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Pesadillas y Gritos: ¿La tercera es la vencida?


En el mundo del cine de horror, las franquicias suelen enfrentarse a un desafío único: mantener el interés del público a través de muchas entregas. Dos ejemplos icónicos de esto son "A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors" (1987) y "Scream 3" (2000). Ambas películas son la tercera entrega de sus respectivas franquicias y ofrecen una interesante perspectiva sobre cómo las sagas de horror pueden evolucionar o involucionar.


A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors


Seis años después de los eventos de la primera película, la adolescente Kristen Parker se autolesiona producto de una terrorífica pesadilla. Como resultado, es enviada a un hospital psiquiátrico, donde descubre que otros adolescentes también son perseguidos por la misma entidad, Freddy Krueger.


Dejemos de lado que actúa Patricia Arquette, razón suficiente para ser la mejor "Pesadilla" de la franquicia, y que además tiene una de las canciones más pegadizas del cine de horror (Dokken - "Dream Warriors"). Cuenta con el único elenco de toda la saga que genera una empatía absoluta frente a las situaciones terroríficas que experimentan. Además, es la película donde más se respeta a Krueger; es sádico, violento y cínico. Inclusive se remarca que su madre fue atrapada y violada por más de cien maníacos en un centro penitenciario. Luego, lamentablemente, la franquicia daría un giro más hacia la comedia.


Tres grandes momentos que me quedaron grabados en la memoria: Freddy y sus dedos con jeringas, el ataque desde el televisor y la escena de la marioneta humana.


Scream 3
Mientras Sidney y sus amigos visitan el set de "Stab 3", la tercera película basada en los asesinatos de Woodsboro, otro asesino Ghostface aparece para aterrorizarlos.


En el año 2000, el terreno estaba bastante empantanado en el cine de horror. El desgaste de las secuelas “Slasher” y las películas cargadas de elencos seleccionados en agencias de modelos. Y afiches de jóvenes superpuestos mirando a un costado, abundaban en las marquesinas de cine y catálogos de videoclub. Sumado a la corrección política post-masacre de Columbine, ocurrida el 20 de abril de 1999, todo esto dejaba un gran desafío para que el equipo de "Scream" volviera a subir la vara.


La película se apoya de forma efectiva en el concepto de metacine (hacer cine dentro del cine) y eso es el aspecto más positivo y destacable frente a sus predecesoras. En una década desgastada de argumentos repetidos, "Scream 3" logra afianzar su historia en un terreno sangriento y sin corazón como el mundo cinematográfico. La trama, la investigación y la forma en que hilan los acontecimientos de la primera película son el punto fuerte en esta entrega.


Tres grandes momentos son: la repentina muerte de Cotton, Carrie Fisher en su cameo como empleada administrativa del estudio y la aparición de Jay and Silent Bob.


Como dijo mi único héroe en este lío, "Randy Meeks", en las terceras partes no estamos tratando con una continuación, sino con la conclusión de un capítulo de una trilogía. Ambas películas comparten a su creador (Wes Craven) y también la idea de actualizarse, respetar a sus predecesoras y buscar la mejor forma de superarse en un último intento de mantenerse fiel a una idea (aunque tengan que matar a su Final Girl). Vaticinando que la propia franquicia en futuras entregas tiraría todo a la basura.

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