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Cinema Paradiso, una historia de vida y la historia del cine

Spoilers

¿Por qué la gente ve una película más de una vez, quizás más de cien veces? Hay personas que lo consideran una práctica inutil, y otras que lo consideran un pasatiempo diario. Pero ambas personas seguramente tienen en su corazón o en su mente películas a las que volverían una y otra vez, historias que repiten mil veces, escenas en las que vuelven a reír o llorar y personajes a los que extrañan cuando no se los encuentran por un largo tiempo. Las películas que yo volvería a ver forman parte de mis tiempos más queridos, son mis amigas más cercanas y mis lugares protegidos. Una de ellas es “Cinema Paradiso”, película italiana de 1988, guionada y dirigida por el gran Giuseppe Tornatore, con música de Ennio Morricone y ganadora del Óscar a mejor película de habla no inglesa.

Pasaron pocos años desde la Segunda Guerra Mundial. Salvatore Di Vita, o Toto, un niño travieso de tan solo 6 años, vive en un pueblito de Sicilia, Italia. Toto descubre el amor desde muy pequeño, el amor por el cine. Pasa sus días en el cine local “Cinema Paradiso”, aprendiendo de Alfredo, el proyeccionista. Juntos viven el cine, disfrutan sus escenas, sienten como sus personajes y aprenden uno del otro. Toto crece, y Alfredo se vuelve cada vez más viejo, y las cosas cambian, el romance, la amistad, la familia, los sueños, y el cine también. Pero durante todo ese tiempo ninguno de los dos deja de disfrutar de las historias que se proyectan en la gran pantalla.

Esta película es una representación de la pasión misma, es la pasión más pulcra, es la pasión natural, es la pasión que se vive con amor, es la pasión que te condiciona, es la pasión de la que no podés escapar, es la pasión eterna, es la pasión que se ve en un beso de película. Reviviría esta historia mil veces porque me siento representada por esa pasión, por el cine, por la nostalgia, por el arte. Es una pasión que existió siempre. Se encontraba escondida entre los pijamas de niña y las películas de Disney en la infancia, en esas primeras películas que se escaparon de la fórmula tradicional y nos mostraron otra forma de hacer arte, en esos clásicos que nos volaron la cabeza y que fueron imposibles de olvidar, en esas historias que hoy nos transportan a diferentes mundos y se mezclan con nuestra propia realidad.

Esta película lo es todo. Porque Ennio Morricone hace que el sonido del cine sea aún más hermoso. Porque caminar por un pequeño pueblo de Italia es la fantasía de casi todos. Porque Toto representa al niño que todos llevamos dentro. Porque las palabras de Alfredo, que vienen de las manos de Giuseppe, nos enseñan más de lo que creemos. Porque tiene una de las amistades más preciosas del cine. Porque Giuseppe, entre planos y una cinematografía inolvidable, nos cuenta no solo una historia de vida, sino también la historia del cine. Porque, vuelvo a decir, de la pasión nadie puede escapar, y en mi experiencia, yo tampoco puedo escapar de este tipo de películas.

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