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Cómo Las Dos Torres sigue siendo una obra de arte.

Empiezo con esta pregunta ¿Qué mejor secuela que el señor de los anillos Las dos Torres? fue precisamente ese día que la vi en el cine (2002) donde me bautizaron como El Hobbit; creo que mi altura lo dice todo y así permaneceré hasta en los confines de la tierra media.

Es prácticamente infalible que segundas partes nunca fueron buenas pero la historia del cine tiene un diminuto grupo de ellas que han sobrepasado a la original rompiendo récords y revolucionado el género cinematográfico que representa. La comunidad del anillo es una brillante obra fílmica que nos insertó en la tierra media pero la continuación del viaje de esa comunidad nos dejó sin aliento y dominando nuestras emociones.

La segunda parte de El Señor de los Anillos “Las dos torres” se fracciona en tres hilos narrativos: el recorrido de Frodo y Sam para llegar hasta Mordor, el encuentro entre Merry y Pippin con los Ents y la electrizante batalla del abismo de Helm. Vamos con el primero:

Frodo (Elijah Wood) continúa con su camino tortuoso y la carga agonizante del anillo único con la compañía del incondicional Sam Gamyi (Sean Astin) siendo sorprendidos por la presencia del complejo y atormentado Gollum interpretado por el magnífico Andy Serkis quién manipula a Frodo con su otra personalidad (SMEAGOL) en guiarlos hasta el monte del destino pero Sam siempre se mantiene cauteloso porque desconfía totalmente de las intenciones de Gollum; lo que convierte el camino en una constante tensión.

Por otro lado tenemos la travesía de Merry (Dominic Monaghan) y Pippin (Billy Boyd) que en la película anterior (La Comunidad del Anillo) fueron secuestrados por una horda de orcos y en esta segunda parte logran escapar hasta llegar al bosque de Fangorn y es dónde accidentalmente conocen al ent Bárbol gran protector del bosque que al principio desconfía de ellos hasta formar una alianza para derrotar a Saruman (legendario Chistopher lee) en Isengard.

En el tercer hilo narrativo tenemos a Aragorn (Viggo Mortensen), Legolas (Orlando Bloom) y Gimli (John Rhys Davies) que buscan algún rastro de los hobbits y al llegar al bosque negro se encuentran inesperadamente con Gandalf (majestuoso Ian Mckellen) transformado en su nueva encarnación como Gandalf El Blanco. Al reencontrarse parte de la comunidad del anillo los cuatro viajan hasta Rohan (país de los caballos) que por cierto para este diciembre de 2024 tendremos el estreno de la película El señor de los Anillos: La Guerra de los Rohirrim; acudiendo al rey Théoden (mis respetos al gran Bernard Hill a quién perdimos recientemente) para la lucha contra el enemigo pero este se encuentra manipulado por Gríma Lengua de Serpiente (Brad Dourif) quién es un servidor de Sauron y poseído por Saruman para evitar que el reino de Rohan no participe en ninguna batalla contra Sauron.

Ahora bien; ya todos sabemos lo que sucede en el transcurso de esta segunda parte; así que mi objetivo es responder ¿ Por qué esta secuela se impone a la primera película? a pesar que la comunidad del anillo es una obra también de culto. Es porque en Las dos Torres nos da una antesala para lo que vendrá con la guerra del anillo único a través de la batalla del abismo de helm, definitivamente es una de las mejores escenas bélicas mejor realizadas en la historia del cine; en un escenario tan emocionante como el enfrentamiento entre el ejército de Sauron comandado por una vasta cantidad de orcos y la alianza de los jinetes de Rohan, elfos y la comunidad del anillo.

El tercer acto es de lo más grandioso cuando al amanecer del quinto día llega Gandalf junto a Éomer (Karl Urban) y el último bastión de Rohan con una presencia imponente que a día de hoy me recuerda como si fuera una pintura barroca del artista italiano Caravaggio; un trabajo complejo que el equipo de Peter Jackson logró con un resultado impresionante.

Otro momento que nos dejó sin aliento fue en Osgiliath cuando el Rey Brujo de Angmar aparece soberbio ante un diminuto Frodo (como un David y Goliat) tentado en ponerse el anillo único pero la valentía heróica de Sam logra impedir que Frodo sucumba prácticamente ante su muerte. Esta escena es bíblica, poderosa pero hermosamente oscura e inevitablemente impactante.

También en esta segunda parte vemos la profundidad emocional de cada uno los personajes y sus luchas internas por continuar a pesar de la desolación que está extendiéndose por toda la tierra media pero si hay un personaje que brilla en Las dos Torres no es otro que Gollum/Sméagol; aquí somos testigos de la ambigüedad del personaje, sus intenciones ocultas, la agudeza de sus emociones; una dualidad trastornada que se manifiesta de una manera tan inquietante (aplaudo el despliegue actoral de Andy Serkis).

Peter Jackson sabía que tenía que ser muy cauto con esta segunda película porque iba a ser el puente que sostendría la trilogía; ya que no tenía ni principio ni fin y como dato curioso fue el montaje más difícil de realizar de las tres películas pero finalmente integró cohesivamemte la narrativa de la novela de Tolkien dando un resultado absolutamente épico. A su vez consiguió 6 nominaciones en los premios de la academia ganando en dos categorías (mejores efectos visuales y edición de sonido).

Definitivamente El Señor de los Anillos: Las Dos Torres logró pasar a la historia como una segunda parte equivalente a otro clásico del cine “El Padrino ll” y ha quedado como referencia de que segundas partes si pueden ser buenas pero en este caso insuperable.

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