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¿Cuánto vale la foto perfecta? - Civil War

Unas semanas atrás se estrenó en cines “Civil War”, la nueva película del director Alex Garland (Ex-Máquina, Aniquilación).

Sinopsis: “En un futuro distópico, los EE. UU. están en guerra civil debido a un movimiento secesionista. Un equipo de periodistas acompaña a unos militares a Washington D.C. mientras las fuerzas californianas y texanas intentan conquistar la capital.”

Pese a que está catalogada como una historia de acción, distópica y bélica, y la descripción en la sinopsis habla de la guerra, la trama se aleja de la guerra en sí, y no hace ningún esfuerzo por explicar las razones del conflicto armado ni identificar los bandos con colores políticos que puedan polarizar la recepción de la película. Esta no se centra en el conflicto, que queda relegado a un segundo plano, sino que focaliza su atención en un grupo de periodistas y fotoperiodistas que realizan un viaje por los Estados Unidos, mientras intentan contar-mostrar, explicar al mundo lo que está pasando, entre tanto ellos también le encuentran algún sentido.


Este grupo se compone por Lee Smith (Kirsten Dunst), una fotoperiodista profesional reconocida por su trayectoria, que está empeñada en conseguir la foto del año, Joel (Wagner Moura) también periodista, su objetivo es entrevistar al presidente (y aprovechar la oportunidad para echarle en cara todo lo que ha hecho mal) antes de que las fuerzas contrarias lo capturen. Sammy (Stephen McKinley Henderson) un viejo periodista obsesionado con su trabajo que pretende tener su última aventura periodística y Jessie Cullen (Cailee Spaeny) fotógrafa amateur, admiradora del trabajo de Lee Smith que pretende hacerse un hueco en el mundo del fotoperiodismo.

Con el tema de la película planteado me gustaría responder a la nota de mi amiga y colega Lu Moreira (Periodismo de guerra- Civil War). Si bien estoy de acuerdo con ella en que la película no se detiene demasiado en desarrollar en profundidad qué es lo que motiva a cada personaje a exponerse en situaciones no sólo horripilantes sino que de alto riesgo, podemos notar que estos tienen varias características en común: para empezar están obsesionados con su trabajo, se han distanciado de sus familias (que no los comprenden), los mayores ya están tan acostumbrados a esta violencia y a estas imágenes tan fuertes que tienen una especie de armadura sentimental, la misma que vemos desarrollar a Jessie durante el transcurso de la trama con todo lo que le va sucediendo.

Todos tienen un tinte de ego que necesita ser reforzado obteniendo la primicia, tener la mejor imagen, la más poderosa o la entrevista exclusiva, esto es lo que los mueve, es su droga.


En el momento en que se comienza una carrera en el periodismo son muchas las variantes que uno encuentra dentro del mismo, en mi caso en concreto, y como buena latinoamericana mi carrera ha consistido en saber hacer de todo y tratar de hacerlo lo mejor posible.

Dentro de los caminos posibles en la carrera de comunicación audiovisual, y junto con cursos privados me he ido inclinando hacia la fotografía, y dentro de las oportunidades que se me han presentado en la vida, es a lo que me dedico profesionalmente, por el momento. Obviamente y por mi perfíl (demasiado sensible) me dedico a una fotografía familiar, desde bebés hasta cumpleaños de 90, todo el rango de momentos específicos y especiales para una familia.


De todas formas no me escapo de la obsesión de capturar el momento perfecto, el gesto único, la foto que logre congelar una mirada cómplice, una sonrisa.


De esta forma es que puedo llegar a comprender y empatizar con los sentimientos y las acciones que llevan a este grupo de periodistas de guerra a hacer lo que hacen por tener “LA FOTO”.


Desde mi punto de vista una foto “perfecta” tiene más que nada un valor subjetivo y depende principalmente de cómo le llegue al receptor, aunque hay varios factores técnicos (la iluminación, la composición, el color que se utilice, etc.) a tener en cuenta para que la imagen sea efectiva. De todas formas el mayor logro se lo lleva aquella imágen que logra despertar una emoción (sea esta agradable o terrorífica). La "foto perfecta" es una combinación de técnica, creatividad y propósito.


Reflexionando sobre la foto perfecta existen varios eventos que premian estas características de una fotografía. Un ejemplo de esto es el Premio Pulitzer, uno de los premios más prestigiosos y reconocidos en el ámbito del periodismo, la literatura y la composición musical en Estados Unidos. Fue establecido por el editor de periódicos Joseph Pulitzer y se otorga anualmente desde 1917.

Los Premios Pulitzer se otorgan en varias categorías, principalmente en periodismo y literatura. Los ganadores reciben un certificado y una medalla de oro.

En la mayoría de las categorías de periodismo y algunas de las de letras, también se otorga una suma de dinero como premio.

Ganar un Premio Pulitzer es considerado uno de los más altos honores en el campo del periodismo, la literatura y la música. Reconoce la excelencia, la integridad y la innovación, y puede tener un impacto significativo en la carrera de los galardonados.


Otro sería el World Press Photo, una de las competiciones más prestigiosas de fotoperiodismo a nivel mundial.

Fundada en 1955, la organización sin fines de lucro con sede en Ámsterdam, Países Bajos, busca promover estándares elevados en el fotoperiodismo y defender la libertad de expresión.

A través de su concurso anual y sus exposiciones, la organización intenta concientizar al público sobre temas globales importantes mediante imágenes poderosas y emotivas.

La categoría más destacada es la "World Press Photo of the Year", que se otorga a la imagen que mejor captura o representa un evento de gran importancia periodística y que tiene un gran impacto visual y emocional.

Pensemos en fotos que estoy segura todos tenemos en mente porque han contado parte de la historia y han marcado nuestra memoria para siempre, convirtiéndose en icónicas.

Kevin Carter - NYT 1993

Nick Ut - La niña del Napalm

Ganadora WPP 2024 - © Mohammed Salem

Con todo esto en mente recapitulemos sobre la película de Alex Garland. Tengo que confesar que no soy fan de las películas de acción, no me atraen las distopías y sinceramente desde el trailer no me cautivó, sin embargo en este caso me sorprendió para bien.

No voy a decir que es la película del año, ni nada parecido, también considero que es una película que se disfruta en el cine ya que la oscuridad de la sala, el tamaño de la pantalla y la calidad del sonido hacen que la experiencia sea notoriamente diferente.

Garland logra mantener la atención del espectador y tiene escenas de mucha tensión, acompañadas de una banda sonora anempática (según el concepto de Michel Chion) que logra darle a los momentos de mayor tensión una belleza surreal, mediante un contraste deliberado entre el contenido emocional de la música y el contenido emocional de la imagen.


Destaco sobre el elenco la actuación de Cailee Spaeny, que consigue transmitir esa sensación de caos cuando alcanza lo que desea pero a un alto costo.


Y si bien el tema central de la película a mi entender es la fotografía, Garland nos ofrece algunos atisbos de reflexión y autocrítica social. Tenemos escenas específicas en las que percibimos el comportamiento humano frente al otro, como por ejemplo en una estación de servicio casi abandonada un grupo de hombres tienen capturado a otros dos a los cuales están torturando sistemáticamente, pero sus motivos no son tanto el conflicto en sí, sino algunas asperezas personales que estos tenían antes de la guerra.

También el enfrentamiento de dos francotiradores que dicen no seguir órdenes de nadie simplemente disparan porque los están atacando a ellos. Y un pequeño pueblo al que parece no haberle afectado la guerra porque ellos se mantienen al margen. Todos ejemplos de lo que actualmente está pasando en el mundo.


En fin, sin considerarla una película excelente, ni clave, me parece que tiene puntos a favor y si bien no integraría mi lista de lo mejor del año, funciona en su cometido que es contar parte de lo que sucede detrás de “LA FOTO PERFECTA”.
Como dice Cartier Bresson "Hay una fracción de segundo en la que puedes captar la esencia de un acontecimiento. La capacidad de reconocer ese momento preciso y capturarlo es lo que hace una gran fotografía." Y considero que por este momento es que este grupo lo dio todo.

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