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Review: The Greatest Hits, el poder de la música y el efecto nostalgia

En unas semanas se cumplen diez años del estreno de la ópera prima de Ned Benson, La Desaparición de Eleanor Rigby. La cinta fue proyectada por primera vez en Un Certain Regard del Festival de Cannes, cuando Benson apuntaba a ser un cineasta prometedor. La película que contaba con una ejecución original (la historia de un matrimonio narrada en dos cintas diferentes, cada una desde la perspectiva de uno de los protagonistas) acumuló críticas positivas, sin embargo, todas estuvieron lejos de ser tan resonantes como se esperaba. De hecho, ha transcurrido toda una década para que Benson vuelva a dirigir otro film. Se trata de The Greatest Hits, otra historia de amor, la cual, sobre el papel, se propone ser original y una mezcla sólida de diferentes géneros pero ¿lo consigue?

¿De qué trata The Greatest Hits?

Creo que todos podemos coincidir en que la música tiene la capacidad de transportarnos a otro lugar y otro tiempo. Cuando escuchamos ciertas canciones las mismas pueden despertar el efecto nostalgia y desencadenar recuerdos, ya sean gratos o no. Bueno, de eso trata The Greatest Hits.

Harriet (Lucy Boynton) descubre que puede viajar en el tiempo gracias a la música, literalmente. Cuando escucha canciones que sonaban en un momento clave en su relación con su novio Max (David Corenswet), trágicamente fallecido, se encuentra de nuevo con él. Aunque puede cambiar lo que ella hace, parece que no puede influir en las decisiones de los demás, lo que significa que, por mucho que lo intente, no puede salvar a Max de su inesperada muerte. Pero ella no puede dejar de intentarlo, por más que sus amigos y su familia desean que siga adelante.

Durante una sesión de terapia de duelo, se cruza con David (Justin H. Min). Los dos sienten una conexión, pero ella sigue empeñada en volver al pasado, lo que dificulta mucho el florecimiento de una nueva relación.

Un cóctel de géneros

Ned Benson, quién también escribió el guión, utiliza varios géneros para construir la historia. Por un lado, The Greatest Hits es un drama que busca explorar el duelo y los efectos que este puede tener en las personas. Pero también se trata de una historia de fantasía con viajes en el tiempo. Tiene tintes de suspenso, ya que no sabemos con claridad sin los viajes de Harriet son ciertos, o solo son alucinaciones. Y, por supuesto, la cuota romántica.

The Greatest Hits no es la primera película que mezcla diferentes géneros para consolidar la estructura narrativa, el problema es que Benson falla al elegir el género base.

Aún cuando Harriet es una metáfora andante para explicar cómo nos quedamos atrapados en el dolor, y como la música puede arrastrarnos al pasado, evocando la nostalgia y avivando los recuerdos para matizar un presente doloroso, la película no va enteramente sobre ello. Nos hace creer los primeros treinta minutos que va a ahondar precisamente en este tema, desde una perspectiva más fantasiosa, desde luego, pero no, tan pronto aparece Justin H. Min en pantalla, la historia toma un giro más romántico pero insulso que hace que la película se vuelva más predecible y, por lo tanto, menos entretenida.

Incluso la fantasía parece tener algo más que aportar, que la línea romántica que sigue. ¿Cómo se puede afectar al pasado sin cambiar el futuro? Es una incógnita recurrente en la historia, pero que no es explorada a fondo.

Un trío protagonista magnético

Si decimos que la película podría haber sido mejor si se hubiera ceñido a un tono más dramático, también es porque la interpretación de Lucy Boynton lo merecía. Ella es quien lleva la batuta estando en la piel de una mujer sumida en el dolor y la recuperación. Los momentos más decisivos de la película son los de ella lidiando con el duelo, lo que podría haber dado lugar a una historia más satisfactoria. Harriet se muestra inadaptada a la muerte de su novio. Se culpa a sí misma del accidente y se pasa los días lamentándose, aparentemente incapaz de seguir adelante con su vida. Su interpretación es el punto más elevado de la película. Y está acompañada de otros dos intérpretes que se esfuerzan en hacer lo mejor con el material en mano. Tenemos a Justin H. Min como co-protagonista, dando vida al nuevo interés amoroso de Harriet; un personaje maduro, a veces cínico, que está aprendiendo a lidiar con el duelo también a su manera. Mientras, David Corenswet es Max, el novio fallecido, el típico chico encantador, con líneas ocurrentes; vamos, la idealización del novio perfecto.

Los tres actores demuestran que les sobra el talento y carisma para seguir cargando con papeles principales en un futuro.

El poder de la música

Otro elemento a favor es la música. Desde la selección de canciones, hasta el uso dentro de la historia, así como la edición de sonido. Podemos decir que la música es otro personaje más, gracias al peso que tiene en la narración.

La película cuenta con una extensa y variada selección de canciones, desde Lana del Rey hasta Roxy Music. Y ese increíble soundtrack está complementado con las piezas originales de Ryan Lott (compositor de la banda sonora de Everything Everywhere All at Once) que sirven como una suave transición en diferentes escenas y se conjugan muy bien con la estética del filme.

Pero The Greatest Hits no solo suena bien, se ve bien y es gracias al trabajo del director de fotografía Chung Chung-hoon (Wonka, Last Night in Soho). Así como la música tiene mucho que aportar a la historia, los colores también. En el pasado, hay mucha variedad en los tonos, mientras que en el presente todo es más lúgubre. Sin embargo, una vez que Harriet conoce a David, paulatinamente, el color se va avivando en la pantalla. Este detalle también es obvio en el vestuario de ella gracias al trabajo de la diseñadora Olga Hill (Eileen, Hereditary), capaz de capturar el estado emocional de Harriet a través de su ropa.

La historia nos dice que la música tiene el poder de salvarnos, y el hecho de que también tenga el poder de salvar esta película es hasta poético.

Aunque el guión se queda a mitad de camino y no consigue todo lo que se propone, sería injusto no admitir que la película es, por lo mínimo entretenida. Se agradece que dure solo hora y media, ya que pasa bastante rápido y no necesita un metraje más largo. Los actores han usado el material en mano para sacar provecho y demostrar su valía.

Al verla, queda un sabor agridulce. Tal vez The Greatest Hits habría sido una película diferente, de haberse enfocado desde otra perspectiva, una más dramática y fantasiosa y menos romántica. Solo nos deja un soundtrack poderosísimo, un par de apariciones sorpresas casi al final de la película y una conjugación de colores y sonidos que hacen que sea un visionado decente, para pasar el rato, pero lejos de impactar.

Lo mejor

  • La interpretación comprometida de los actores.
  • La música y el uso de la misma.
  • La fotografía. En general todo el apartado técnico.

Lo peor

  • Un guión que apunta hacia una dirección equivocada.

The Greatest Hits está disponible para Latinoamérica en Star+.

3/5

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