meritoria la labor interpretativa que del personaje principal realiza Jenna Ortega. Se nota en la joven actriz una profunda compenetración en la construcción de su personaje, lo cual es avalado en numerosas entrevistas por las afirmaciones de los guionistas en relación a lo sucedido al interior del set de filmación y por las entrevistas periodísticas que dio la misma actriz, en donde ella corrobora que llegó a conocer profundamente a su personaje en tal medida de que supo con seguridad qué cosas diría y qué cosas haría a la hora de plasmar su representación. Se vislumbra gratamente un profundo cuidado en el modelado de la figura de ficción por cuanto hace que su esencia parezca prácticamente inalterable en relación a sus predecesoras en películas y series. Justo y necesario es el labrado de un rostro inexpresivo y la locución de punzantes frases por parte de la actriz. El sombrío personaje, además, destaca inserto en una puesta en escena blanqui-negra, con predominancia del negro, en donde la sola aparición de colores, en especial los estridentes, la hace sentir muy incómoda. De allí su inicial resistencia a entablar amistad con su compañera de cuarto Enid Sinclair (Emma Myers), situación que aparecerá reflejada en la disposición escenográfica contrastada de la habitación que comparten, dividida milimétricamente en dos mitades repartidas entre un estallido de arcoíris (correspondiente al sector de Enid) y una especie de cueva de murciélagos (correspondiente al sector de Merlina), lo que es fiel reflejo de las personalidades contrapuestas de ambas. La fortaleza de la composición del personaje queda puesta en evidencia ya que, aun cuando los guionistas de la serie trataron de insertarla en un triángulo amoroso que en nada beneficiaba al personaje y a la historia que se estaba relatando, la actriz supo mantener la coherencia de la personalidad del mismo sin que sufriera resquebrajaduras o vejaciones. Resulta en un gran acierto de parte de la intérprete y sus supervisores la coreografía llevada a cabo en la Rave’N de ese original baile con reminiscencias a “góticos bailando en discotecas”, el cual se volvió tan viral e icónico para la serie y su personaje. El baile de Merlina es respaldado muy positivamente, además, por el acompañamiento de la canción “Goo Goo Muck” de la banda californiana de punk-rock The Cramps, la cual se adecua fabulosamente a la personalidad de Melina, fenómeno gótico, inadaptado e inconformista si los hay, y al de su ambiente de jóvenes marginales y freaks que la rodean.

Bajo la producción de Tim Burton y su dirección durante los primeros cuatro capítulos (de los ocho que componen la hasta ahora única temporada), en la serie podemos encontrar innumerables detalles y referencias a otras producciones, tanto en relación a este consagrado director como a otras obras tanto fílmicas como literarias de otros autores-creadores.

Primero, la historia está enmarcada dentro del género fantástico, habitual en la biografía fílmica de Tim Burton. Lo fantástico en “Wednesday” en oposición a la realidad, por lo que nos va a mostrar un “otro-mundo” que percibimos que se moviliza con leyes propias, en donde intervienen elementos narrativos como la magia, los seres quiméricos, los monstruos, los lejanos y exóticos lugares, etc. Se percibe claramente en la serie una estética visual muy próxima al expresionismo gótico, que busca comunicar el estado interior de los personajes a través de la imagen. La paleta de colores de la serie asemeja a la utilizada en varias obras fílmicas de Burton, sobre todo a la empleada en su película de 1990 El Joven Manos de Tijeras, en donde sus personajes pendulaban entre dos atmosferas contrastantes: uno oscuro y gótico y el otro brillante y colorido. De manera similar, las historias de Merlina y la de sus compañeros de colegio los tienen gravitando entre la piedra y el bosque oscuro de su hogar gótico y las calles brillantes de un otrora pequeño pueblo puritano. Las dos estéticas no deberíanencajar tan bien como lo hacen, pero el toque burtoniano de “Wednesday” logra que el tejido de estos dos mundos se sienta sorprendentemente perfecto. Otra peculiaridad, vinculada a la construcción de los personajes burtonianos, es la representación de un outsider desdoblado, a dos niveles:

En el primer nivel, si por un lado vemos en la protagonista el deseo imperioso de escapar del colegio (y del poblado vecino que lo acoge), debido al marcado carácter anti-social de su personalidad, por el otro lado, cuando se entera de una serie de sangrientos asesinatos sus ansías de evadirse quedan suspendidas momentáneamente y decide quedarse, asumiendo la funcionalidad de alguien distinto a quien realmente es por otro que íntimamente desea ser: un detective a imagen y semejanza de uno de los personajes de la novela que ella escribe durante su estadía en el colegio, llamado Viper de la Muerte, el cual busca descubrir a un asesino encubierto. O sea, donde debería haber unidad se dan dos o más temperamentos.

En un segundo nivel, Merlina es afectada por visiones psíquicas acerca del pasado y del futuro durante su estadía en Never More y en muchas de ellas se le aparece una especie de doppelganger (“otro-yo”), el cual resulta ser un antiguo ancestro suyo llamado Goody Addams: ambos personajes se asemejan físicamente, pero contrastan porque el antepasado es portador de una palidez tanto a nivel del cabello, del rostro y de su vestuario. Pero a pesar de su oposición a nivel cromático ambas figuras parecen compartir mucho en común, además del linaje. Las apariciones de este antepasado son de gran relevancia ya que enlazan los misteriosos asesinatos con la protagonista y su espeluznante familia.

Una referencia central en relación a las producciones burtonianas se vincula a la figura de Edgar Allan Poe y su obra, escritor que ya había sido homenajeado por Burton en su primer cortometraje llamado “Vincent” y que aquí, en “Wednesday”, funciona como vía de acceso subconsciente al tejido argumental de la serie.

Never More y el bosque que la rodea parece menos una institución educativa que una especie de parque temático acerca del reconocido escritor romántico estadounidense del siglo XIX. La institución Never More toma su nombre del poema más famoso del citado escritor llamado “The Raven” (“El Cuervo”) de 1845. Se refiere en la serie, asimismo, que Edgar Allan Poe asistió a esta institución educativa e incluso hay una escultura de su imagen en uno de sus claustros para homenajearlo. Desde las puertas de hierro forjado de Never More hasta la figura del cuervo disecado sentado en el escritorio de la directora Weems (Gwendoline Christie), la figura del cuervo, visitante de medianoche del afamado poema de Edgar Allan Poe, aparece reiteradamente a lo largo de la trama., por ejemplo: Merlina ve cuervos en su visión de la muerte de Rowan y Xavier está pintando el mural de un gran cuervo en una de las paredes del patio. Incluso hay un baile escolar llamado The Rave´N y una isla dentro del predio académico llamada Raven Island. Algunas frases dichas por Poe en su época y que luego se volvieron popularmente conocidas son parafraseadas por Merlina en sus conversaciones: “No creas nada de lo que escuches y la mitad de lo que veas”. A todo esto, se agrega un torneo deportivo anual dentro de Never More que lleva el nombre de uno de sus “alumnos más famosos”, la denominada Poe Cup, en parte una carrera de canoas, en parte una persecución sin reglas, donde cada dormitorio tiene que seleccionar una historia de Edgar Allan Poe como inspiración para nombrar a su equipo, realizar la decoración correspondiente de las canoas y los disfraces, por ejemplo: el equipo de Merlina toma su denominación del cuento de Poe de 1843 llamado “The Black Cat” (“El Gato Negro”). Uno de los cuentos de Poe “The Fall of The House of Usher” (“La Caída de la Casa Usher”) funciona como eslabón para hacer referencia a como se conocieron Merlina y Xavier cuando eran niños y jugaban a las escondidas.

De igual modo a lo que ocurre con la figura de Edgar Allan Poe, la referencia a la escritura y/o a otros escritores también hace su aparición, menos intensamente, eso sí, pero sin dejar de titilar su luz.

La importancia de la escritura es explicitada a través de un ícono muy importante como una máquina de escribir. A lo largo de los diversos capítulos vemos a Merlina ir desentrañando una serie de crímenes que le sirven de material para su propia novela (en construcción). En el episodio seis (6) la Sra. Thornhill le ofrece a Merlina una hermosa copia en tapa dura de la novela de Mary Shelley, “Frankenstein o El Moderno Prometeo”, a lo que recibe como respuesta de parte de la protagonista: “ella es mi heroína de la literatura y némesis”. La escritora británica como pista que nos lleva directo a la novela gótica, donde las intrigas suelen desarrollarse en un edificio viejo, en un castillo o en un monasterio, los cuales sirven para crear la atmósfera de la historia, tal como sucede exactamente con la institución educativa de Never More. Pero a la vez, la autora británica se nos presenta como un desafío a superar para Merlina ya que Mary Shelley escribió su primera novela a los 18 años y nuestra protagonista busca terminar su novela a una más temprana edad.

La referencia al libro de un autor llamado Nathaniel Faulkner, que aporta a Merlina explicaciones acerca del misterio de los Hyde, parece ser un directo homenaje a dos escritores norteamericanos: Nathaniel Hawthorne, novelista y cuentista de numerosas historias de ficción gótica y romanticismo oscuro, el cual supo describir la atmósfera puritana de su época; William Faulkner, cuya obra estuvo enmarcada dentro del modernismo y que describió el ambiente sureño de los Estados Unidos (la aristocracia, los descendientes de esclavos, la clase baja anglosajona, etc.) a través de historias sutiles, cerebrales, complejas y góticas. El protagonismo que adquiere el monstruo Hyde a lo largo de la serie es claramente un directo homenaje a la novela “El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde” del escritor británico Robert Luis Stevenson cuya obra pone de manifiesto un profundo debate acerca de la dualidad del ser humano y la complejidad de la ética personal apresada entre el bien y el mal. Así, no resulta casual que la serie alerte de que el monstruo que motiva la intriga detectivesca no necesariamente hay que rastrearlo detrás de los muros de una institución educativa como la que asiste Merlina y sus demás compañeros, sino que puede ser cualquiera y estar en todas partes, tanto en esa población de Jericó, en apariencia tan normal e inocente como lo fueron sus primitivos colonos ingleses, como en la población en la que vive tranquilamente cualquiera de los televidentes de la serie. Según Merlina “aquellos de los que menos sospechamos son los monstruos más peligrosos, ya que no necesitan garras ni dientes para atemorizar”.

Otra interesante referencia que nos regala la serie es la vinculada al mito del héroe fundador de la ciudad de Jericó, Joseph Crackstone, el cual se enlaza de forma especular al mito del héroe fundador de la ciudad de Springfield, Hans Sprungfeld, pero más conocido por nosotros como Jeremías, y que pudimos redescubrir en uno de los capítulos de la serie animada Los Simpsons, titulado “Lisa la Iconoclasta”. Decimos que el vínculo entre ambos mitos es especular porque si bien las imágenes de esos próceres pueblerinos, y las micro-narrativas que las acompañan, son muy similares al interior de la macro-historia, el desenlace que guarda para ellos la gran narrativa donde están insertados resulta totalmente opuesta. En ambas ficciones las creencias populares acerca de esos próceres fundadores, aun siendo falsas, guardan un peso social y cultural que no pueden ser derribadas con meros argumentos racionales, pero en el caso del capítulo de Los Simpsons Lisa decide no revelar la verdad ya que, desde su perspectiva, esa falacia histórica tiene algo de positivo y de valor porque promueve los mejores sentimientos del pueblo, mientras que en la serie de “Wednesday” la mitología que rodea a la figura de Joseph Crackstone es muy negativa y continúa alimentado aún en el presente el odio y la segregación de los habitantes de Jericó hacia todos los seres marginales y freaks.

Pero quizá la obra más popular homenajeada es la novela de Stephen King titulada “Carrie”, la cual fuera adaptada cinematográficamente por Brian de Palma en 1976. De esta manera la serie contiene una de las escenas icónicas más recordadas del cine de terror de todos los tiempos: la protagonista, en la película, mientras es galardonada como princesa de un evento es impregnada con sangre de cerdo proveniente de un balde colocado en las vigas superiores del escenario. En la Rave´N, el baile de fin de curso de Never More, Merlina y todos los estudiantes que participan del mismo aparecen bañados con un líquido rojo que sale de los extintores del techo, lo cual despierta la indignación de la protagonista: “Ni siquiera es sangre de cerdo, es agua con colorante”.

La trama e intriga detectivesca van a vertebrar todo el relato de la serie y a supeditar a su engranaje tanto al argumento como al juego simbólico de la misma. No resulta difícil establecer conexiones entre el carácter detectivesco de las acciones de Merlina y la popularizada figura de Sherlock Holmes (1887), personaje construido por Arthur Conan Doyle a imagen y semejanza (con las peculiaridades del caso) a la de la figura de Dupin, el cual aparece por vez primera en “Los Crímenes de la Calle Morgue” (1841) de Edgar Allan Poe, obra que tuvo un ascendiente en la delimitación de las reglas de los relatos detectivescos de creaciones posteriores. De allí que no resulten para nada arbitrarios los sentimientos de amor que Merlina desliza en relación a la figura de Aghata Christie, escritora británica que serializó y reprodujo hasta el infinito el género policial clásico merced al descubrimiento de la fórmula química del best seller.

Por supuesto, todo lo arriba expuesto sobre la citada serie luciría como camposanto sin sus correspondientes flores si no fuera por un soundtrack fresco, dulce y oscuro a la vez, que incluye de todo un poco para servir de soporte a cada una de las historias que forman parte de cada uno de los capítulos. Es una agradable sorpresa encontrarse con temas como “Non, je ne regrette rien” de Edith Piaf, “La Llorona” de Chavela Vargas, “Nothing Else Matters” de Metallica, “Paint It, Black”, de The Rolling Stones, y “Goo Goo Muck” de The Cramps, y “Winter: I. Alegro Non Molto” de Antonio Vivaldi, entre otras.

Para finalizar, amén de lo ya expuesto precedentemente, es preciso explicitar como un acierto nodal para el éxito de “Wednesday” el no haber transformado y acomodado ligeramente a un personaje como Merlina Addams dentro de un serial televisivo para y sobre adolescentes. Y ello fue posible gracias a la conservación en el personaje de una piedra angular fundamental: si nos animamos a rastrear en el nombre original de Merlina, “Wednesday”, descubriremos que el mismo proviene del fragmento de una canción de cuna inglesa que refiere al carácter que tienen los bebés según el día de la semana en que nacen: “Wednesday´s child is full of woe” expresa el verso que le correspondería a ella y estaría determinando su destino a la portadora de tal denominación. Merlina, como un día a la mitad de la semana, no vivirá ni una felicidad intensa ni la peor de las desdichas, sino en la medianía, en una melancolía que se manifiesta con los tres rasgos característicos de personalidad que le corresponden: frialdad, distancia e indiferencia a todo lo que pueda llegar a decirse sobre ella. Y es precisamente esta cualidad tan característica al personaje desde su origen, y que supo consolidarse a lo largo de sus posteriores apariciones en televisión y cine, el que convenientemente llego a conservar la serie de Netflix. En una cultura que suele exigir que las niñas sonrían, se vistan de rosa y se vean bonitas según el canon occidental, Merlina es todo lo contrario, y no parece importarle demasiado. Esa melancolía de Merlina la transforma, sin lugar a dudas, en el personaje más disruptivo y desestabilizador de los Addams: ella no se opone al American way of life estadounidense, sino que lo desprecia por completo. Y el origen de este desprecio a las normas y expectativas sociales resulta pasible de rastrearse al momento de nacimiento de los Addams en las viñetas del año 1938 donde hicieron su aparición como una imagen invertida de la idealizada familia norteamericana de ese siglo. Baste rememorar, décadas más tarde, la escena memorable de “El Día de Acción de Gracias en el Campamento Chippewa” de la segunda versión cinematográfica de los ´90 o el capítulo 3 de este “spin-off” en donde los freaks y los normis se entrecruzan en “Mundo Peregrino”: en ambas versiones Merlina les espeta a los descendientes contemporáneos de los primitivos colonos toda una historia, desde tiempos remotos, de genocidio, usurpación de tierras, violación y opresión ejercida contra los pueblos nativos. Así, no resulta nada azaroso que una de las críticas más feroces y subversivas que un personaje de ficción pueda haber realizado al statu quo americano proviniera precisamente de Merlina Addams. Aunque resultare incómoda e inquietante, un gran mérito de la nueva serie fue haber sabido aceptar y reconocer en la personalidad de Merlina una pieza clave sin la cual todo el desarrollo argumentativo de la ficción se hubiera venido a pique. Algo que, por otro lado, los seguidores de la versión televisiva de los ´60 sabemos muy bien internamente: que el carácter de Merlina no necesita reparación ni adecuación. Ella no es infeliz o desgraciada, es una persona que sabe perfectamente que la vida puede ser cruel, salvaje y muchas veces oscura, y establece vínculos con el contexto que la rodea a partir de esta noción. En “Wednesday”, el derecho a la melancolía de la que es portadora su protagonista no sólo se defiende de forma tenaz y aguerrida cual si fuese una trinchera, sino que además triunfa, oponiéndose al mandato, tan posmoderno y burgués, de la felicidad permanente, tan a la moda en estos tiempos.

Autor: Carlos Zapata Camacho

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