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Casa de muñecas. Notas sobre La voz humana de Pedro Almodóvar

Spoilers

El cine del director español Pedro Almodóvar es una suerte de constelación, su filmografía está compuesta por puntos brillantes que se unen entre sí para construir nuevas formas. Cada nuevo título es una nueva estrella que enriquece su universo. Las variaciones dentro de sus temas recurrentes se vuelven una nueva puntada que enriquece la trama. La constelación Almodóvar se expande y se encuentra con los universos de otros artistas, a partir de la cita directa o indirecta el director construye su imaginario, establece diálogos imposibles con autores ya ausentes. El gesto de Almodóvar corresponde al del coleccionista, a lo largo de toda una vida ha reunido materiales de naturaleza diversa que se han vuelto parte de su propia obra.

En el cortometraje La voz humana filmado en el año 2020 Almodóvar retoma el monólogo escrito por Jean Cocteau- artista francés que ha incursionado en la poesía, el cine y la pintura- en la década del 30. A pesar de la distancia temporal que separa a Almodóvar de Cocteau sus universos parecen acercarse, es que sin dudas algo de las palabras escritas por el poeta continúan resonando en el presente, el duelo luego de una ruptura amorosa, la espera y la despedida son experiencias universales y temas que el propio Almodóvar ha explorado a lo largo de su filmografía. El trabajo sobre la cita en Almodóvar puede condensarse en un único plano, mientras la protagonista ordena libros y DVDS en su mesa se suceden nombres como el de las escritoras Alice Munro- su película Julieta (2016) está inspirada en tres relatos de la autora- y Lucia Berlín- a quién adaptará en su nueva película- y las películas Kill Bill (2003) de Quentin Tarantino, Lo que el cielo nos da (1955) de Douglas Sirk, entre otras. El cortometraje puede comprenderse sin conocer las citas, pero para quienes han visto ambas películas podrán intuir desde el comienzo que Almodóvar entrelazará elementos de melodrama con secuencias en las que se busca venganza.

La utilización de la cita es tal que el propio Almodóvar se cita a si mismo de forma indirecta, el personaje de Tilda Swinton espera angustiada el llamado de su amante con el fin de coordinar un encuentro que será la despedida definitiva como lo esperaba Carmen Maura en Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988). En ambos casos las valijas esperan ser retiradas por un hombre que tarda en llegar o no llegará jamás. Ambas mujeres tienen el impulso de destruir algunas de las pertenencias del amante y recurren al fuego como elemento casi purificador. La espera se vuelve también el tema central de Chicas y maletas película que filma el protagonista de Los abrazos rotos (2009). El universo de Almodóvar se vuelve una suerte de cajas chinas donde la propia filmografía está incluida, el director encuentra el modo de revisitar sus películas anteriores para resignificarlas y actualizarlas una y otra vez.

I.La voz

Una mujer espera el llamado de su ex amante. Las valijas están junto a la puerta de entrada, el perro espera nervioso a quien ha sido su amo. La rutina parece detenerse, se habilita el tiempo de la espera y la ansiedad que la acompaña. La única salida al exterior ha sido a una ferretería para comprar un hacha. El traje del hombre está extendido sobre la cama y se vuelve una presencia en la habitación. Los objetos aunque inertes parecen tener un densidad mayor al evocar a los ausentes. La mujer en un momento de desesperación toma el hacha y la deja caer sobre el traje. El gesto destructivo la lleva a romper otros objetos y se vuelve hacia sí misma que decide tomar una cantidad significativa de somníferos.

Finalmente el teléfono suena, es el hombre. Nunca oiremos su voz, ni veremos su imagen. Como espectadorxs solo tenemos acceso a lo que evoca la mujer, a través de ella sabemos que está casado, que desde hace cuatro años han tenido un romance y que es una persona de cierta notoriedad. Todo radica en la voz de Swinton, en sus inflexiones y en el volumen. En su voz vive el pasado compartido junto al hombre que ama, los ritos y los hábitos, las noches y algunas mañanas.

La propia palabra se despliega y expande ante lo que parece el silencio del hombre. Las palabras que alguna vez él le entregó en cartas y notas también serán devueltas, la mujer las ha guardado en una pequeña valija. Más que un diálogo se trata de un monólogo, ya no es importante la voz del hombre, la ruptura se ha consumado. El diálogo se vuelve la excusa para poner en palabras lo vivido y comprender los propios sentimientos. En un principio la mujer miente, dice a su amante que los últimos tres días ha ido al teatro, al terapeuta, pero sabemos que ha estado en la casa- nosotrxs espectadorxs hemos estado junto a ella- sufriendo la perdida de su amor, sintiendo que su vida se desmorona como aquel jarrón que deja caer por el balcón.

La voz cálida, amorosa pese al sufrimiento se quiebra se vuelve más áspera y sufriente. La mujer confiesa su dolor y el miedo que ha tenido de hacerle daño y el intento de hacerse daño a si misma. Se trata de una puesta en escena advierte, sabiendo que la dosis no era letal, pero imaginando que alguien la vendrá a rescatar. La confesión se despliega, el ritmo se acelera y la mujer cuenta como han sido aquellos tres días. A través del monólogo Almodóvar parece explorar cómo se oye una voz dolida, la voz de alguien con el corazón roto. La voz se vuelve cuerpo y protagonista y la palabra registro de lo vivido.

II.Puesta en escena

Todo monólogo encierra algo de teatralidad y tal vez sea por eso que Almodóvar decide evidenciar que la casa de la mujer es un set de filmación. La cámara dejará ver que más allá de la terraza solo hay una pared gris. La casa repleta de detalles contrasta con el vacío y la neutralidad del set de filmación. En algunas breves secuencias la mujer deambula por el set con un vestuario diferente al que lleva en el interior de la casa, se trata de un vestido rojo con una amplia pollera. Su transitar por esos espacios impersonales parecen acentuar aún más su soledad.

La mujer parece doblemente atrapada: en la propia casa donde aún están presentes las huellas de la vida compartida junto al amante y en aquel estudio. El deseo de deshacerse de ese espacio, el hacerlo arder, se vuelve la posibilidad de salir al exterior, de dejar aquella casa y el set de filmación. Se trata de comenzar una nueva vida, de encontrar nuevos hábitos y nuevas formas de estar el mundo.

El monólogo parece la forma de analizarse, de reflexionar y comprender las propias acciones y sentimientos. De algún modo presenta la posibilidad de distanciarse, de verse desde afuera. Que la mujer transite un set de filmación, que se desplace entre las habitaciones como si estuviera en una casa de muñecas es la forma de llevar a imagen esa posibilidad.

En La voz humana Almodóvar decide evidenciar la puesta en escena, hacernos saber que estamos ante una representación, recordarnos que el cine siempre es artificio, pero aun así es posible transmitir una verdadera emoción. Lo auténtico puede existir en la ficción, puede existir en el susurro o en el grito emitido por una actriz. La ficción es siempre una oportunidad de aproximarnos a lo real.

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