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Lalo Salamanca: La fuerza antagónica más feroz de todo Breaking Bad y Better Call Saul

Spoilers

“Yo soy Eduardo, but you can call me Lalo”, dice Eduardo Salamanca en su primera aparición en el episodio 8 de la cuarta temporada de Better Call Saul llamado “ Coushatta”.

Who Is Better Call Saul's Lalo Salamanca? Here's What Breaking Bad Tells Us  | Cinemablend

Lalo se presenta ante Nacho como un visitante inesperado que rápidamente toma el control del lugar y, a pesar de verse como un tipo amable y carismático (además de un excelente cocinero al igual que su primo Tuco), inquieta a Nacho por no saber con exactitud lo que planea o hace exactamente allí.

En tan solo unos pocos minutos de presentación nos hemos convertido en Nacho; al igual que él nos sentimos confundidos e intrigados por este nuevo personaje que ha irrumpido en medio de la narrativa justo al final del capítulo. No tenemos certeza de lo que piensa, por qué ha aparecido de repente o cuáles son su motivaciones, por ello nos mostramos desconfiados, confundidos e interesados. Deseamos saber cuál es su papel a jugar en todo esto (¡y vaya papel que juega!).

Si eres fan de este increíble universo televisivo, sabrás quién fue el principal antagonista de Breaking Bad, aquel personaje que hizo su aparición durante la tercera temporada del show, el narcotraficante chileno que estuvo a punto de acabar con Walter White, convirtió a Jesse en un soldado de su ejército y acabo casi por completo con el reinado del cartel mexicano; así es, hablamos del “Chicken Man”, Gustavo Fring. Al hablar de Gustavo, nos referimos a un villano en todo el sentido de la palabra; un adversario casi imposible de vencer para su contraparte, una fuerza inamovible y calculadora capaz de crear un complicado pero eficiente plan para derrocar a Don Eladio y su imperio. Pero no estamos aquí para hablar del “Chicken Man”, sino para tomarlo como ejemplo y sustraer sus caracterísitcas más letales: su astucia, paciencia, ingenio, frialdad y dominio de la estrategia. Recuerden muy bien este dato pues será vital para enteder la naturaleza de Lalo.
Breaking Bad: Giancarlo Esposito commenta le teorie sulla sessualità di Gus  Fring | TV - BadTaste.itPor otro lado tenemos a la tan conocida, cruel y sádica familia de los Salamanca, un grupo de asesinos salvajes que siempre ha vivido bajo la ley de "sangre por sangre”. Cada uno de sus miembros por sí solo representó una amenaza temible en algún punto de la serie, pero ninguno de ellos estuvo al nivel de alguien como Fring…al menos no hasta la llegada de Lalo. A pesar de lo dicho anteriormente, contaban con dos factores que los distinguían: impredictibilidad y letalidad. A diferencia de Fring, no cuentan con un gran ingenio, pero el hecho de encontrarte a uno de ellos de frente era como ver la cara de la muerte, y por si fuera poco, compensaban esa debilidad al ser adversarios impulsivos capaces de arremeter y tomar acciones en el momento menos esperado. Esta sed de sangre era mucho más frenética y voraz si alguien llegaba a meterse con uno de los suyos, después de todo…


Ahora bien, toma lo mejor de Gustavo Fring y mézclalo con el sadismo e impredictibilidad de un Salamanca, agrega dos cucharadas de acento español fluido y natural para un personaje mexicano, un rostro simpático y una actitud carismática, el gran talento del actor Tony Dalton (este sería el papel que le daría reconocimiento fuera del señor “Roberto Ávila” y lo ayudaría a impulsar su carrera), y obtienes no solo al Salamanca más peligroso de la familia, ni al enemigo más formidable del universo de Breaking Bad, sino a uno de los antagonistas más diabólicos y geniales en la historia de la televisión.

Tanto el actor Tony Dalton como el equipo detrás del proyecto reflejaron su personalidad de maneras muy creativas a lo largo de la serie. Las diversas ocasiones en que los asesinatos cometidos por Lalo dejaban a la imaginación del espectador su brutalidad al momento de matar a alguien, ya que a excepción de un par de veces, siempre se nos mostró el antes y después del asesinato, más nunca se reveló ese momento crucial, demostrando una vez más a la audiencia el factor diabólico de su personalidad. El guión incluye sus diálogos con sutilidad; unas veces habla como un ciudadano común para así recolectar información en pos de sus intereses, sin necesidad de amenazar o parecer alguien hostil, mientras que en otras ocasiones unas cuantas palabras, eran una señal contundente de un plan maquiavélico asomándose entre líneas. El cambio lento pero característico de su sonrisa a una expresión seria, pasando de un tono amigable a un completo psicópata; dejando en claro que podía transformarse y adoptar sin problemas la personalidad más conveniente para la situación y en el momento que él lo requiriera; siendo la pequeña chispa que podía convertirse en un incendio y devorar todo en cuestión de segundos. Y claro, nunca olvidaremos el brillante efecto de sonido al final de la temporada cinco justo antes de que la pantalla se torne negra y aparezcan los créditos de la serie; creando una transición en la que cada paso sobre las rocas de un Lalo herido, traicionado e insultado, se convierte poco a poco en una tormenta inminente.

Ese es Lalo Salamanca, un hombre que se convirtió en la pesadilla andante de Gustavo Fring y posiblemente al que podría considerar su némesis en este juego de narcotraficantes. El Salamanca que pondría en riesgo todos los esfuerzos del chileno por destruir el imperio del cartel mexicano; alguien que puede hablar con el poderoso señor de la mafia mexicana, Don Eladio, como si fuesen amigos de toda la vida; un personaje con la habilidad de engañar a un maestro tan diestro y astuto como Mike y atormentar las vidas de Saul Goodman, Kim Wexler y Howard Hamlin; siendo el ángel de la muerte de todos y cada uno de ellos. Pero cuidado a esta anotación, puesto que como gran fan de los Salamanca y Gustavo Fring, no intento decir que alguno de estos personajes sea más o menos que otro, sino que el factor refrescante que trae consigo alguien como Lalo abre la puerta a posibilidades que pensábamos pero nunca hubiésemos imaginado ver en este universo: un Gustavo Fring asustado, un Salamanca más peligroso que todos los miembros de la familia y el cartel, incluido Don Eladio. Un oponente que alguien como Walter White habría preferido no combatir.


Frente a la serie, Eduardo Salamanca sirve como la espada de Damocles que te recuerda en cada episodio que si algo puede salir mal, saldrá incluso peor. Aún por encima, Lalo desborda un gran carisma acompañado de una sonrisa natural que nos permite olvidar por un momento que nuestros protagonistas solo están lidiando con un tipo amable y razonable, solo para demostrarnos su psicopatía unos segundos después, llevando en sus manos cualquier herramienta que pueda usar como arma; desde unas tijeras hasta una sartén con aceite hirviendo. Esta contraparte entre calma y locura, inteligencia y ferocidad, inofensivo y tenaz, hacen que Lalo pueda parecer tanto un cliente amigable ante los ojos de Jimmy, como un asesino impredecible para Mike. La magia de su personaje reside en ser la sorpresa que no quieres recibir, el elemento en la trama que no sigue siempre un curso lineal, sino que puede saltar de inmediato sobre las líneas temporales de otros personajes e incluso llegar a desatar el caos donde el espectador menos lo espera, haciéndolo de una manera muy orgánica y creíble; regalándonos varios de los mejores momentos de la serie, como el tiroteo al final de la quinta temporada, el desarrollo de su lazo de confianza con Nacho, la eterna y brutal rivalidad que sostiene con Gustavo Fring, esa maravillosa escena en la que gracias a su intervención, es Kim Wexler, interpretada por la increíble Rhea Seehorn, quien nos demuestra por qué es un ejemplo a seguir a la hora de crear personajes femeninos fuertes, y por qué su personaje es tan genial como el propio Lalo; convirtiéndolo en el mal personificado que saca lo mejor de otros personajes, llevándolos al límite y monstrándonos un lado que desconocíamos de ellos.

¡Oh!, y por supuesto no podemos olvidar el hecho de que gracias a él tuvimos uno de los giros de guión más bestiales e inesperados de la televisión al final del episodio 7 de la última temporada, titulado “Plan and Execution”, en donde una vez más nos recuerda que no debemos parpadear aún sabiendo que no está en pantalla, pues el solo hecho de que aún respire lo convierte en una amenaza inesperada.

Eduardo Salamanca se ganó con méritos un lugar en esa sección especial que todos tenemos en nuestros corazones y llamamos “enemigos únicos e irrepetibles”. Lalo es el viento que sopla con violencia una vela y anticipa su llegada, el delicado e inquietante movimiento de una rejilla que te advierte sobre su presencia, el vórtice que viene para destruirlo todo y poner en peligro las vidas de quienes se crucen en su camino. Lalo es la muerte que ríe al final.

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