Esperando la carroza, del populismo argentino a la pantalla grande

Si hablamos de películas para volver a mirar, creo que Esperando la Carroza, es el mayor clásico del cine argentino. Estrenada en el año 1985, esta película dirigida por el gran Alejandro Doria, es una adaptación de una obra de teatro del uruguayo Jacobo Langsner. En su modificación para el cine, Doria carga de tintes culturales argentinos esta historia y la convierte en una obra maestra del grotesco criollo.

La historia transcurre en una familia tipo argentina, compuesta por varios hijos adultos, que deben cuidar de su madre anciana Mama Cora (Antonio Gasalla) y todo se convierte en una seguidilla de eventos desafortunados que tiñen de humor negro, escenas de la vida cotidiana.

Esta película es mucho mas que un simple film, dejando frases icónicas en el recuerdo de muchas generaciones como “tres empanadas”(Luis Brandoni) refiriéndose a la pobreza que atravesaba su hermana que solo tenia tres empanadas para alimentarse mientras se comia una de ellas, o “yo hago puchero, ella hace puchero. Yo hago ravioles, ella hace ravioles” (China Zorrila) refiriendose a la envidia que provenía de su vecina desde su entender.

Esta obra de cine, nos permite explorar un sinfín de remates cómicos, con una marcado populismo argentino y una fotografía característica de la época. En ella se pueden apreciar las diferentes clases sociales del momento, ejemplificados con sucesos de la cotidianeidad.

Proyectada en la pantalla grande, tanto como en la televisión a posterior, desde grandes a niños, todos vimos alguna vez en nuestros almuerzos familiares de domingo, este film. De esta manera, la película logro trascender mas allá de la historia misma, al ADN de la cultura. Siendo en muchos casos, recuerdo del recuerdo. La casa de los abuelos, la familia reunida, la comida en la mesa, los niños corriendo por ahí, el calor de hogar, las discusiones de futbol, los primos, los tíos, las vidas… y en la tele de fondo, la voz de Mama Cora y los gritos desordenados pero que tienen una lógica de sus protagonistas, intentando ponerse de acuerdo. Este es mi recuerdo de la primera vez que la vi y podría asegurar que es el de muchos. Ya de adulta y comprendiendo las implicancias del humor argentino, puedo afirmar que mientras su minutos transcurren, la historia se carga de humor, de cinismo, de picardía argenta, de nacionalismo hecho comedia.

Fue remasterizada en el año 2005, con un trabajo increíble de Cinecolor Digital y su equipo de expertos. El sonido mejora en esta edición un 100% pero de todas maneras, como buena cinéfila, los invito a ver la versión original del año 1985, ya que hay algo de identidad en la forma, estructura y detalles de cada etapa del cine que también contribuyen al resultado final de la película.

94 minutos de risas, humor negro, chicanas, enredos familiares, pasiones, perdidas, duelos, muertes, resurrecciones, madres e hijos… ¿Qué mas esperas de una historia?

Con un inmejorable elenco Luis Brandoni, China Zorrilla, Antonio Gasalla, Julio De Grazia y Betiana Blum, Mónica Villa, Juan Manuel Tenuta, Andrea Tenuta y Lidia Catalano, la actuación especial de Cecilia Rosetto, Enrique Pinti como actor invitado y la presentación de Darío Grandinetti.

Una invitación al recuerdo, la cultura e identidad argentina y el humor que nos caracteriza.

Si la encuentran por ahí y aun no la vieron, deténganse y disfruten. Si como yo, la viste mas de una vez, te invito a que me dejes en comentarios algún recuerdo que te traiga este clásico.

Desde ya agradezco que hayas llegado hasta acá, seria de gran ayuda para que pueda seguir creciendo y escribiendo, que le des like al articulo.

Nos leemos…

Agus Cleary