Tony Montana: El Villano Icónico que Conquista al Público

Un villano de protagonista

Scarface, también conocida como Caracortada, es quizás el mejor ejemplo en el cine de cómo hacer que el público empatice con el villano de la película. Tony Montana representa todo lo malo de la sociedad, pero aun así, la gente y el público, hasta el día de hoy, le rinden pleitesía. Quizás sea un placer culpable para todos, ya que quisiéramos ser como él. ¿Estará mal eso? ¿O nuestra vida es tan mediocre que quisiéramos ser el malo de la película?

Como dice Maurice a Johnny Clay en The Killing, el filme de Kubrick de 1956: “Siempre he creído que los gánsteres y los artistas son lo mismo, son admirados como héroes, pero siempre se les quiere ver destruidos en la cima”. Es ese concepto el que, a mi parecer, nos hace querer y empatizar con un personaje que lo logra todo, pero en la cúspide lo vemos caer estrepitosa y literalmente, alimentando ese morbo que tenemos dentro. Pero, hablando por mi experiencia, ¿será un deseo interior que aflora al ver este film el querer ser como Tony Montana? ¿Por qué? ¿Será porque es un tipo que se hizo de la nada, que solo con su actitud y determinación logra formar un imperio, llegando a tener dinero a montones, la mujer deseada y la vida que siempre quiso? Pero si muere al final de la película, quizás ese sea un precio que vale la pena pagar para tener un momento en la cima, ¿o no?

Así que lo más seguro es que Oliver Stone, el guionista de Caracortada, vio el film de Kubrick, cosa que no lo sé, pero a mi parecer, siendo contemporáneo a él y una figura de admiración para los directores y escritores de la época, tomó estas frases para construir a un villano como Tony Montana. Un ser despreciable, una escoria que fue tratada como tal, pero supo avanzar y seguir hasta conseguir lo que se propone, odiado pero a su vez amado, y olvidado pero presa de sus propios actos.

Una de las escenas más memorables de la película, y que nos ayuda a entender quién es realmente Tony Montana, es cuando va a ver a su madre. Cuando una madre es incapaz de perdonar, tienes que haber hecho algo muy, pero muy malo, para que tu madre no te permita ver a tu hermana. Esto nos da para pensar: ¿qué hizo en Cuba para ser odiado por su madre? Algo que no se muestra en la película, pero solo con la actuación de Miriam Colón no necesitamos mayores explicaciones. Desde el principio del metraje, el film se encarga de mostrarnos quién es Tony Montana, ya que mientras es interrogado por los agentes de migraciones, se dan cuenta de inmediato que es un asesino, una persona sin escrúpulos, narcisista que no le importa nada y que se refugia en su carácter de exiliado anticastrista para darle un sentido y justificación a todo lo que hizo.

Pero a medida que avanza el film, poco a poco nos va encantando, quizás porque su carácter de antiheroe salido de la mente del gran Oliver Stone le da vida a un personaje que no va cambiando a medida que transcurre el film, sino que siempre ha sido así y no necesita justificación alguna para cometer sus actos.

Esto aflora cuando es contratado por López para matar a Rebenga cuando estaba recluido en esa suerte de campo de concentración montado por el gobierno para mantener a los refugiados provenientes de Cuba a cambio de una visa. Tampoco su comportamiento posterior es causa de su ser, ya que cuando van a hacer el intercambio de droga y Ángel, uno de sus amigos, es cortado por el colombiano con la motosierra en frente de él, no nos da un motivo que justifique sus actos. Al contrario, nos da a entender que su carácter frío y fortaleza mental siempre son iguales. En el film, Tony Montana no es el típico personaje que se va haciendo a medida que transcurre el relato y su comportamiento cambia a medida que le suceden las cosas. Al contrario, es una persona que sigue y sigue, y da lo mismo en qué situación traumante o caótica esté, siempre saldrá airoso y no se cuestiona ni es presa de remordimiento alguno o dolor.

Esa es la gracia de este film, que nos hace querer a un personaje que puede superar situaciones traumantes que, si uno viera como un amigo es descuartizado, no podríamos superar o no nos recuperaríamos tan fácilmente. Es esa capacidad para sobreponerse a situaciones extremas lo que hace que Caracortada logre hacernos empatizar con él. No recuerdo ningún film que nos muestre un personaje con unos valores tan bajos como protagonista.

Si bien Joker es la historia de un villano, vemos cómo y por qué se hace un villano. En cambio, en este film, él es malo por naturaleza, algo que Oliver Stone trabajó con el guion de Tarantino en Asesinos por naturaleza catorce años después.

Antes podemos ver que Stone coloca en cierta parte sus experiencias en Vietnam, donde muchos de sus compañeros quedaron traumados al ver cómo morían sus compañeros, pero otros lo veían como algo lamentable, pero no se echaban a morir y seguían con más fuerza, alimentando una sed de venganza sin importar la integridad física.

En el caso de Montana, no es la venganza lo que lo motiva en un principio, sino el querer más, quererlo todo, alimentado por la frase “el mundo es tuyo”. Esto se refleja en Scarface, ya que Stone aprovecha esa vivencia y eso es lo rico del cine, que te da la oportunidad de plasmar tus vivencias pero sin ser autorrecurrente. En el film, Tony Montana no quiere a nadie, solo se quiere a él mismo, y su forma de demostrar amor es más cercana a la obsesión, ya que amor no siente, solo deseo de querer algo. Esto queda demostrado en la escena cuando conoce a Elvira, interpretada por la despampanante Michelle Pfeiffer, dándonos a entender que ella es un objeto, algo carnal, pero nunca la amó. Quizás López sí la quería, pero él solo vio algo que debía poseer.

Uno de los puntos a favor de nuestro personaje es su lealtad con su círculo, lealtad que poco a poco se convierte en una suerte de dictadura, ya que a medida que avanza el film, la relación con su mejor amigo Manny Rivera, interpretado por un debutante Steven Bauer, pasa de ser socio a mano derecha, llegando a ser tratado como un empleado.

Esta relación empeora aún más cuando Manny se enamora de la hermana de Tony y es ahí donde aflora su lado más oscuro, una ira incontrolable que lo ciega y comete actos sin pensar.

Quizás lo único rescatable de este personaje es cuando se niega a asesinar a la esposa e hijos del periodista al que la mafia boliviana, encabezada por Sosa, una suerte de antagonista en este film, le envía a matar. Esto nos muestra humanidad y así asimilar de mejor manera y entregarnos a un villano convencional, y como público podamos identificarlo de mejor manera.

Algo que me parece de una genialidad absoluta, ya que si tienes un malo como protagonista, el malo de esta película tiene que ser aún más malo, y Sosa, con el solo hecho de querer que mate sin piedad a mujeres y niños, se logra separar y Tony Montana queda como héroe llegando casi al final del film, y así entregarnos uno de los finales más memorables en la historia del cine.

¿Qué mensaje podemos rescatar de este film? De manera muy inteligente nos muestra que el villano en esta historia no es una persona, sino que fácilmente nosotros mismos podemos ser nuestro propio villano y que no necesitamos a una persona física para echarle la culpa por nuestros actos, somos nosotros mismos. Y es eso lo que nos atrae aún más, ya que todos hemos hecho algo malo en nuestra vida y tratamos de culpar al resto y buscar alguna justificación del porqué lo hicimos. Por eso Caracortada es tan atrayente, ya que nos recuerda que siempre podemos ser nuestro propio enemigo.