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El miedo de toda chica que fue un a colegio católico

Hace unos días, tuve la oportunidad de asistir a un pre-estreno de Inmaculada (2024) de Michael Mohan. Fuimos con una amiga y la película nos sorprendió. Ambas pensábamos, capaz por los trailers o por los estereotipos que tenemos de este estilo de películas, que iba a tratar de un terror sobrenatural y nos encontramos con la dicha de que sea terror psicológico. El horror religioso ya lo esperamos. Y no existe cosa más terrorífica para una joven adulta que el embarazo.

Si ya menstruar, que suele ser de 5 a 7 días, es una de las peores torturas que una puede vivir. Estar embarazada por 9 meses y después darle luz a la criatura y después encima tener que hacerse cargo de casi todo es la 13 razón de muchas.

Mientras veíamos la película, no pudimos evitar comentar, con mi amiga, lo horrible y terrorífico que sería despertar un día y enterarte que te embarazaste por obra y gracia del espíritu santo. Lo cual me recordó a cuando eramos más chicas y no teníamos idea de la menstruación, y a pesar de que la sociedad fue mejorando y aceptándola, de cierta manera se mantiene oculta y su conocimiento popular es relativamente poco. Especialmente para niñas de 13 años viviendo todos los cambios emocionales y hormonales, siendo llamadas “mujeres” a una edad tan temprana. La cuestión es que me hizo recordar a cuando no nos venía (algo normal durante los primeros tres años del ciclo menstrual) y decíamos con toda seguridad que éramos las siguientes madres de Dios, alguna siempre respondía que tambien podia ser el AntiCristo y que María se quedó embarazada a los 15 así que estábamos a salvo.

Y a lo que quiero llegar con todo esto, es que la película, al igual que las demás artes, impacta de distintas maneras dependiendo del nivel cultural y de las vivencias de cada espectador. Si yo no hubiera sido criada de manera católica, especialmente como mujer católica, capaz que el film no me hubiera dado miedo o no podría haberme sentido interpelada con el personaje de Sydney Sweeney, que además de protagonista es productora que es un hecho no menor.

Gracias a Euphoria, Sweeney ha estado en el foco, principalmente masculino, pero sus recientes trabajos como Anyone But You (2023) que es una rom-com, que siempre se ha asociado a estas al público femenino y su reciente película que hoy convoca a este artículo, con una protagonista que vive una situación de terror que puede entender cualquiera pero que sólo pueden comprender las mujeres (y entidades que puedan embarazarse) apunta al cambio que intenta hacer la actriz: mostrar la experiencia femenina en el cine. Espero con ansias sus siguientes proyectos.

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