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Lost: a 20 años del misterio más cautivante

Spoilers

En este 2024 se cumplen veinte años de la serie que marcó un antes y un después en la televisión. Un fenómeno cultural que regresó el entusiasmo por las premisas más extrañas pero con un aire novedoso y cerebral, que permitió equiparar el hype de este producto televisivo a las películas más fascinantes; su capítulo piloto fue puro cine. Lost debutó en todas las pantallas chicas del mundo, haciendo que la gente se preguntara una y otra vez qué era lo que sucedía en esa misteriosa isla donde los sobrevivientes de un accidente aéreo se verían envueltos en una lucha para sobrevivir entre amenazas naturales, monstruos y ellos mismos.

Lost marcó una nueva era en el entretenimiento al haber inaugurado las teorías virales en un producto concebido para la televisión. Era tan grande el factor misterio que identificaba a esta serie que cada temporada que aparecía suponía un calvario para los fans que querían saber más del asunto. Esta serie tuvo una serie de características que la hicieron vanguardista e innovadora que la hicieron un referente de la ciencia ficción moderna.

Para empezar, Lost era un ejercicio de cómo usar giros de guion de manera magistral. La serie empezó mostrándonos el punto de vista de Jack Shephard (interpretado por Matthew Fox) sobre la destrucción del Oceanic 815 en la playa de esa isla perdida; cuando los sobrevivientes se van recuperando de ese incidente, descubren que hay una criatura no identificada matando otras personas, y más situaciones extrañas como recuperaciones milagrosas, animales ajenos a la naturaleza de una isla tropical, todo eso mientras los espectadores se siguen preguntando como fue posible que esas personas no murieran en el avión. Al finalizar el capítulo piloto, el espectador no tenía idea de qué iba la serie, pero lo cierto es que al final de la misma, se sentían en la necesidad de resolver ese misterio, mientras iba presenciando más incidentes extraños.

También está el hecho de que Lost era una serie coral. Tenía un variopinto número de personajes de todas las etnias y nacionalidades; podría decirse que fue una de las series que empezó la tendencia de inclusión antes de que se hubiese vuelto una norma, pero más allá de llenar cuotas de razas, todos los personajes de la serie tenían una historia que contar. Cada fan tenía su favorito personal, y eso hablaba muy bien del trabajo creativo.

Y para incentivar el interés de los personajes, la serie también innovó en el uso de flashblacks para añadir trasfondo a los personajes, mostrando a la audiencia quienes eran antes del accidente en la isla. Esto rompía la narrativa lineal común de las historias televisivas, obligando a los espectadores a prestar atención a los detalles y personalidades que definían el destino de los náufragos de la isla. Pero por si fuera poco, llegó un momento en que la serie presentó flashforwards, ahora mostrándonos a algunos personajes en el futuro. Todo un lio de líneas temporales que desafiaban los planteamientos y las teorías que ya ejercían sobre la serie. Y no hay que olvidar a aquellos personajes que saltaban de una época a otra, porque todo este rollo no iba solo en mostrar recuerdos y destinos sino también viajes en el tiempo en sentido literal.

Para quien en los 2000´s haya televisado Lost podrá tener en la memoria muchos momentos de antología que entregó la serie. Desde el accidente del avión en el capítulo piloto o la destrucción de la escotilla al final de la temporada, la traición de Michael, muertes de personajes. Sin embargo, hay un momento muy especial que se encargaría de consagrar a Lost en el imaginario colectivo, y fue el momento de la Constante, en la que el personaje de Desmond llamó a su novia Penny. Se trató de un momento muy hermoso que también estuvo marcado por la peculiaridad de que Desmond hizo la llamada en el año 2004, y Penny contestaría esa llamada en el pasado, en 1996. Ninguno de los dos eran de los personajes protagonistas, pero aquel evento definió el futuro de la historia, y la perfecta sincronía de la escena haría que muchos consideren ese como la escena de televisión más icónica de la historia, algo que podría ser discutible, pero lo cierto es que para que un show con temática de thriller fantástico y misterio fuera encumbrado a la inmortalidad por una escena de contexto romántico demuestra el versátil trabajo creativo que había detrás.

Lost fue una serie que combinaba fantasía, ciencia ficción, drama y suspenso de una forma que desarrolló su propia mitología comenzando con lo que fue una reinterpretación de El Señor de las Moscas que sumó elementos propios de series que trataban lo desconocido como La Dimensión Desconocida. Duró solo seis temporadas, mucho más que la mayoría de las series actuales, sin estar demasiado alargada para hacer sentir al público que el chicle se estaba estirando demasiado. Su final fue el punto más divisivo de su historia, pero lo cierto es que es una serie que tras dos décadas ha resistido la prueba del tiempo, y todavía despierta fascinación entre los fans. Lost es quizás el mejor ejemplo que combina la ciencia ficción más cerebral con dramas humanos. Su concepto más puro era acerca de gente perdida que de alguna manera se encontraron consigo mismos mientras estaban varados en esa isla.

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