Dos conocidos amantes

La película inicia, y vemos a un Alvy Singer presentándose. Tanto a él mismo, cómo a sus primeras preocupaciones. Ya seguido de esta introducción, se nos establece lo que será el punto de vista de toda la película: La mente de Alvy Singer. Con sus recuerdos, que él manipula a diestra y siniestra mostrándonos que tiene el control de la historia, si el nos dice que su infancia fue como vivir debajo de una montaña rusa, veremos a su casa debajo de una montaña rusa. Él controla lo que vamos a ver y nosotros vamos a analizar su mirada. Aún así, hay algo que él no puede manejar, y pese a que sea su historia, todo su relato va a girar en torno a un nombre: Annie Hall.

Annie Hall (1977) o Dos extraños amantes, es una película escrita y dirigida por Woody Allen, en donde vamos a ver en una narración semi-autobiográfica, las vivencias y los recuerdos de un neurótico comediante llamado Alvy Singer. Todos estos recuerdos estarán rodeados por el recuerdo de su ex pareja, Annie Hall, interpretada por la mítica Diane Keaton.

Desde un primer momento, todos los recuerdos entre ellos se nos van a enseñar a través de saltos temporales, con secuencias que no son lineales pero que están vinculadas una con la otra por alguna manera. Todo está atado por el punto de vista, más de Alvy, pero sin dejar atrás la mirada de Annie sobre las cosas. Vemos el principio de una relación, para luego ver su deterioro y su final.

“Las relaciones son como un tiburón, si no se detienen, se mueren. Y bueno, lo que tenemos aquí es un tiburón muerto…”

La grandeza que para mi tiene esta película, es que te muestra al desnudo una relación, en donde tranquilamente podemos posicionarnos de un lado o del otro, enojarnos con Annie por no quedarse, o enojarnos con Alvy por no querer que crezca, pero rápidamente tenemos que entender, que no se trata de “posicionarse” en ningún lado, sino que estamos contemplando una relación con todas sus complejidades, con todos los miedos, y con todo lo que implica el querer a otra persona y el miedo a que esta nos deje. Alvy se comporta de manera insoportable sobre el final, pero también entendemos que es un personaje (o una persona), que ayudó mucho a Annie, y ahora se está quedando atrás. Tiene que quedarse atrás.

El arco de desarrollo de Annie lo vemos en sus dos escenas como cantante, en una vemos a una muchacha insegura, a la que no la escuchan, que está tocando en un bar como ruido de fondo y nada más.

Luego de todas las peripecias que atraviesan al personaje, vemos a ella en el momento clave de su historia dentro de la historia, en el momento en el que vuelve a cantar, esta vez siendo el centro de atención, esta vez, hipnotizando a todos los espectadores y devorándose la pantalla, en una de las interpretaciones más bellas de una persona cantando en escena. Annie finalmente creció, y el paso siguiente, luego de esta escena, es el productor, quién ofrece a ella grabar un disco, por lo cuál Alvy se enfada, hace berrinches, y se comporta como un niño. El personaje que la ayudó a crecer, ahora la está estancando, y a su vez, se está estancando a sí mismo.

Woody Allen tiene la dignidad de retratar a su personaje como el que está haciendo mal a otro. Lo cuál es enorme pensando en que es un film de 1977, e incluso hasta el día de hoy vemos a personajes que solo se paran desde el lugar de víctima (500 days with Summer), forzándonos a debatir al amor como si fuese una cuestión de buenos o malos, héroes o villanos y no a la complejidad que implican dos personas relacionándose.

En una época en donde todo está queriéndose etiquetar, en donde todo es una “red flag” o en donde se nos quiere hacer creer que existen pasos para comprender a los demás, racionalizando absolutamente todo, Annie Hall es un mazazo, que nos dice:

"Recuerdo a ese viejo chiste: Este chico va al psiquiatra y le dice y el doctor le dice <¿por qué no lo internan? y el chico le dice .

Las relaciones son totalmente irracionales, locas, y absurdas pero, supongo que seguimos adelante porque… necesitamos los huevos"