Los rostros más conocidos del cine español en una serie - CITAS BARCELONA (2023)

Dates (2013), Cites (2015) y Citas Barcelona (2023)

Una de las últimas propuestas de la plataforma Prime Video ha sido el remake de la serie catalana Cites (2015), que fue producida por TV3 y 3Cat, y que a su vez se vacío en la propuesta británica Dates (2013). La serie que estrenó la plataforma en cuestión ha sido titulada bajo el nombre Citas Barcelona (2023), dirige por Pau Freixas, produce Filmax junto a Prime Video y TV3, y continúa el legado que su antecesora catalana.

En la 21ª edición de los Premios Iris, la serie fue nominada en las categorías de Mejor ficción y Mejor actor (David Verdaguer), y se llevó el Premio Zoom a la Mejor Serie de Ficción.

Con un total de seis episodios y considerada una miniserie, la apuesta de la producción es clara: recoger a los fieles espectadores de la primera versión catalana y sumar a ella todos los fans de los rostros más conocidos del panorama del audiovisual español. La estrategia ha seguido diversos puntos clave: un reparto de renombre que funciona como cabeza de cartel, un total de 45 minutos de media por capítulo y dos historias intercaladas en cada entrega, haciendo que la mecánica sea clara y repetitiva (en el mejor sentido de la palabra). Tanto su predecesora, Cites (2015), como su continuación, están disponibles para su visionado en exclusiva en Prime. Ambas siguen los ritmos de una comedia romántica con muchos de los códigos más comerciales y actuales, y comparten hilo conductor y trama.

«Cuando hicimos las primeras temporadas [2015-2016] era aún un tabú. La gente escondía que quedaba con alguien, y si se enamoraban así luego decían que se habían conocido en un bar. En estos años no sólo tenemos aplicaciones este tipo, sino que la gente se ha tenido ya tropecientas citas, han generado un modo de conducta y se han vuelto repetitivos en la propia forma de tenerlas. Es como una mochila para los personajes y un cambio interesante», dice el director.

Estructura de la miniserie y reparto

Citas Barcelona (2023) recoge un total de 12 primeros encuentros. Todos ellos vínculos que han surgido a través de aplicaciones de internet destinadas a encontrar el amor, forjar una relación o intercambiar unas pocas horas con un ser completamente desconocido. Aquellos que hayáis podido disfrutar de la serie que dirigió Isabel Coixet junto a HBO, Foodie Love (2019), reconoceréis ciertos códigos similares —a excepción de la rotación de parejas, claro está—. En ambas propuestas, las parejas se conocen a través de las apps y (en casi todas las ocasiones) comparten miedos, primeras impresiones, prejuicios y deseos al calor de una mesa. Y quién dice mesa, dice coctelería, foodtruck, restaurante de gala, apartamento, rooftop e incluso una habitación de hotel en la última noche del año.

No es baladí hablar de rostros conocidos en esta última adaptación. A lo largo de las tres temporadas que duró la primera producción, la serie ya contaba con intérpretes de la talla de Leticia Dolera (La novia), Álex Monner (La hija de un ladrón), Eduardo Noriega (Tesis), Íngrid Rubio (Noviembre), Marcel Borràs (Esto no es Suecia), Nao Albert (El buen patrón), Alfonso Bassave (Estoy vivo), Carme Elias (Quién te cantará), Álvaro Cervantes (El tiempo que te doy), Laia Manzanares (La desconocida), y Laia Costa (Foodie Love) y Nausicaa Bonnín (Esto no es Suecia), que ya participaron en su primera versión y repiten en esta segunda.

En su retorno, la producción cuenta también con rostros nuevos, entre los que se destaca la participación de Carlos Cuevas (Merlí), Carmen Machi (El bar), Belén Cuesta (La trinchera infinita / Paquita Salas), Carolina Yuste (Carmen y Lola), Miguel Ángel Muñoz (Pared con pared), Aina Clotet (Esto no es Suecia), David Verdaguer (Verano 1993 / Sabel aquel) y Joana Vilapuig (Selftape).

Ambientación, localizaciones y bilingüismo

Tal y como avanza el título de la producción, Barcelona es el nexo de unión entre todas las historias que se presentan. Sus calles, tanto de día como de noche, son las protagonistas de las citas. Es así como las tabernas y plazas más emblemáticas (y algún que otro lugar recóndito y secreto) se cuelan en la gran pantalla para ser un personaje más que disfruta de las primeras nerviosas y torpes interaciones entre dos seres humanos en busca del amor.

La serie fue rodada en catalán y castellano, dependiendo de la procedencia de los propios actores y en su versión original (disponible en Prime seleccionando Audio: Catalán) puede verse cómo se realiza el cambio de forma orgánica y natural. Aún así, para su estreno en TV3 (cadena de la televisión catalana) la serie fue doblaba íntegramente al catalán, haciendo que incluso la voz de los actores que en el original rodaron en este idioma, fuera sustituída por una nueva.

Temáticas y capítulos

Uno de los mayores aciertos de esta última temporada ha sido incorporar temáticas reivindicativas y vínculos que tratan de salirse de la heteronormatividad. Aunque si hay algo que decir al respecto es que la variedad no es excesiva. Las realidades son habituales y bastante comunes, tanto como los rostros que los acompañan. Esto genera que a nivel físico —a la hora de hablar de perfiles y cánones—, esa normatividad de la que hablábamos coincida con todos los casos de intérpretes. La ausencia de actores/actrices gordos/as, no-caucásicas o trans brilla por su ausencia.

A la hora de analizar el hilo argumental de las propuestas, la serie trabaja alrededor de temáticas variadas, intentando abarcar diversos tipos de realidades. Es cierto que todas ellas pueden situarse con un target enfocado en la treintena, y escalan hacia arriba a nivel conflictual, y por consiguiente en cuanto a los intérpretes escogidos para darles vida. La ausencia de temáticas y/o conflictos juveniles conecta a la serie con un público objetivo muy concreto, similar en edad y momento vivencial. Esto no quiere decir que todo aquel que salga de esa franja no vaya a disfrutar con la propuesta. Sin embargo, como parte de los espectadores más jóvenes, diré que en ocasiones la serie puede resultar algo canónicamente boomer.

Esto puede extrapolar incluso al segundo capítulo, dentro de la historia de Juanqui (David Verdaguer) y Barbs (Berta Castañé), ya que a pesar de que la actriz tan solo tiene 21 años, la forma de abordar su conflicto es cuanto menos paternalista y, de alguna manera, blanquea las relaciones de poder que se generan debido a la diferencia de edad (como siempre, en el caso de un hombre maduro hacia una chica joven). El único acercamiento hacia la realidad del personaje más joven se realiza a través del entorno, pasando de cenar en uno de los rooftops más lujosos de la ciudad a un pedido de comida rápida de foodtruck dentro de un vehículo. Y para terminar de rematar la faena, por cierto acontecimiento que vamos a llamar “descuido”, ella acaba en el hospital y él huye de la situación sin preocuparse por su salud, teniendo cero responsabilidades sobre lo sucedido.

Hay propuestas que, sin embargo, trabajan temáticas necesarias, algo que el público agradece y aplaude indudablemente. En contraste con esta historia, también en el segundo capítulo asistimos al vínculo entre Diana (Carmen Machi) y Nico (Gonzalo de Castro), que trata la búsqueda del placer femenino en la edad madura. Con esta propuesta, Citas Barcelona (2023) consigue salirse de la repetida treintena y explora acertadamente nuevos recovecos con mimo y cuidado.

No todas las propuestas juegan en un realismo total, aunque siempre parten de un plano dentro de la verosimilitud. Este es el caso de la cita entre Murall (Iván Massagué) y Abi (Belén Cuesta) —capítulo 3—, que surge a través de un desencuentro y un equívoco a partes iguales. Mientras Murall trata de convencer a Abi de que acepte la cita, asegurando que se encuentra atrapado en un bucle temporal del que es incapaz de salir, ella mira con suspicacia la versión de los ojos que tiene enfrente. Los códigos de un relato de ciencia ficción generan una de las propuestas más interesantes, al más puro estilo de El día de la marmota (Groundhog Day, 1993).

Los seis primeros encuentros —tres primeros capítulos— presentan un hilo conductor ciertamente confuso y desigual en comparación con el resto de la serie. Comenzando con una primera entrega realmente mejorable, los capítulos van mejorando de forma considerable. A pesar de que el punto en común continúa siendo la crisis en la treintena/cuarentena, comienzan a introducirse nuevas temáticas con algo más de profundidad.

Uno de los mejores, tanto a nivel de guión como a nivel interpretativo, podría considerarse el cuarto. En esta entrega se realiza toda una declaración de intenciones hacia la dependencia y la soltería, donde el miedo al compromiso y los amores que pudieron ser se enfocan a través de la pareja que tratan de formar Paula (Laia Costa) y Sofía (Nausicaa Bonnín). A partir de un flashback sucedido siete años atrás, la historia de ambas comienza con un claro antecedente que condiciona el estado de ambas, que se reencuentran después de todo este tiempo para comprobar qué de todo lo que un día prendió sigue teniendo llama. El giro de guión del final y la forma en la que se realiza coloca esta historia en unos códigos del romanticismo que no se consigue en otros capítulos, en ningún caso haciendo que deje de ser realista. La interpretación de ambas actrices es mucho más mesurada que en otras propuestas, verdaderamente honesta y orgánica.

En este mismo cuarto capítulo, en la segunda cita sucede todo lo contrario. La soledad y la búsqueda desesperada del sexo se entrelazan para contar el encuentro de Matilde (Carolina Yuste) y Samuel (Miguel Ángel Muñoz). La realidad de lo que puede suceder detrás de una cita de Tinder se coloca en primer plano, y más allá del humor generado por el desastre de un encuentro sexual insatisfactorio, la asexualidad y la dependencia emocional se sitúan como temas principales de esta historia.

La quinta entrega se coloca como el punto de comicidad más elevado de la serie, de forma orgánica y nada forzada que el espectador agradece enormemente. A su vez, la cita de Josep (Pol López) y Alba (Andrea Álvarez), introduce a dos personajes del espectro autista que tratan de entenderse a sí mismos y a los ojos de enfrente en un primer encuentro nada idealizado. Rompiendo con la dinámica de los capítulos anteriores, en este último los dos encuentros se entrelazan, haciendo que lo que en un inicio parece que sean dos citas “independientes”, acaben siendo una a cuatro.

Y finalmente, el último capítulo de la serie se coloca como el más disidente ya que en vez de abarcar dos primeros encuentros, el director decidió priorizar una única cita: la de Claudia (Eva Santolaria) e Imanol (Antonio Hortelano). Habiendo interpretado a una de las parejas más queridas de la televisión española de finales de siglo, Compañeros (1998), parece que Valle y Quimi vuelven a Citas Barcelona (2023) para reencontrarse. Al respecto, la propia actriz recuerda: «Pau me contó que estaban pensando en hacer una cita que fuera sobre la nostalgia. (...) Va sobre qué pasaría si te reencontraras con quién te diste tu primer beso. Pensaron que molaría que fuésemos Antonio y yo porque los espectadores que seguían Compañeros iban a completar la parte de la historia que la propia cita no cuenta».

La plataforma ha anunciado que la segunda temporada de Citas Barcelona (2023) se estrenará este mismo año, y la fecha concreta será próximamente anunciada. Para la que ya se puede considerar la cuarta temporada en total, los rostros vuelven a ser variados y muy reconocibles.

Intérpretes como Bruna Cusí (Mia y Moi / Verano 1993), Anna Castillo (Un cuento perfecto), Ricardo Gómez (Mia y Moi / Cuéntame), Elisabet Casanovas (Merlí), Yolanda Ramos (Paquita Salas), Aina Clotet (Esto no es Suecia), Aitor Luna (Hil Kanpaiak), Adrián Lastra (Velvet), Óscar Casas (Mi soledad tiene alas), Leonor Watling (Hable con ella), Asier Etxeandia (Velvet) y Verónica Echegui (Intimidad / Las largas sombras) se suman a este reparto.

Aunque para ello habrá que esperar a saber la fecha concreta. Mientras tanto, la primera tanda de su vuelta ya está disponible en Prime Video.

Nahia Sillero.