Sydney Sweeney es una de las actrices más mediáticas en la actualidad, pero cuando damos un vistazo profundo a su carrera, nos damos cuenta de que se habla de ella por las razones equivocadas. Si algo debería ser mencionado en los medios de comunicación es la inteligencia con la que Sweeney ha conquistado Hollywood, y por la cuál pensamos que se convertirá en una futura estrella.
En los meses más recientes, Sydney Sweeney ha demostrado que pese a tener poco tiempo en Hollywood, lo conoce muy bien. La actriz no solo fundó su propia productora para tener control en las producciones donde esté trabajando; también ha demostrado que hacerle publicidad a sus películas es algo que se le da muy bien, y además, lo disfruta como muy pocos de sus colegas lo hacen. Allí radica el fenómeno en el que se está convirtiendo, y que en unos pocos años la llevará al estrellato.
Ha demostrado que conoce el juego de Hollywood, y se divierte jugándolo
Por eso decimos que si hablamos de Sydney, deberíamos hablar de la estrategia publicitaria que ha puesto en marcha para dos de sus películas más recientes.
Antes, durante, e incluso después del estreno de la comedia romántica Anyone But You, todo el mundo hablaba de Sydney Sweeney, específicamente de su cuerpo; pero una vez que la película se convirtió en un éxito que nadie vio venir, vale la pena analizar a qué se debió tal recepción. Y que nadie se sorprenda al descubrir que sus dos protagonistas tuvieron mucho que ver, especialmente ella.
Anyone But You, está escrita y dirigida por el director de Easy A, Will Gluck; y se trata de una versión moderna de la obra de Shakespeare Mucho ruido y pocas nueces. Los dos protagonistas indiscutibles son Sydney, de 26 años, y Glen Powell (quien venía del éxito de Top Gun: Maverick), de 35 años. La pareja interpreta a dos ex-enemigos que fingen tener una relación cuando acaban juntos en una boda en Australia, pero (alerta de spoiler) acaban enamorándose.
Cuando el estreno de la película estaba próximo, la gente no podía dejar de hablar de la relación y el “exceso de química” entre los coprotagonistas. Las fotos que salían del rodaje casi a diario, y posteriormente el lenguaje corporal de ambos en las entrevistas de promoción de la película, convencieron a muchos de que había algo entre ellos dos. Tampoco ayudó el hecho de que Glen y su pareja en ese momento, la modelo Gigi Paris, terminaran su relación a los pocos meses que salieron las primeras fotos del rodaje de Anyone But You en Australia. Sin embargo, el hecho de que Sydney estaba (y aún está) comprometida con su pareja Jonathan Davino desde 2022 fue olvidado.
Pero en una entrevista reciente, previo al aterrizaje de la rom-com a Netflix en Estados Unidos, Glen reveló que la propia Sydney fue el cerebro de todo el asunto. Como productora ejecutiva de la película, ella ideó despertar la intriga sobre su relación para conseguir apoyo para la película.
“La gente [que ve comedias románticas] quiere que lo que hay en la pantalla salga de la pantalla, y a veces sólo tienes que inclinarte un poco hacia ello, y funcionó de maravilla. Sydney es muy inteligente", confesó Powell.
Meses más tarde, mientras promocionaba Immaculate, volvió a demostrar que además de idear excelentes estrategias de marketing, la pasa de maravillas llevándolas a cabo. Mientras promocionaba la cinta de terror, se viralizó un video en el que la actriz se reunió con dos monjas para ver la película y reaccionar a la misma. Lo que hizo que el vídeo se volviera tan popular, era el hecho de que dos monjas estuviesen allí para ver una película de terror (!), gore (!!), ambientada en un convento en Italia (!!!).
Es dueña de su propia productora, Fifty-fifty Films
Cuando estrenó la segunda temporada de Euphoria, Sydney dijo que “si quisiera tomarse un descanso de seis meses, no tendría ingresos para cubrir eso”. No sabemos si ese fue uno de los motivos por lo que la actriz fundó su propia productora, Fifty-fifty Films, aunque ella alega que lo hizo porque “adaptar las historias de autoras noveles, y guionistas emergentes es importante para ella”.
Gracias a su trabajo como productora ejecutiva, Sydney fue la fuerza motriz de Anyone But You. En entrevistas anteriores, habló de que fue su idea incorporar al proyecto a Glen (tras verlo en Top Gun: Maverick) y al director tras leer el guión. Cuando empezó la producción, Sydney participó en todas las fases. “Estuve en todas las llamadas. Estaba en todos los chats de grupo. Probablemente no dejaba dormir por las noches a todos los responsables de marketing y distribución de Sony porque no paraba de tener ideas", explicó mientras promocionaba la película. “Quería asegurarme de que mantuviéramos una conversación activa con el público mientras promocionamos la película, porque, al fin y al cabo, son ellos quienes han creado toda la narración".
En cuanto a Immaculate, la actriz leyó el guión en 2014, cuando ella tenía tan solo 16 años, pero en ese momento la película no se pudo llevar a cabo. Años más tarde, con su productora de cine fundada y consolidada, Sweeney volvió a rescatar el proyecto para producirlo y protagonizarlo.
No para de trabajar (y de elegir muy bien sus proyectos)
Gracias a su papel en el drama adolescente de HBO, Euphoria, la atención se ha centrado durante mucho tiempo en el aspecto de Sydney. Y con sus apariciones en el vídeo "Hackney Diamonds" de los Rolling Stones y en The White Lotus, la atención no hizo más que aumentar.
En marzo, tras la aparición de la actriz en Saturday Night Live, las redes sociales y las columnas se dedicaron a debatir sobre sus pechos; y en abril, volvió a ser noticia por su aspecto físico una vez más cuando la productora de Hollywood, Carol Baum, calificó a Anyone But You de "imposible de ver" antes de arremeter específicamente contra Sydney. “Le dije a mi clase: ‘Expliquenme a esta chica. No es guapa, no sabe actuar. ¿Por qué es tan buena?’".
Sin embargo, más allá de todos los comentarios despectivos, Sydney es la que sale ganando. Si sabemos quién es, es porque la chica no ha dejado de trabajar, y ha sabido elegir sus proyectos. Empezó como secundaria en series reconocidas como Sharp Objects y El Cuenta de la Criada, para luego dar el salto al elenco coral de Euphoria. Su primer protagónico en el cine, Anyone But You, recaudó más de 200 millones, frente a 20 de presupuesto. Y su película de terror, Immacualte, hizo 20 millones, duplicando su presupuesto.
La revelación de que Sydney siempre estuvo tras la campaña de marketing de Anyone But You demuestra que es muy astuta, y su primera gran jugada en Hollywood le salió bien. Gracias a esta película, su patrimonio escaló a 20 millones de dólares, así que suponemos que tomarse esas vacaciones de seis meses, ya es posible. Aunque no creemos que lo haga, no aún, ya que tiene pendiente estrenar dos películas este año: Echo Valley, protagonizada por Julianne Moore y Domhan Gleeson; y Eden, de Ron Howard. Y de la mano de su productora, tiene por lo menos, tres producciones en desarrollo: The Players Table (una mini-serie), y las películas The Caretaker y The Registration.
Sydney ha descubierto la fórmula ganadora de Hollywood, y no parece tener intenciones de detenerse hasta conquistarlo completamente.
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