undefined_peliplat

Dirigida por Dennis Hopper (segunda parte)

Punto de quiebre

Fuera de control (Out of Blue, 1980) resultó ser, además de una nueva etapa para Dennis Hopper en su carrera como director, parte importante de un corpus de películas sobre el punk rock, incluso puede decirse que es la última y definitiva. En el uso de una banda sonora a contramano de las imágenes se percibe cierto ingenio, que convierte en el fondo, a Fuera de control, en una historia sobre una chica que busca lamerse sus heridas, pero en el transito se dispone a generar un desmadre absoluto.

Hay dos particularidades que suman; primero que Hopper debió refugiarse en Canadá para su vuelta detrás de cámaras, un país noble para promover nuevos talentos y, también, para cobijar a las películas que se salen de un carril cómodo. En segundo lugar, la protagonista de Fuera de control es Linda Manz, un nombre que no dice mucho, aunque sí marca el contorno de un momento del cine. Su filmografía es escueta, entre sus participaciones hay papeles en Días del cielo (Days of Heaven, 1978) de Terrence Malick y en Gummo (1997) de Harmony Korine. La segunda película de Malick fue la última de él hasta su regreso en 1998 con La delgada línea roja (The Red Thin Line, 1998), una rareza reinterpretada como indie en espíritu y de estudio por sus estrellas en el elenco y sus costos de producción. Lo de cine independiente es mas una etiqueta puesta con fórceps por las dos décadas que Malick estuvo sin filmar, si su carrera hubiese continuado en términos normales la consideración, incluso, la de director importante no tendría lugar. Ahora, sí hay un período más delimitado con el cine de los 90 y el concepto de “indie”, que aquí en Argentina es sencillo de clasificar: las películas que I-Sat pasaba todo el día durante esa década y la siguiente. Así se descubrieron las filmografías del propio Korine, las de Todd Solonz, las de Tom DiCillo, las de Gregg Araki, el primer Doug Liman entre tantos otros.

Un manto de realidad

No es necesario aclarar que Fuera de control pasó como una lluvia de verano por el circuito comercial (y de festivales también). De todas formas, no fue ese el motivo por el cual Hopper se enfocó más en su carrera actoral, y vaya que lo hizo bien durante la década de 1980, solo basta mencionar Terciopelo azul (Blue Velvet, 1986) de David Lynch. Hacia 1988 el productor Robert H. Solo le ofrece el guion de Michael Schiffer para hacer Vigilantes de las calles (Colors, 1988), que cuenta la historia de una división de la policía de Los Ángeles para contener la violencia de las pandillas. Centrada en la dupla de un policía veterano (Robert Duvall) y uno joven (Sean Penn) la dinámica de lo viejo y lo nuevo fluye como el motor narrativo, con el trasfondo social de tensiones provocadas por los enfrentamientos de la multiculturalidad de la ciudad de Los Ángeles.

El título original es ilustrativo por demás, la idea de los “colores” como identificación y, al mismo tiempo, un factor de segregación fue un caldo de cultivo para los años posteriores en la ciudad. Por eso que esta historia se asomaba al futuro cercano, cuando en 1992 se desató la revuelta más grande tras el fallo que absolvió a los policías que apalearon al taxista negro Rodney King. A partir de allí, si bien Los dueños de la calle (Boyz n the Hood, 1991) se estrenó un año antes, la semilla ya se había sembrado para lo que fue el fenómeno Neo blackploitation con películas cargadas de seriedad, urgencia y hasta un poco de revisionismo, el caso de Presidentes muertos (Dead Presidents, 1995) de los hermanos Hughes.

Vigilantes de las calles también representó la primera película en la que Hopper no interpreta algún papel, esta invisibilidad física en pantalla tiene su razón de ser en realizar una primera película sobre un mundo algo ajeno, en comparación con sus tres películas anteriores. De todos modos, los finales amargos son una parte indeleble de su cine, aquí no existe una concordia posible entre los mundos que se cruzan, los cuales aparentan alcanzar una comunión posible que no se termina de materializar. En el desenlace “el mundo antiguo” ya no tiene lugar, no tiene más espacio.

La década de 1980 es el período de mayor intensidad de Sean Penn, quien con el mismo productor Robert H. Solo había protagonizado Bad Boys (1983), también el actor protagonizó The Falcon and the Snowman (1985) de John Schlesinger, At Close Range (1986) y Pecados de guerra (Casualties of War, 1989) de Brian de Palma. Este grupo de películas influyó en su también carrera como director, pero fue Vigilantes de las calles la que marcó el rumbo, basta con ver Bajo la misma sangre (The Indian Runner, 1991), Vidas cruzadas (The Crossing Guard, 1995) y Código de honor (The Pledge, 2001), su trilogía inicial e invisible en la pantalla -al igual que Hopper en Vigilantes de las calles- que lo puso en un espacio interesante como narrador.

El ocaso

Dentro de la rareza que es la faceta de director que tuvo Hopper, en 1990 no hace una película sino dos. La primera es la que mayores conflictos le trajo en toda su carrera: Camino de retorno (Catchfire, 1990). Apeló al nombre Alan Smithee, ese recurso que un director puede exigir para no incluir su nombre en los créditos si el contrato u otras promesas estipuladas por los productores, ejecutivos de estudios, etc. no fueron cumplidas.

Una segunda versión se estrenó en 1998 para un canal de cable con el título de Backtrack, la cual contaba con 20 minutos que pretendían soldar ciertos agujeros de guion. Vista en el mencionado canal I-Sat (por cierto, podrían acabar con su miseria y dejar de emitir la señal actual que es imposible para el ojo humano), la versión emitida es el corte de Hopper, que se apoya en la resolución amorosa de la historia. La premisa es atractiva; un sicario de la mafia (Hopper) tiene que eliminar a una testigo de un crimen (Jodie Foster), pero la trama se espesa cuando él se enamora de ella. El desarrollo es un poco decepcionante en correlación a la sinopsis, entre las cuotas simpáticas que propone está la participación de Joe Pesci, interpretando a un mafioso en el mismo año que salió Buenos muchachos (Godfellas, 1990) de la que tal vez se lo recuerde más.

Lo dicho, 1990 fue muy productivo para Hopper en materia de realizador. La otra película se trata del thriller érotico Zona caliente (The Hot Spot, 1990) protagonizada por el otrora héroe de la TV ochentosa: Don Johnson, quien estuvo muy bien acompañado por Virginia Madsen y Jennifer Connelly. La historia es una que podría ubicarse en un western porque cuenta la llegada de un hombre a un pueblo tras robar un banco, que no tardará en ganarse nuevos enemigos como así tampoco en llamar la atención de las damas locales. Las críticas y las reacciones del público se estrecharon la mano para decir que fue una de las peores películas de ese año, ¿exageración? Es posible, a veces ante el apabullamiento generalizado existe un ánimo revisionista de salvar a una película, casi en la senda de una ceguera por hacer justicia. Zona caliente no es una película malinterpretada, no es de culto ni tampoco le cayó a una generación inapropiada. Es simplemente una película fallida, no pasa nada y, hasta a veces, es necesario para una carrera.

El último largometraje de Hopper fue Misión explosiva (Chasers, 1994), una reversión encubierta de El último deber (The Last Detail, 1974) de Hal Ashby. El guion es de Dan Gilroy, el mismo de la maravillosa Primicia mortal (Nightcrawler, 2014). Paradójicamente, mientras la de Ashby es una comedia que te espera con el guadañazo en el desenlace, la película de Hopper es una comedia más liviana con grosor dramático algo angosto. Por supuesto, los contextos son diferentes y los intereses configurados de los públicos de ambas épocas, en consecuencia, también. El cierre de su obra es mediocre, sin ni siquiera alguna conexión con el resto de su filmografía, que tampoco es impoluta ni merecedora de un panteón en la historia del cine. Quizás ahí radica el encanto, que podamos pensar en conjunto las películas de un director extraño, cuyo nombre es solo recordado por su presencia en cámara.

Más recientes
Más populares

No hay comentarios,

¡sé la primera persona en comentar!

3
0
0