La distopía de hacer una ópera prima

El pasado 24 de enero tuve la oportunidad de asisitir a la premiere en México de 'Tiempos Futuros', una película peruana dirigida por Víctor Checa; co escrita por él mismo y Víctor Huizar. Esta se llevó a cabo en el Cine Tonalá, en la Ciudad de México; y todo fue gracias a Ciencia Ficción México y Piano (@somospiano), quienes me proporcionaron los accesos.

Subí un pequeño video a mis redes, hablando de mi experiencia y sobre la película; sin embargo, no tuve la oportunidad de explayarme en el tema, por lo que aprovecharé este espacio para hablar más libremente.

Siendo esta la ópera prima de Víctor, he de decir que hay mucho que admirar de su trabajo. Lo primero a destacar de la cinta es el formato. No tengo claro si está a 1:1 o 1.33:1; pero lo importante es que proyecta una imagen cuadrangular, aprovechando muy bien este recurso, pues logra centrarse visualmente en lo que importa y lo maneja de una forma que hace ver todo lo proyectado muy atractivo. Considero que esto es lo mejor del filme, pues su apartado visual es asombroso. Realmente no sé quien estuvo a cargo de la fotografía, pero fue un muy buen trabajo, al igual que el manejo de cámara. Pienso que Víctor tenía bastante claro lo que quería lograr visualmente a la hora de trabajar en este proyecto.

En cuanto a la historia, he de decir que tiene sus problemas. Esta habla sobre un padre (Luis) y su hijo (Teo) decididos a construir una máquina capaz de hacer llover; esto en un mundo gris y triste que jamás ha conocido la lluvia.

La realidad es que los personajes secundarios no son los mejores escritos. Personalmente, no logré empatizar con los nuevos amigos de Mateo, y me costó lograr conectar con el padre; sin embargo, el trasfondo del niño es lo mejor y lo que mantiene la cinta arriba. Establece un conflicto interno en él, donde está cansado de ser responsable de su padre y la mayoría de los gastos, pero su amor lo mantiene atado y sin querer decepcionarlo; cosa que lo orilla a llevar a cabo acciones cuestionables ante la sociedad, su progenitor y sus propios valores.

De la misma forma, se encuentra en el dilema de quedarse con la única familia que tiene, o con sus nuevos amigos; quienes lo han ayudado a conocer otro aspecto de la vida y sentirse más libre y feliz, pero que también son los responsables y autores intelectuales de todas las malas acciones de Mateo. No quiere fallarle a nadie; a sus amistades, a su padre, a la sociedad ni a él mismo, lo que lo pone en una situación difícil. Complementario a esto, las actuaciones fue de lo que menos me agradó, pues en varias ocasiones los diálogos parecen recitados, dichos de memoria y no se sienten reales.

La ejecución de la película es lenta. Hay momentos en los que piensas que realmente no está pasando nada y puede que hasta creas que se está alargando mucho, y varios temas quedan sin resolución o la misma te deja confundido y no terminas de comprender lo que pasó. Definitivamente no es una película para todo el mundo. Tiene completamente el sello de cine independiente y puede que hasta un poco de cine de arte; pero si disfrutas de todo lo que conlleva el cine, especialmente en el aspecto visual (porque la verdad es que no brilla mucho a nivel de guion) vale la pena echarle un vistazo; pienso que hay varias cosas que podríamos aprender o tomar en cuenta de este tema; pero, si no eres adepto del género, piénsalo dos veces antes de verla, pues puede que realmente te aburras o salgas disgustado.

En una generalidad, me gustó, pero sí hay varios aspectos que pudieron ser mejores; aunque para ser una ópera prima, creo que cumple su cometido y prevé un buen futuro como director para Víctor. Tengo la esperanza de verlo destacando próximamente en el cine latinoamericano.

Reitero mis agradecimientos a Ciencia Ficción México y Piano por permitirme asisitir a dicho evento, y si es que Víctor Checa llega de leer esto, no puedo más que felicitarlo por su trabajo, sé que llegará lejos.