DUNE Pt2 (2024) es una propuesta que supera a su ya perfecta primera parte

Cuando hablé de “DUNA: PARTE 1”, alabé todos los aspectos técnicos tanto sonoros como visuales. Dije que era una película para dejarse llevar por la experiencia. Hoy vuelvo a repetir lo mismo, por que Denis Villeneuve logró lo imposible, mejorar la primera y convertir su secuela en un evento apoteósico, lleno de detalles, de experimentos visuales que dejan sin aire y actuaciones que no dejan a nadie indiferente.

Recuerdo que al terminar la Parte 1 me había levantado del asiento y me fui pensando en la película que había recién visto, en cambio, con la parte 2, me quedé sentado en la butaca, aún maravillado por lo que había presenciado. Pensé (y sigo pensando meses después) que ninguna película que viniese de ahí en adelante lograría superarla. Hasta ahora, no me he equivocado.

A simple vista, DUNE parece ser la clásica narrativa arquetípica de un salvador blanco que lleva a un pueblo nativo a la victoria. Ejemplos cinematográficos tenemos muchos como por ejemplo “Danza con lobos” (1990), “El último Samurái” (2003) o más recientemente “Avatar” (2009 y 2022). Sin embargo, detrás de su grandilocuentes y épicas batallas y un universo tan grande y rico en detalles, oculta una fuerte crítica al colonialismo y la intervención a manos de terceros.Es un curioso contraste entre lo épico y lo moral que termina siendo capturado con precisión por Denis Villeneuve en su versión adaptada de la primera novela del escritor Frank Herbert

Esta secuela se encuentra llena de escenas épicas y valores de producción espectaculares. Efectos visuales, vestuario, sonido, diseño de producción, actuaciones, fotografía: todo está al servicio de una historia que cumple con creces en adaptar de manera perfecta la obra de su autor. Su primera parte nos dejaba con incógnitas de cómo iba a poder resolverse todo lo mostrado ¿Sería satisfactorio? ¿lograría encontrar el balance para permitir que su segunda parte llegase a un buen puerto? DUNA: PARTE 1 tenía ese ligero y casi invisible inconveniente de que se sentía incompleta, una preparación de lo que estaba por venir.

Esta secuela llegó a demostrar que la espera valió la pena: Toda la información y solemnidad de su predecesora se ve encuentra perfectamente pagada por una conclusión impactante tanto en forma como en fondo.

Los libros de DUNE toman el “viaje del héroe” y lo dan vuelta para que nos cuestionemos sobre los mesías, sus propósitos y cómo su llegada afecta a los demás. Obviamente, quienes publicaron la primera novela no tenían idea de saber todo esto y por lo mismo, el segundo libro fue recibido con algunas quejas pues es una obra es mucho más directa y pesimista. Por fortuna, Denis Villeneuve tiene el panorama claro en esta historia de los Atreides y nos entrega posibles respuestas que en ese momento no tenía claro si habría una PARTE 3 (spoiler alert: Meses después de la película, se confirmó).

Es por esto que DUNA: PARTE 2 es una aventura tan satisfactoria para los amantes del género de ciencia ficción y los blockbusters, pero también es una obra que, al igual que su material original, lleva un constante cuestionamiento del propósito de todo lo que hace Paul Atreides con sus guerras y triunfos.

Esto lo vemos con los ojos de Chiani (una muy notable Zendaya que se entrega mucho más que en la PARTE 1), quien es más confrontacional en comparación a su versión en papel. Está enamorada de Paul, sí, pero eso no le impide no ver las telarañas políticas detrás de esta religión implantada por otros, ya que nunca es ni será usada en beneficio de los Fremen, aunque a simple vista parezca que sí.

Entre los personajes nuevos, tenemos a la Princesa Irulan (Florence Pugh), la hija del emperador con quien nosotros como espectadores nos vamos abriendo paso a las revelaciones sobre el juego de poder detrás de cada decisión.

La historia entonces deja de lado el enfoque individual de mostrar un elegido y salvador para mostrarnos como incluso lo mas poderosos son parte de un sistema prácticamente imposible de escapar. Todos al final se convierten en un conjunto de engranajes donde los únicos planes que importante son los de pocos. Incluso las victorias que en otras obras deberían ser el punto mas alto de emoción, traen un toque agridulce, esa sensación fatalista por sus implicaciones a un nivel macro.

Todo está calculado, hasta la última gota.

DUNA: PARTE 2 tiene casi 3 horas de duración y jamás decae. Este tiempo le permite a Villeneuve desarrollar todos los conflictos sean políticos o familiares sin acelerarlos ni sacrificando la historia o la acción. Por ejemplo, el Feyd-Rautha de Austin Butler (Elvis), se nos muestra como un amenaza real, alguien de temer. Su presentación y la de su planeta se toma todo el tiempo para sumergirnos en un mundo con una fotografía en blanco y negro que se justifica por el sol que tienen.

Este film tiene reflexiones interesantes y un apartado técnico tan pulido que lo mas seguro es que necesitarás mas de una revisión de la película y aún así le encontrarás nuevos detalles cada vez.

DUNA: PARTE 2 es un impecable lienzo de ciencia ficción a niveles bíblicos pero llevado a una potencia bélica sin precedentes que en manos del director de fotografía, Greig Fraser, parece entrar en colisión como si de una muestra de obra de arte a escalas colosales refiera.

La dirección de arte es tan grande que es posible que exista un antes y un después de DUNE ya que se ha convertido en parada obligada para cualquier superproducción que quiera llegar a funcionar: Creatividad espacial, uso narrativo de la profundidad de campo, planificación en localizaciones y una armonía cromática que alcanza un nivel casi experimental con una escena de coliseo llevada al blanco y negro más expresivo para aumentar la representación decadente, desagradable y oscura de la casa Harkonnen.

DUNA: PARTE 2 se convierte así en una obra maestra instantánea del cine que sobrepasa a su antecesora en todo lo que hizo bien y que toma las riendas para llevarnos al futuro del Lisan Al-Gaib quien nos dirigirá a Guerra Santa Espacial de la mano de un brillante e inspirado Denis Villeneuve.

NOTA: 10 de 10