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Cine Ciberpunk, películas para ver una y otra vez por LMB

Spoilers

Distopia tecnológica, parias y antihéroes, megacorporaciones capitalistas totalitarias, drogas y ciberespacio como experiencia sensorial. Ciborgs y hackers, gigantescas megalópolis de neón y callejones empobrecidos. Alienación, desigualdad social y decadencia moral. Esto es el ciberpunk, una metáfora oscura y a la vez crítica mordaz de la posmodernidad.

El editor Gardner Dozois popularizo la palabra en 1984, tomada del título de un relato de Bruce Bethke, para referirse a la ciencia ficción de nuevo tipo que venían escribiendo diferentes autores que entremezclaban la tecnología de punta y la rebeldía al sistema, quienes a su vez fueron influenciados por la nueva ola de la ciencia ficción de finales de los 60 y 70 siendo el principal referente Philiph K. Dick, autor de “¿Pueden los androides soñar con ovejas eléctricas?” base para el largometraje “Blade Runner” de Ridley Scott, en 1982 y ,que a su vez, apuntalo la obra de uno de los escritores emblemas de este subgénero: William Gibson, autor de “Neuromante” donde combinaba un mundo distopico, drogas y ciberespacio, un término que fue creado por el propio autor y hoy es utilizado en todo el mundo.

El Proto ciberpunk

Uno de los films de ciencia ficción más influyentes de la historia es “Metrópolis” (1927) de Fritz Lang. Este largometraje alemán tiene todos los elementos que luego van a ser característicos en la temática y estética ciberpunk: megalópolis de rascacielos gigantescos, tráfico aéreo (la tecnología de punta de la época), enormes diferencias sociales entre las clases sociales, androides con inteligencia artificial creados para manejar a las masas y una rebelión en ciernes.

También hay que mencionar “Alphaville” (1965) de Jean Luc Godard , donde con tono y estilo de cine negro, un agente secreto se enfrenta a la supercomputadora Alpha 60, que controla a los ciudadanos de la ciudad Alphaville.

También podemos citar a “Colossus: The Forbin Project” (1970), donde una supercomputadora conectada con el sistema de defensa de EEUU toma contacto con su contraparte soviética y evoluciona en una IA que se revela contra sus amos, de igual manera que los hacen los androides del parque de diversiones para ricos de “Westword” (1973).

Ese mismo año el intento de Jodorosky de versionar la ópera espacial “Dune” queda en la nada pero el grupo de artistas que reunió, como el dibujante Moebius y el artista de efectos especiales Dan O´Banon (Alien, Total Recall), continuarían colaborando entre ellos y en 1975 nacería el comic noir futurista “El largo mañana” El cómic causo un gran impacto por su temática y estética visual y llamó poderosamente la atención de Ridley Scott y fue una referencia clave para la futura “Blade Runner” y el “Neuromante” de Gibson.

Nace una leyenda

En 1982 se estrena “Blade Runner” En una ciudad de Los Ángeles futurista, oscura y lluviosa, repleta de luces de neón, de rascacielos piramidales, de tecnócratas viviendo en la cima que contrasta con el bajo fondo sucio y húmedo del barrio chino, vive un detective cazador y ejecutor de androides rebeldes, a quien le encargan la eliminación de un grupo de “replicantes” que ha intentado infiltrase en el edificio de la megacorporación que los creo.

Un policial negro en clave futurista distopico, musicalizado con los sintetizadores de Vangelis, que cierra con el brillante monologo final “lágrimas en la lluvia” del actor Rutger Hauer.

El largometraje resulta en un fracaso comercial (apenas supero lo invertido en su producción). Muchos críticos que esperaban ver algo del estilo “Star Wars” le criticaron un ritmo lento y falto de acción. Pero a los escritores del insipiente movimiento ciberpunk les pareció alucinante.

El propio Gibson dijo que tenía miedo cuando fue a verla porque suponía que lo que iba a ver era mucho mejor que las páginas iniciales del borrador de “Neuromante”. Lo que vio lo impacto tanto que rápidamente volvió a su máquina de escribir y no paro hasta tener su obra terminada.

Japón y el Ciberpunk

No es casual que en “Blade Runner” se vean tantos letreros comerciales hiper gigantes con tipografía oriental y mujeres japonesas. A principios de los 80, Norteamérica estaba viviendo el boom de las importaciones tecnológicas de un Japón que se había reindustrializado luego de la debacle de la segunda guerra mundial, que termino con las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki.

Esta es la base del manga Akira (1982) y que fue llevada al cine de animación (en una versión condensada) en 1988, siendo la película más cara jamás producida en Japón hasta esa fecha

-Sobre las ruinas de una atomizada Tokio se alza la megalópolis de Neo-Tokio, una ciudad opresiva e inhumana cargada de problemas como el desempleo, la violencia, la droga y el terrorismo. Las sectas religiosas y los grupos extremistas, aprovechándose de la insatisfacción de los ciudadanos, cultivan el mito de Akira, un "niño cobaya" depositario de la "energía absoluta" cuya resurrección significaría para Japón el amanecer de una nueva era-

Como con “Blade Runner”, la película animada Akira resulto un fracaso comercial en su país, pero resulto un éxito rotundo a nivel mundial. Su increíble animación, su trama adulta y su estética ciberpunk cambio la manera de ver al anime en todo el globo.

En 1989 se estrena “Tetsuo”, de Shinya Tsukamoto, una desopilante historia experimental en blanco y negro con partes en Stop Motion sobre el fetichismo con chatarra tecnológica que resulta una experiencia audiovisual genial y delirante con toques gore y grotescos llevados hasta el paroxismo, que tendría su continuación 3 años después con “Tetsuo 2, Body hammer”.

Los 80: La rebelión de las maquinas

En 1984 se estrena “Terminator”, de James Cameron, sobre un mundo postapocalíptico dominado por una inteligencia artificial que controla a cyborgs que asesinan a los humanos sobrevivientes del armagedón nuclear, quienes han logrado organizarse en una resistencia armada. Para evitar que estos triunfen, Skinet (la IA) envía a un ciborg al pasado para asesinar a la madre del líder de la resistencia, que a su vez enviara a un soldado a proteger a la mujer.

Como vemos aquí la formula se invierte, pero continúan los elementos propios del ciberpunk, la tecnología ultra avanzada y el profundo deterioro de la vida humana, un poder opresor a partir del experimento de una megacorporación (Cyberdrine) y un no futuro termonuclear que contrasta con el american life style que proponía el noeliberalismo Reaganiano de los 80. La película fue un éxito total en EEUU y el mundo.

“Robocop “, de 1986, también presenta al ciborg cazador: un agente de policía resucitado mediante la tecnología de un oscuro conglomerado tecnológico y convertido en vigilante cibernético, en medio de una huelga policial, en una decadente Detroit que dejo de ser el polo industrial emblema de EEUU para convertirse en una ciudad de desocupados y pandillas criminales.

La película para televisión, más tarde transformada en serie “Max Headroon , 20 minutos en el futuro” de 1985, es otra distopia donde un oligopolio mediático entregado a la manipulación de masas que prohíbe por ley apagar la televisión y donde un grupo de hackers encabezado por el periodista rebelde Edision Carter interpretado por Matt Frewer, daba vida a una IA infiltrada en la red para subvertir el orden establecido.

Otra película que merece mención es “Curso de 1999” (1990) donde en un futuro cercano y distopico, ciber profesores construidos e introducidos en secreto en los institutos por una corporación tecnológica intentan controlar a una juventud revoltosa que se agrupa en pandillas ultraviolentas.

Los 90 : la pesadilla del ciberespacio y la realidad virtual

Con la caída de la Unión Soviética, el auge de la globalización capitalista neoliberal y la insipiente entrada de internet a nuestras vidas, comenzaron a proliferar films donde se exploraría la idea de un mundo digital sometido a los caprichos de corporaciones inescrupulosas que manipulan la memoria, acciones e incluso emociones de los ciudadanos mediante maquinas, implantes o el uso del ciberespacio y la realidad virtual.

Con esta temática podemos citar a “Total Recall” (1990), “The Lawnmower Man “(1992) “Jhonny Nmonic” (1995), “Strage days” (1995) , “Virtuosity” (1995), la italiana “Nirvana” (1997 ) y “Existenz” (1999), de David Cronemberg,

Pero la década tendría dos exponente ciberpunk por excelencia; el soberbio anime japonés “Ghost in the Shell” (1995) , de Mamoru Oshii , sobre una agente cibernético, en la hipertecnologica Japon de 2029 post tercera guerra mundial ,quien debe cazar a un hacker que invade la mente de los ciborg y los manipula para que comentan asesinatos y actos de terrorismo subvirtiendo el orden establecido.

La otra obra que cerraría la década y marcaria el comienzo de la nueva centuria sería nada más y nada menos que “The Matrix” (1999), de las hermanas Wachowski, donde se invierte la formula del anime japones. Aquí el mundo virtual está dominado por las maquinas donde la mente y los cuerpos humanos son esclavizados para generar energía en una relación simbiótica, en un mundo post apocalíptico donde los pocos humanos libres viven en la subterránea Zion. El héroe, Neo, un hacker en la simulación de la Matrix, es rescatado para luchar contra el orden establecido por la jerarquía de las maquinas.

Una mención también merece “New Rose Hotel” (1997) de Abel Ferrara, película basada en una obra del ya mencionado William Gibson, que junta a Cristopher Waken y Willem Defoe, en una rara avis de misterio y suspenso que se aleja de los efectos especiales pero que contiene la profundidad existencial que es tan propia del ciberpunk.

Ciberpunk en el siglo 21

Luego de la revolución que significo “The Matrix” y sus secuelas, el género ciberpunk estaba más vivo que nunca. En 2001 Mamoru Oshii, vuelve con “Avalon” una coproducción japonesa-polaca sobre una jugadora de un videojuego ilegal de realidad virtual, en un mundo futuro cercano destruido por las guerras, cuyo sentido de la realidad se ve desafiado mientras intenta desentrañar la verdadera naturaleza y el propósito del juego. Un film inquietante que se anticiparía por casi dos décadas a la ligera “Ready player one” de Steven Spielberg.

Siguiendo con la línea de empresas que utilizan la manipulación mental tenemos a Cypher (2002), al año siguiente es el desembarco de Corea del sur en el género con “Natural City”, ciberpunk de acción bélica.

En 2004 Steven Spielberg hace una aproximación con “Minority report”, basada en un libro de Philiph K. Dick y tendríamos que esperar a 2006 para ver la adaptación de otra novela de este autor en la genial “Una mirada a la oscuridad” de Richard Linklater, filmada en digital y animada con la técnica de la rotoscopia, nos muestra un futuro cercano distopico controlado por avanzadas técnicas de vigilancia policial, en medio de una epidemia de drogadicción.

“Sleep dealer” (2008) aborda la temática de los trabajadores migrantes. “Surrogates” de 2009, nos da otro pantallazo a un futuro cercano donde la humanidad prefiere vivir conectada a droides avatars, antes que enfrentar la propia vejez. La hiper violenta versión de “Dredd” de 2012 posee muchos elementos ciberpunks y efectos especiales muy bien logrados. En 2013 el gran Terry Guilliam estrena “Teorema Zero”, y ese mismo año se estrena “Elyseum” de Neill Blomkamp, donde la desigualdad social y la lucha de clases se hace más patente que nunca.

Otra película muy al estilo Blade Runner es la coproducción española-bulgara “Automata” de 2014, año en que también se estrena “Trascendence “y “Ex Machina”.

En 2015 Neill Blomkamp vuelve al ruedo con “Chappie” sobre un ex droide policial reconvertido en gangsta pandillero. 2016 nos traería a la francesa “Ares” y al film independiente “Virtual revolution” ambas situadas en una distopica ciudad de Paris como escenario ciberpunk. En 2017 se estrena la digna segunda parte de la mitica “Blade Runner” llamada “Blade Runner 2049”, con buena dirección de Denis Villeneuve.

Como una casualidad también ese mismo año se lanza el live action del otro gran emblema del ciberpunk “Ghost in the Sell”, con dirección de Rupert Sanders.

En 2018 se destacan dos películas: “Upgrade” y la inquietante película Serbia “Ederlezi Rising” con la estrella del cine porno Stoya encarnando a una avanzada androide experimental que debe acompañar a un astronauta de la neo Yugoslavia hasta su destino en Alpha Centauri.

En 2019 ve la luz el tan esperado live action de “Battle Angel, Alita” dirigido por Robert Rodriguez con un reparto y efectos visuales a la altura.

Luego del parate obligado por la pandemia se estrenarían en 2023 la coreana “Jung E” y la coproducción serbo-polaca-checa-eslovaca “Bod obnov”

La animación

Luego del inmenso éxito que significaron “Akira” y “Ghost in the Shell” estaba claro que la animación era un vehículo potable para que el ciberpunk se expandiera. Así es como desde la nación nipona llegaría en 1990 “Cyber City Oedo 808” y la sangrienta “Genocyber “en 1993. Ese mismo año se estrenaría la gran “Battle Angel Alita”. De la mano de Mtv aparece la joya animada “Aeon Flux”, en 1995 y al finalizar la década aparece otra serie animada que se convertiría en todo un clásico “Cowboy Beebop” (1998)

La nueva centuria nos trae la serie japonesa Parasite Dolls (2001) y complementando la saga de Matrix aparece “Animatrix” en 2003. En 2005 se estrena la coproducción anglofrancesa Renaissance y en 2009 la serbia “Technotise : Edit and I”. En 2012 sería el turno del anime Psicho Pass y en 2023 la coproducción franco-estadounidence “Captain laserhawk” y la también francesa “Mars Espress”.

Series Ciberpunk

Ya hemos mencionado a “Max Hendroom, 2 minutos en el futuro” como la primera serie de este estilo. Las más logradas son sin duda Mr. Robot (2015), la gran “Westword” (2016), Altered Carbon (2017) y la rusa “Better Than Us “de 2018.

Ciberpunk con i latina

Cabe destacar que en Latinoamérica han habido pocas películas de ciencia ficción y mucho menos de ciberpunk. El miedo a ese futuro distopico que se imaginan en los países centrales es una realidad latente en nuestros países. La combinación de alta tecnología, edificios gigantescos y bajo nivel de vida, con multinacionales que tienen más poder que los gobiernos es algo que vemos a diario en las urbes atestadas al sur del rio bravo y que no hay que pensarlas en un futuro porque es algo muy del presente.

Aun así, hay dos películas claramente dentro del género Ciberpunk con particularidades latinoamericanas. Una es la argentina “La Sonámbula” (1998) de Fernando Spiner, donde en la ucronica argentina del 2010 las autoridades realizan pruebas experimentales con una nueva sustancia química y ocurre un accidente por el cual cientos de miles de personas pierden la memoria y con ella su identidad.

La segunda película con tono ciberpunk es la mexicana “2033, La ilusión de un futuro mejor" (2010), de Francisco Laresgoiti, donde un gobierno militar controla a la sociedad, quitándole su fe religiosa y libertad de expresión controlando a la gente por medio de una bebida adictiva llamada Pactia.

Estética Ciberpunk

Si hay algo que distingue al ciberpunk puro y duro, desde films, anime, videojuegos e incluso a comic es la presencia persistente de lluvia o calles con neblina, en una noche eterna, con poca o nula vegetación, y mucho pero mucho neón, pero ¿Por qué?

Mas allá de darle un tono oscuro y sombrío de la angustiante distopia de la megalópolis tecnodecadente , la respuesta es mucho más simple . La mayoría de estas obras toma como referencia indiscutible al sello estético que imprimió “Blade Runner”, que a su vez tomo elementos del cine expresionista alemán de los años 20, a la ya mencionada “Metrópolis”, al cine policial negro de los 30 y 50 y al comic “El Largo mañana” de O´Banon/Moebius. La falta de vegetación y su remplazo por las luces de neón magenta nos habla de una humanidad que ha cambiado naturaleza por hiper consumismo, por una polución industrial de fábricas automatizadas prácticamente sin obreros. También es propio de la estética los barrios bajos, con sus sombras azuladas casi siempre en zonas fantasmales de talleres abandonados o refugios construidos con cartón y nailon al estilo homeless norteamericano.

Pero no todo es tan esquemático, en “The Matrix” hay un claro predominio del color verde y el negro del cuero, en “Blade runner 2049” la paleta de colores está bien diferenciada dependiendo el escenario de la secuencia.

Música en el cine ciberpunk

Como ya hemos dicho todo comenzó en “Blade Runner” con los sintetizadores del griego Vangelis, haciendo uso de la música electrónica, ambiente o new age para estableces ese tono de misterio noir que quería imprimir Ridley Soctt en el film.

El uso de sintetizadores, baterias digitales y música electrónica paso a ser una marca distintiva de los filsm en clave ciberpunk, aunque con el tiempo también se agregaron estilos como electronic body music, musica industrial, noise, future pop, rock alternativo, rock gótico, synthpop, retrowave, synthwaver, vaporwave e inteligent dance. Aunque tampoco falta el jazz o la música clásica para imprimirle ese toque noir del policial negro.

A modo de conclusión

Por todo esto volvería a ver estas películas, La influencia del ciberpunk se puede ver en películas que aun no encuadrándose dentro se han dejado influenciar por su tono y sus ambientes, como “Brazil” (1985) o “12 monos” (1995), ambas de Terry Gilliam, “El quinto elemento” (1997)de Luc Beson o “Dark City” (1998) de Bruno Lázaro Pacheco.

Es innegable que el cine con temática ciberpunk llego para quedarse y tiene mucho mas para decir. Las redes y las plataformas han posibilitado que este subgénero continúe su expansión y genere nuevos interrogantes en las nuevas generaciones. Se espera con ansias la película basada en el videojuego Ciberpunk 2077. Esperemos que sea en el espíritu que define a este subgénero y no en una superflua reproducción comercial. Y nada mejor que terminar estas líneas que aquel monologo inmortal de Rutger Hauer en el papel del replicante Roy Batty:

“he visto cosas que ustedes no podrían creerían. Naves de ataque en llamas más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.”

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