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¿Por que volvemos a los mismo lugares?

¿Por que volvemos a los mismo lugares?

En cuanto vi el título del desafío, se me ocurrieron por lo menos cinco películas que siempre vuelvo a ver y otras tantas que ya están ingresando a esa lista. Pero por primera vez me pregunto: ¿Por qué es que las vuelvo a ver? ¿Qué es lo que hace que quiera, una y otra vez, darle mi tiempo a algo de lo que, en algunos casos, ya me sé los diálogos? ¿Es su calidad técnica? ¿Artística? ¿Su alto grado emocional? ¿Nostalgia, tal vez?

Voy a intentar ordenar estos pensamientos en una lista, tratando de ser lo más meticuloso posible. Será difícil en lo personal, pero daré mi mayor esfuerzo.

Nostalgia y Conexión Emocional

Uno de los principales motivos por los que volvemos a ver películas es la nostalgia, o al menos en mi caso. No creo tener la verdad absoluta, pero dado que estamos reflexionando, no volveré a hacer mención de que esta es mi perspectiva del asunto. Las películas que vimos en nuestra infancia, adolescencia o en momentos significativos de nuestras vidas nos transportan a esos tiempos y lugares, permitiéndonos revivir recuerdos y emociones. Un ejemplo muy tangible es "Mingo y Aníbal contra los fantasmas", una comedia argentina del 85 que repetían continuamente los domingos en el 13. Probablemente, si la viera por primera vez ahora, a mis 36 años, no me gustaría. Sin embargo, ya sabiendo dónde está cada chiste y cada línea clásica de Mingo, suelto una carcajada. Tal vez sea porque al verla me teletransporto a mi infancia, cuando los grandes se iban a dormir la siesta y tenía la TV para mí solo. Casi puedo sentir que estoy allí, en patas, tomando una leche con un montón de Chocolino.

Confort y Seguridad

En un mundo en constante cambio, las películas favoritas ofrecen una sensación de confort y seguridad. Saber cómo termina una historia y conocer cada giro y diálogo puede ser increíblemente reconfortante. Sabemos que nos gusta y lo repetimos. Algo así me pasa con la trilogía de "El Señor de los Anillos", una travesía de como diez horas en donde nuestro querido Frodo la pasa muy mal casi todo el tiempo. Muchas veces no solo elijo cuál de las tres ver, sino escenas específicas. Hoy quiero ver cómo muere el Señor de los Nazgûl o gritar en conjunto con Aragorn en las Puertas Negras: "¡Por Frodo!"

Este ejemplo me sirve para dar pie a la siguiente razón de por qué muchas veces volvemos a repetir una película una y otra vez. Porque "El Señor de los Anillos" no solo es reconfortante, sino que es la trilogía perfecta, cinematográficamente hablando.

Apreciación del Arte

Algunas películas son tan ricas en detalles y calidad artística que merecen ser vistas más de una vez para ser realmente apreciadas. Las complejas narrativas de películas como "El Padrino" o la cinematografía impresionante de "El Señor de los Anillos" revelan nuevas capas de arte con cada visionado. Cada vez que las vemos, reconocemos algo que la vez anterior se nos había pasado, pistas que el director deja para aquellos con ojos y oídos agudos, permitiendo armar más completamente el rompecabezas. Pregunta a los cinéfilos de pura cepa: ¿En qué momento se dieron cuenta de que la presencia de naranjas en "El Padrino" anuncia problemas? Yo, por mi parte, me di cuenta después de verla varias veces para un análisis en la facultad, y mi cabeza explotó como la de Sollozzo.

Comunidad y Conexión Social

Finalmente, volver a ver películas también puede ser una actividad social. Un subgénero, por así decirlo, que es el rey de esta temática son las películas navideñas. No hay que ser un amante del cine para haber visto hasta el hartazgo "Mi Pobre Angelito" (sí, así le pusieron en Argentina) o "Solo en Casa". Durante mucho tiempo fue mi película navideña favorita, pero en los últimos tiempos fue reemplazada por una mucho más graciosa, hilarante se podría decir, interpretada por alguien que sabe mucho sobre películas para volver a ver. De pie, señoras y señores, estoy hablando de Jim Carrey. En su haber se encuentran: "La Máscara", "Tonto y Retonto", "Ace Ventura", "Mentiroso Mentiroso", "Irene, Yo y Mi Otro Yo", "Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos", "The Truman Show", y puedo seguir y seguir, pero no me quiero desviar del tema. ¡Dios, qué artista, Jim, te amo! Bien, ¿en qué estaba? Ah, sí, la película navideña que tomó mis diciembres por excelencia es "El Grinch". La mezcla perfecta entre ternura melosa y chistes desopilantes. No veo la hora de que mis sobrinos crezcan un poco para verla juntos y repasar al mismo tiempo la agenda completa del Grinch sin decírselo a nadie ;)

Tal vez todo este análisis sea solo una excusa para hablar de aquello que tanto nos gusta y no sirva de mucho, o tal vez sea una buena excusa para volver a ver alguna buena peli. La verdad es que, más allá de las razones específicas, las películas que volvemos a ver se convierten en parte de nosotros. Nos acompañan en diferentes etapas de nuestra vida y se convierten en un espejo de nuestras propias experiencias y emociones. Así que, la próxima vez que vuelvas a ver tu película favorita, recuerdá que no solo estás viendo una historia en una pantalla, sino que estás reviviendo una parte de vos mismo.

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