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Fuego contra fuego - Un duelo de titanes -

Spoilers

Construyendo Heat - Fuego contra fuego -

Antes de tomar fama como uno de los directores más prestigiosos de Los Estados Unidos, Michael Mann inicio su carrera en televisión desde mitades de la década de los 70's. Fue con Miami Vice, ya entrados los 80's, donde adquirió prestigio como productor y escritor. Una serie que no solo se posicionó durante gran parte de esa década, sino que influyó en la cultura pop de manera contundente. Mann ya había dirigido su primer película en 1981, Thief, una película policiaca protagonizada por James Caan, un contemporáneo de Al Pacino y De Niro, pero fue con Manhunter, la primera película basada en el universo de Hannibal Lecter y en el libro, El dragón rojo, donde Mann mostraría sus dotes para la dirección y su estilo característico de la acción más sobria, de gran sustancia y soportada por la música y las luces de neón. Manhunter le llevaría a tomar experiencia para la gran obra maestra Heat, Fuego contra fuego de 1995. Michael Mann se basaría en una historia real para escribir Heat, la vida del ladrón Neil McCauley un criminal y ex prisionero de Alcatraz y su persecución mordaz por parte del policía de Chicago, Chuck Adamson. Mann trasladaría esta historia a Los Angeles y realizaría un ejercicio televisivo en 1989 con L.A. Takedown, una película poco conocida que marcaría un lienzo con pinceladas más nítidas de lo que vendría 6 años después.

El 15 de Diciembre de 1995 Heat vería la luz, en las carteleras navideñas de Estados Unidos con una trama muy alejada del espíritu de la época decembrina. La historia gira en torno al ex convicto Neil McCauley, interpretado por la leyenda Robert De Niro y su odisea criminal en la ciudad de Los Angeles, que junto a su equipo de ladrones profesionales buscan el éxito y la supervivencia bajo el yugo policial del teniente detective Vincent Hanna, interpretado por el portentoso Al Pacino. Cuando Michael Mann les compartió el guión a ambas leyendas ningún dudo en formar parte del filme, incluso De Niro calificó el guión como una “historia muy buena, con una atmósfera muy particular y única”. Mann tenia un plan B, en caso de que Pacino y De Niro no aceptarán participar, figuras espectaculares como Jeff Bridges y Nick Nolte serían los relevos. Mann había pensado, en primera instancia, que los papeles de Chris Shiherlis y Michael Cheritto fueran para Keanu Reeves y Michael Madsen respectivamente, finalmente los personajes recayeron en los notables Val Kilmer y Tom Sizemore.

La orquesta de un robo explosivo

En Heat no hay cabida para el descanso y desde el primer cuarto de película somos testigos de la magnificencia visual que se aproxima. Antes de la tempestad, participamos de la calma y el sosiego, y vemos como se va tejiendo, lo que para muchos, es uno de los atracos más espectaculares jamás filmados en el cine. En primera instancia conocemos a Waingro, un ladrón nómada y con finta de Cowboy bandolero, interpretado por Kevin Gage, que se suma al equipo de McCauley conociendo primeramente a Michael Cheritto, caracterizado por un secundario de lujo como Tom Sizemore. Paralelamente vemos a Neil McCauley comunicándose con los demás por medio de radios, uno por uno hacen su aparición. Trejo, interpretado por el extravagante Danny Trejo y Chris Shiherlis, interpretado por el rockstar de esa época, Val Kilmer. Mientras McCauley y Shiherlis manejan una ambulancia robada, Cheritto y Waingro conducen un trailer de arrastre. McCauley da la señal de arranque. Todos se colocan máscaras de hockey para ocultar sus rostros. La ambulancia empieza a sonar su sirena y se detiene impidiendo que un camión blindado de valores siga su trayectoria; es la presa de los depredadores urbanos. Los guardias del camión blindado yacen impávidos dentro de su jaula de metal cuando de repente son embestidos con furia por el trailer, como toro en ruedo, golpea con fuerza y arroja el camión blindado a un estacionamiento. El atraco sube de grado cuando colocan una bomba en las puertas del camión y ésta explota con enorme estruendo. El tiempo de los ladrones ahora está cronometrado a causa del mensaje de auxilio emitido por los guardias. Como soldados entrenados, sacan con violencia a los guardias moribundos del camión y los arrodillan, en tanto que Shiherlis busca el botín con rapidez y precisión. El punto de inflexión empieza cuando Waingro no es capaz de mantener la postura en el robo y comienza a golpear a uno de los guardias, Cheritto le habla con firmeza y le dice que el guardia ha quedado sin el sentido del oido, que no lo escucha. Waingro no lo obedece y éste dispara al guardia sin compasión. Uno de los guardias desenfunda su arma e intenta defenderse, es inútil, Cheritto le dispara y también lo mata. A raíz del arrebato de Waingro, McCauley da la orden para matar al último guardia con el fin de no dejar testigos. Mientras arrebatan la vida del último testigo, Shiherlis sale con el botín y huyen en la ambulancia, poco antes de que la policía llegue al lugar.

El sabueso y su séquito

Cae la noche y las luces rojas y azules se combinan en las paredes. Hanna aparece en el camino con porte sobrio y autoritario, viendo el desastre y las huellas del robo. Vincent, con figura de líder, habla con señas y sin emitir palabra alguna, pregunta a su equipo sobre los acontecimientos sucedidos en el lugar. Bosko, interpretado por el formidable Ted Livine, famoso por el papel de Bufalo Bill en El Silencio de los inocentes, empieza a narrar los hechos. El resto de los detectives de la división de Robo-Homicidios del departamento de Los Angeles escuchan con atención. Casals, interpretado por Wes Studi, un recurrente en la películas de Michael Mann - y famoso por está obra magnífica, también de la filmografía de Mann, El último de los Mohicanos -, Drucker, de figura imponente, interpretado por Mykelti Williamson, - que un año antes interpretó, quizá, su papel más entrañable en Forrest Gump, Bubba Blue -. Y Schwartz, interpretado por el desconocido Jerry Trimble. En el lugar, logran obtener un testigo, que a pesar de no haber identificado ningún rostro, pudo escuchar las conversaciones de los ladrones. Vincent como maestro de sinfónica ordena a su equipo realizar pesquisas a soplones para reconocer el alias "galán” escuchado por el testigo, revisar las cámaras de video, rastrear la compra de la bomba utilizada, así como recopilar pruebas de la ambulancia que les sirvió de escape. Hanna, con su porte autoritario y temple de titán, entre balas, sangre y crimen, inicia la cacería.

El inicio de dos batallas

En otra parte de la ciudad, Neil y su equipo, aunque vencedores de esté hurto, se notan desilusionados. La banda aguarda en una cafetería y convergen a la espera de McCauley. Todos miran a Waingro con desprecio y no emiten palabra alguna hacia él. Afuera del lugar Neil platica con su voz y oídos, su estratega, Nate, interpretado por el famoso Jon Voight, que con apariencia vieja y enfermiza le dice a McCauley que el robo ha sido efectuado con éxito. Nate le platica a McCauley que los bonos al portador que hurtaron pertenecen a un banquero de dudosa reputación de nombre Roger Van Zant, con cuentas en las Islas Caimán y que trabaja para organizaciones criminales. Van Zant, interpretado por William Fitchtner, actor que vio crecer su fama gracias a Armageddon, Contacto y La caída del Halcón negro, juega un papel importante en la guerra de Hanna y McCauley. Su participación futura en la trama de la película es fundamental en la balanza de este duelo de titanes. Nate le sugiere a Neil negociar con Van Zant para devolver los bonos y obtener más ganancia, a lo cual McCauley acepta. Más tarde, está decisión marcaría el punto de quiebre para Neil y su banda. De vuelta a la cafetería, Neil se reúne con sus colegas y con un aire explosivo empieza a golpear a Waingro, desquitando su ira por los acontecimientos que éste provoco en el robo. Todos salen de la cafetería, sin embargo, su plan no solo es pagarle al vaquero, sino liquidarlo y deshacerse de su cuerpo. Cuando Neil empieza a golpearlo e inmovilizarlo para darle el tiro de gracia, una patrulla pasa por el lugar, este momento es aprovechado por Waingro para desaparecer. Neil, Chris, Trejo y Michael lo buscan desesperadamente, sin embargo, fracasan y su plan de asesinarlo se quiebra.

Un matrimonio quebrado y dos almas solitarias

Al inició de la película, cuando conocemos el mundo de Vincent Hanna, también conocemos a su esposa, Justine, interpretada por Diane Venora, una actriz que durante los 90's participo en grandes filmes como Romeo y Julieta, 13 Guerreros, El informante y El Chacal. Entre ambos se percibe bastante frenesí, sin embargo su matrimonio parece estar en una cuerda floja, tambaleante, que solo se mantiene por la rutina y la pasión. A medida que avanza la historia se clarifica que el matrimonio, efectivamente está roto, que la indiferencia de Hanna en la relación y la ferviente obsesión de éste por el trabajo, hace que su relación con Justine se vuelva cada vez más agotante. En el mundo de Hanna también conocemos a Lauren, la hija de Justine, interpretada por una pequeña Natalie Portman, una niña solitaria con desequilibrio emocional a causa de la indiferencia por parte de su padre biológico y al idílico amor que ella tiene hacia él. Hanna, aunque un poco alejado de está situación, no niega su amor y protección a Lauren, pero al igual que con Justine, la fascinación total a su mundo policial no le permite entregarse totalmente a ambas. En la parte final de la película, cuando finalmente Justine y Vincent dan por finalizada su relación, Hanna llega a la habitación del hotel donde se aloja y encuentra a Lauren en la tina del baño, envuelta por sangre y agua, la pequeña ha intentado suicidarse. Su reacción de Hanna es inmediata, realiza torniquetes a la niña y la lleva al hospital. En este acto de salvación podemos ver la otra cara de Vincent, la de un padre protector, donde nos muestra la prueba de amor más fuerte en todo el filme.

Del otro lado de la moneda está McCauley, que a pesar de ser un alma solitaria, un nómada bandido, encuentra a Eady, interpretada por Amy Brenneman, actriz que se hizo famosa por la serie La Jueza Amy - Judging Amy -, una mujer solitaria que Neil conoce en una cafetería. Al principio, Neil se torna un poco evasivo y marca su territorio, pero a medida que avanza la conversación con Eady, se da cuenta que tienen demasiado en común. Los dos convergen en está historia de manera sublime, que se embellece por la noche, las luces de la ciudad y una vista maravillosa desde una colina que los aleja del mundo. McCauley no da muchas explicaciones, su condición de ex convicto y ladrón lo obligan a mentir, aunque es innegable, que en algunos aspectos de su vida se desnuda totalmente ante la figura de Eady. Hay que reconocer que la banda sonora de Elliot Goldenthal fortalece y colorea toda la historia de Heat de manera formidable, sin embargo, el soundtrack utilizado de algunos artistas de la época convierten las escenas del filme en algo portentoso, particularmente cuando Neil y Eady platican en la colina, desde el balcón de la casa de ella, la melodía de Last Nite de Terje Ripdal traslada este encuentro, de dos amantes futuros, a algo elevado y soberbio.

La historia de la parca - The Grim Reaper - el asesino de la noche

En un motel de paso, Waingro, prófujo de la justicia policial y la justicia de McCauley está acompañado de una joven afroamericana, que parece menor de edad, dedicada a la prostitución. Los dos han tenido un encuentro sexual y ambos se visten sigilosamente. La chica con sonrisa coqueta no para de alagar la virilidad de Waingro y lo endulza con cumplidos. El hombre mantiene una postura reclinada y en su mirada se refleja un brillo mortal con intenciones oscuras. Mientras la chica sigue hablando con dulzura al vaquero y recibe el dinero de su servicio, se alista para salir de nuevo a la calle. Lo más tétrico, es que Waingro le contesta diciendo: “la parca ha venido a visitarte”, súbitamente la toma del cabello y se escucha un grito.

Más tarde, Hanna llega a la escena de un crimen, en una calle solitaria. La oficial forense le explica a Vincent que una mujer menor de edad ha sido asesinada y que su cuerpo fue hallado en un tiradero de basura. Al destapar el cadáver, Hanna desvela la identidad de la mujer mostrando el rostro golpeado y ensangrentado de la chica. Resulta ser la misma con quien estuvo Waingro en el hotel. La forense le comenta a Hanna que no es la primera víctima asesinada de esta forma, que existe un patrón similar entre varias víctimas encontradas en esas condiciones; nunca menciona la posibilidad de que exista un asesino en serie, pero tampoco lo descarta. Vincent consuela a la madre de la víctima mientras vemos al fondo las luces de los edificios de los Angeles y una negritud envolvente. Esta sub trama se va apagando conforme avanza la historia principal, entre el duelo de McCauley y Hanna, y se desvanece de la película dejando inconcluso su desenlace. Todos los personajes se mantienen ajenos la historia de la parca, con la excepción de Waingro y Hanna. Sin embargo, es irónico que en la parte final del filme, la obsesión de Vincent por atrapar a Neil y su banda, provoque dejar a un lado la investigación. Dentro de su inconsciente, Vincent no solo se vuelve protector de la parca sino convierte en carnada a Waingro para atrapar a McCauley cuando se entera de que la gente de Van Zant lo aloja en un hotel de lujo. Hanna nunca descubriría la identidad del asesino, pero durante el filme vemos que Vincent es capaz de dar indulto a varios criminales con la finalidad de obtener la cabeza de McCauley. Esta situación es parecida a la de Alan Marciano, interpretado por Frank Azaria, que es amante de la esposa de Chris Shiherlis, Charlene, interpretada por una bellísima Ashley Judd. Hanna descubre que Marciano trafica alcohol y cigarrillos, pero le ofrece el indulto con la condición de que lo ayude a atrapar a McCauley.

Los Angeles, un ente viviente

Durante gran parte de la historia Michael Mann nos transita por un viaje al corazón de Los Angeles, desde el cosmopolita centro, hasta los baldíos y las periferias de la ciudad. Somos testigos del pulsante ritmo de las calles, del incesante bullicio de los restaurantes y de las atrapantes panorámicas nocturnas. La historia no es solo de Hanna y McCauley sino también del ente viviente que los envuelve, esto es gracias a la magnífica fotografía de Dante Spinotti, el dos veces nominado al Oscar por las magistrales El informante del 2000 y Los Angeles al Desnudo de 1998. La banda sonora de Elliot Goldenthal y Kronos Quartet hipnotiza. Las canciones firmadas por Moby como New Dawn Jades, en la antesala del encuentro entre McCauley y Hanna en la cafetería y God Moving Over The Face of the Waters al final del filme, donde ambos se enfrentan en el aeropuerto, hacen que Heat se convierta en un monumento cinematográfico. Está fórmula fascinante de cine urbano le serviría de inspiración a Mann para sus dos futuros filmes de acción ya entrados los 2000's, Colateral del 2004 con Tom Cruise y Jamie Foxx y Miami Vice del 2006, la versión cinematográfica de la serie de los 80's, con Colin Farrell y nuevamente Jamie Foxx.

Historias entrecruzadas y un guión memorable

Las sub tramas de Fuego contra fuego - Heat - son un cimiento primordial y reafirman la sólida construcción de un guión memorable escrito por el mismo Michael Mann, que aborda las historias entrecruzadas de cada uno de los personajes secundarios. Primeramente, La venganza hacia Waingro que se detona al inicio de la película con el robo al camión de valores. Después, al conflicto marital de Hanna con Justine, que se puede englobar magistralmente en la frase que ella le dice a Vincent cuando su relación está agonizando: “Vives entre los restos de gente muerta”. Atestiguamos también la historia discreta de Breedan, interpretado por Dennis Haysbert, un ex convicto que trata de reafirmar su vida gracias al apoyo de su esposa Lillian, interpretada por Kim Staunton. La trama de Breedan tendrá relevancia al llegar el robo al banco de Los Angeles. La relación compleja entre Hanna y Lauren, su hijastra, que muestra la otra cara de Vincent dentro de su conflicto con Justine. Posteriormente, vemos el desarrollo de la relación entre Neil y Eady, que a pesar de alcanzar un punto máximo de idilio a mitad del filme, se quiebra cuando ella se da cuenta de que McCauley es un ladrón. La tempestiva relación entre Chris con Charlene, una montaña rusa de emociones entre ambos, que detona con la infidelidad de ella con Alan Marciano, aunque después ella reafirma su lealtad y amor hacia Chris cuando Drucker, con apoyo de Hanna, intentan atrapar a Shiherlis usando a Charlene como carnada. La aparición fugaz de Nate, que juega como ajedrecista experto en las sombras apoyando a Neil en sus estrategias y golpes. Finalmente, somos cómplices de una de las sub tramas mas completas, la guerra contra Van Zant, que significó la caída de Neil al final de la película cuando Waingro se une a la banda de Van Zant y sirvió a Hanna para vencer a McCauley. La guerra entre Neil y Van Zant queda resumida en una frase magistral derivada de la traición e intento de asesinato de éste a McCauley: «Estoy hablando con un teléfono vacío… Porque hay un hombre muerto al otro lado de la línea». Neil es helado en su entrega y es suficiente para provocar miedo a su adversario.

El encuentro más esperado del cine

Sumar las trayectorias actorales de Al Pacino y Robert De Niro es pasar un riel de historia cinematográfica que abarca, al menos, 60 años. Durante los 90's, reunir a estas leyendas en su plenitud y fama no fue tarea fácil, significó la combinación de varios factores: un guión asombroso, un magnífico sueldo y un director como Michael Mann. A mitad de la película, finalmente convergen ambos personajes. Atestiguamos una escena magistral que no solo brinda el punto de equilibrio más importante de la película, sino también, las motivaciones verdaderas de Hanna y McCauley. La escena deriva del frenesí implacable de Hanna, que testigo de la infidelidad casi profética de su esposa Justine, sale a la caza de McCauley. Con ayuda de vigilancia aérea, se encuentra con él, en medio de una autopista llena de penúmbra. Con una plática llena de simplicidad, Vincent invita un café a Neil, él cual acepta con reservas. En una toma contrastante, sentados y apartados del bullicio, mirándose uno al otro, como si fueran viejos amigos, conversan con un diálogo claro y transparente. De este diálogo portentoso podemos conocer la naturaleza de cada uno. En un extremo McCauley, un meticuloso hombre que ha perfeccionado su estilo gracias a la disciplina y al temple para manejar situaciones extremas. Resume su filosofía en una frase enigmática y simple: “No te encariñes de algo que no puedas abandonar en 30 segundos cuando veas el peligro a la vuelta de la esquina”. Este ideal de vivencia le ha significado sobrevivir en las calles, endurecerse y evitar a toda costa la cárcel y la muerte. No escatima en enfrentar a Vincent con un lenguaje directo, una mirada desafiante y una calma enraizada. En el otro extremo, Hanna, con semblante sobrio no esconde su profunda admiración por el gaje, la dedicación y la tenacidad con que Neil ha construido su vida fuera de la ley y la ferocidad con que moldea cada acto ilegal. Sin embargo, la filosofía de Hanna también es mordaz y deja claro que si Neil no abandona su vida criminal, él hará todo lo posible por atraparlo. Hanna le hace a McCauley la pregunta obvia: ¿alguna vez quisiste una vida normal? Sin embargo, McCauley lo descarta, simplificándolo: “¿parrilladas y juegos de beisbol?”. Está claro que Hanna siente lo mismo. Ambos concuerdan de que no están hechos para otro oficio y que morirán, de ser posible, viviendo plenamente basados en los ideales que han edificado. Finalmente, Vincent explica que si bien, puede tener respeto por Neil, si se trata de matarlo para salvar vidas inocentes, no tendrá otra opción: “Si tengo que elegir entre tú y un pobre desgraciado a cuya esposa vas a dejar viuda, hermano, vas a caer”. Pero Neil explica que hay otra cara de esa moneda. Si Vincent se interpone entre él y su libertad, no dudará en matarlo. Heat nos regala la escena donde se puede obtener la carga filosófica más sustancial de toda la trama. Mann, en un principio relato que no quería que ambos actores ensayarán la escena antes de filmar, lo que resultó, sin duda, en la confrontación cinematográfica más imponente en la historia del cine.

El impactante robo del banco

USA today definió la escena del tiroteo de Heat como “una de las más impactantes de los últimos años”. Para muchos es la mejor escena de acción jamas filmada. Y es que el atraco al banco, no solo es una antesala brutal para el enfrentamiento final entre Hanna y McCauley, sino también una fuerza trémula que posiciona a Heat como una referencia obligada para los amantes del cine. Gran parte de la trama está enfocada a la planificación del robo e inicia cuando McCauley por sugerencia de Nate visita a Kelso, interpretado por Tom Nonnan, otro recurrente de Michael Mann. Kelso le ofrece los planos del banco a Neil y le explica como ejecutar el robo sin dificultades. McCauley incluso llega a financiar todo el robo con la seguridad de que puede obtener el botín con facilidad, sin embargo, el destino le jugaría diferente. Trejo traiciona a Neil cuando revela el plan del robo a la gente de Van Zant después de ser torturado y su esposa ser golpeada y ultrajada - esta escena fue eliminada del corte final de la película de 1995 y solo está incluida en el Blu-Ray del 2009 -. Un soplón y mano derecha de Van Zant, Hugh Benny, interpretado por Henry Rollins, le informa a la policía que Neil y su equipo robarán el banco de Los Angeles. Gracias a esto, Hanna y sus detectives toman ventaja para emboscar a Neil, lo que provoca en un tiroteo espectacular. Al percatarse de que están siendo presa de los agentes de Hanna, Chris empieza a disparar con furia a los detectives asesinando a Bosko. Al verse acorralado, Neil inicia la fuga en el auto manejado por el reemplazo de Trejo, Breedan. El escape es inútil y todo el equipo de Hanna se lanza contra Neil y disparan sin descanso matando a Breedan. Tras esto, Neil, Chris y Michael salen del auto en busca de una escapatoria alterna. Con el poderío de sus armas, Neil y los demás disparan constantemente hasta dejar sin oportunidad a los oficiales de apoyo. Los dos bandos no ofrecen tregua y disparan con reciprocidad acelerada. En un instante de distracción Chris es herido y de inmediato es auxiliado por Neil, ambos huyen en un auto que roban de un supermercado mientras Hanna, preocupado por proteger a los transeúntes y a los policías heridos, queda inerte ante la huida de ambos criminales. En una plaza cercana, Michael es perseguido por Drucker y Casals, los cuales no pueden darle captura. En un acto de desesperación, Cheritto toma a una niña de rehén y se protege. Como cazador experto, Hanna toma una posición de ventaja y embosca a Michael disparándole en la cabeza. Para la escena del tiroteo, Mann se apoyo en un experto consultor, Andy McNab, ex sargento de fuerzas especiales y servicio aéreo, el cual diseño un plan de entrenamiento de casi tres meses para preparar a los actores a disparar municiones reales. Sin duda, esto sirvió para dotar de realismo y espectacularidad a la mejor parte de Fuego contra Fuego.

La confrontación final

El inevitable enfrentamiento entre Vincent y Neil es la cúspide de Heat. La sensación épica de ese momento es aún más fascinante, no solo porque se trata de Al Pacino y Robert De Niro, sino también porque estos dos hombres se respetan demasiado. El clímax de la película encuentra a Vincent persiguiendo a Neil en el aeropuerto después de que éste ha salido del hotel consumando con éxito su venganza, matando primeramente a Van Zant, un día antes, y a Waingro, esa noche. A pesar del respeto que puedan tener el uno por el otro, ambos están listos para matar llevando a práctica la filosofía que predican. Neil, al verse acorralado por Vincent en el hotel, abandona a Eady, sin importar que ella lo ha esperado con paciencia y miedo en el auto con la intensión de huir juntos a Nueva Zelanda. Esto demuestra con fervor que Neil lleva a cabo su ideal de vida, no mirar atrás y no encadenarse sentimentalmente a nadie cuando el peligro está a la vuelta de la esquina. Vincent, inicia la persecución hacia Neil al percatarse que el bullicio que se vive en el hotel es una fachada de su venganza, lo persigue por calles solitarias hasta llegar al aeropuerto. La filosofía de Vincent es más que certera, atrapar a Neil. Llegando al punto máximo de la persecución, Neil se esconde esperando que Hanna se cegue con las luces de los aviones. Vincent dispara a Neil al percatarse de su sombra en el suelo y McCauley cae mal herido entre las luces, la oscuridad del aeropuerto y bajo la inmensidad de la noche. Neil finalmente evita la cárcel y sigue su código hasta la muerte. Con una mirada de adiós y una frase certera le dice a Hanna: “Te dije que no volvería a la cárcel”. Los dos comparten un último momento cuando McCauley le pide a Hanna que tome su mano en señal de agradecimiento por haber sido su mejor adversario, al cabo de un instante Neil respira su último aliento y se desvanece. La toma se amplia, dejando ver a ambos en la magnificencia del cielo oscuro. La escena es magistral y una de las más bellas de la cinematografía, un cierre majestuoso para una batalla entre dos titanes.

Heat es una epopeya de acción trepidante y magistral que ha trascendido en el cine y servido de inspiración para grandes películas contemporáneas como The Dark Knight - El Caballero de la noche - y The Town - Atracción peligrosa -. The Dark Knight construye y moldea su prólogo del Guasón en base al robo del banco de Los Angeles de Heat, con el atraco efectuado por los ladrones con máscaras de payasos. La trama del Caballero de la noche no es de superheroes, es un thriller policiaco que se inspira fervientemente en el juego argumental de Fuego contra fuego. The Town por su parte, toma la esencia de Heat para erigir su trama, también enfocada a ladrones profesionales. En Atracción peligrosa solo basta visionar los robos efectuados para relacionarlos directamente con la película de Michael Mann. El primer robo efectuado al banco, al inicio de la película, cuando los ladrones comandados por Ben Affleck se visten con máscaras de calaveras y pelucas. Y al final del filme, en el atraco al estadio de los Medias rojas de Boston, donde la persecución final es espectacular. Fuego contra fuego se encuentra en el Olimpo de películas de acción y su legado es inquebrantable e imperecedero. Una película que hay que ver antes de morir.

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