Pacific Rim: Uprising. No es lo mismo sin del Toro

La película tiene lugar 10 años después de los sucesos de la primera entrega. El personaje principal es Jake (John Boyega) hijo de Stacker Pentecost (Idris Elba). Sin embargo las cosas se vuelven complicadas cuando conoce a un joven carroñero Amara, los dos son arrestados y reclutados al programa Jaeger.

Esta secuela además de ser completamente innecesaria carece de todo, no tiene espíritu ni estilo que tenía su predecesora, es inferior en todo. La historia, los efectos especiales, los personajes, la comedia y la dirección no logra superar a su predecesora.

La diferencia es que la primera película transmitía una sensación de relevancia y con toques lovecraftianos algo a lo que del Toro es muy adepto. En cambio todo en esta secuela luce burdo y la acción carece no solo de personalidad, sino también de coherencia. Las atmósferas de su predecesora brillan por su ausencia.

Esta secuela se siente vacía, falto el amor y dedicación que tenía del Toro al dirigir la primera entrega.

En la primera entrega la humanidad se une para crear a los Jaegers: gigantescas máquinas humanoides, cada una controlada por dos pilotos cuyas mentes están unidas por un puente neurona, para luchar contra los monstruos, a diferencia de la secuela peca de patriotera, los estadounidenses se hacen cargo de todo.

Al lado de la primer entrega que fue una gran película, esta secuela parece una película regular de la saga de Transformers hecha por un director novato, lo peor de de esta secuela es que intentan hacer un guion tan rebuscado para que al final ya sea demasiado tarde cuando aparecen los kaiju, nosotros los espectadores ya estábamos bastante aburridos y decepcionados.

Los personajes de la primera tienen encanto y son carismáticos, están mejor presentados y caracterizados, a diferencia de la secuela, no hay química entre ellos y no logras simpatizar con ninguno de ellos, lo cual es lamentable. Decidieron ir por un elenco más “joven” la cual terminó pareciendo más “Power Rangers” que a una secuela que le hiciera honor a su predecesora.

Uno de los personajes más memorables para mí de la primer entrega es sin duda Hannibal Chau ( Ron Perlman ) líder del mercado negro de partes de Kaiju. Lamentablemente ninguno de los personajes de la secuela lo son.

Los efectos especiales están bien logrados (tal vez lo más rescatable de la película), pero hay algo en la coreografías de las batallas, en los diálogos, en todo carecen de alma. Solo van por el cheque como se dice vulgarmente, y no por amor al proyecto tal cual lo hizo del Toro. No tiene momentos memorables ni emocionantes como su predecesora, ni si quiera la escena final cuando cuentan el plan para acabar con el enemigo no tuvo ningún impacto.

La película no llega ni al termino de palomera, es aburrida, con actuaciones sosa, las escenas que valen la pena no llegan ni a los 20 minutos.

En conclusión, las tensiones interpersonales de la primera película fueron borrados o mal desarrollados lo que deja a Pacific Rim: Uprising muy por debajo de su antecesora.