POR JERÓNIMO CASCO
19 de ABRIL del 2024, 21.10 PM | UTC-GMT -3
Zack Snyder no se rinde. A sus casi 60 años (ya estamos grandes Zack) nada va a hacerle cambiar de opinión que hasta los sueños más absurdos se cumplen en vida. Puede que no haya nada de raro en esa premisa, es más, aplaudo la idea de que materializarlos en lo que a cine respecta debe ser una de las satisfacciones más grandes que pueda haber. El tema es cuando esos sueños son el producto de una obsesión inaudita por querer elevarse como un gran revolucionario de la ciencia ficción sin entender, básicamente, que es la ciencia ficción.
Irónicamente en este 2024 tuvimos una de las mejores películas de ciencia ficción de la historia que también sirvió como secuela con Duna: Parte Dos (y a la cual el director roba una de sus ideas que más adelante voy a detallar), una que hasta hace no mucho se comentaba que era inadaptable. Bueno, al parecer a esta altura el único “inadaptable” termina siendo el propio Snyder, encaprichado por intentar darle vida a un universo tan muerto como mis ganas de ver esta película. Pero si, la vi porque tenía curiosidad de qué tan lejos llegaría mi decepción, y es que este autor era uno de mis preferidos hasta hace no muchos años.
¿Que pasó Zack? Era la pregunta que mi cabeza se hacía al ser testigo de cada uno de los fotogramas de este monumental sin sentido. ¿Acaso este hombre entiende que el cine pochoclero es para ver en el cine y no en el sillón? Ni siquiera sirve como distracción, ya que la cinta se toma muy en serio a si misma y quiere hacernos creer que realmente podemos llegar a empatizar con los personajes. Es más, me animaría a decir de que trataba ‘Rebel Moon: Parte Uno’ porque me olvidé de que trataba algunas horas después de haberla visto allá por finales del año pasado.
En esta continuación, tras casi matar al Almirante Noble (interpretado pesimamente por Ed Skrein) al haberle dejado la marca en su pecho, Kora -o mejor dicho “la que deja marcas”- y compañía vuelven al tranquilo planeta Veldt sabiendo que en cualquier momento todas las tropas totalitarias volverán. Básicamente, Snyder repite el mismo patrón de la cinta anterior. ¿ACASO ESTAMOS A BORDO DE UNA INMINENTE TRILOGÍA EN DONDE LA PREMISA ES LA MISMA EN CADA UNA DE SUS PARTES? Mis aplausos para Netflix por financiar esto. En fin, instantáneamente pasamos a la nave en donde *momento mindblowing* el almirante Noble está vivo. Mejor aún, uno de los tantos extraños humanoides encargados de salvarlo le advierte a Cassius -mano derecha de Noble- que es tal el daño cerebral y físico que posiblemente tarde mucho en recuperarse. ¿El colmo? Un minuto después Noble no sólo se despierta, sino que también al ver a Cassius lo recuerda fácilmente (el daño cerebral desapareció) y se levanta cual titán galáctico para enseñarnos su musculatura digna de una escultura griega (el daño físico también desapareció).
Kora junto a Titus, Tarak, Nemesis, Milius, Gunnar y toda la gente del pueblo ahora deben prepararse mejor ante lo que vendrá. ¿Que es lo que vendrá? La misma nave de la película anterior… a recolectar granos como en la película anterior. ¿Porqué? El motivo es que la nave anda vagando por la galaxia y como no saben que comer tienen que parar en algún planeta, masacrar a su gente y robarle todo lo que tengan. Los granos parecen ser como la especia melange de Dune, con la gran diferencia de que a último momento no lo son, ya que el almirante Noble cree que es más importante matar a “la que deja marcas” que comer y seguir viviendo: peores motivaciones para un villano no las van a encontrar jamás, solo en Rebel Moon.
Con todo ese ruido de fondo y unas más que innecesarias secuencias (en un también innecesario slow motion) donde vemos a la gente recolectar granos como si se tratase de un comercial yankee, hay uno de los soldados de El Reino que traicionó a su gente porque se enamoró de una hermosa joven estereotipada del pueblo. En una de las ¿“videollamadas” se le puede decir? que tiene el joven con el coronel Cassius, este último le advierte que en cinco días pasaran a recoger los granos pero Noble, inteligente, puede oler la traición. Si fuera yo el villano de Rebel Moon en vez de pasar en cinco días, le diría al joven que estamos en diez días ahí y paso a los cinco, cosa de sorprenderles, no sé, digo. Creo que Netflix debería contratarme como guionista.
Ahora si, el pueblo está más preparado que nunca: la gente tiene conocimiento de armas y técnicas de autodefensa gracias a un entrenamiento intensivo de tres días, la japonesa Némesis con los brazos robóticos conectó emocionalmente con un niño para que tengamos empatía con alguien al menos, Kora se cortó el cabello como cuando era la verdadera “la que deja marcas” así sabemos que va a ganar, Titus dio el discurso más motivador de toda la historia del cine, pero la frutilla del postre es una escena en particular en donde no pude contener las lágrimas. Una en la que Sam, la joven más hermosa de toda la comunidad, les da a cada uno de los nuevos integrantes una especie de tapiz en modo de agradecimiento por cuidar al pueblo. Las lagrimas derramadas fueron porque no podía entender lo bajo que cayó Snyder con un momento que parece más un detrás de escenas (esos como de fin de rodaje en donde los personajes se abrazan y se emocionan por haber llegado hasta ese momento) que una escena en sí de la película que aporte algo.
Estamos ante la decadencia absoluta de un director que jugaba al ridículo y le salía bien. Que nos trajo la idea de que 300 espartanos podían aplastar cabezas, pegar saltos estratosféricos para matar gente, y aún así parecer los seres más hermosos de toda la tierra. Que planteó un thriller psicológico de abusos como si fuera una épica de fantasía y ciencia ficción, que nos trajo una de las películas basadas en comics más políticamente incorrectas de toda la historia. Un director que no tenía miedo, y ahora no sabe que hacer para llamar la atención. No entiende los códigos de la ciencia ficción y al parecer se olvidó los códigos de la acción, con escenas sacadas de un comercial en el Super Bowl.
La trama termina siendo predecible desde el minuto uno. En su afán de crear una franquicia no va a existir sorpresa alguna. En esta segunda parte fallece Gunnar, el interés romántico de la protagonista. ¿Me preocupa spoilearlo? Para nada. No hemos conectado con el personaje como para sentir el shock de su partida después de dos películas, y eso lo genera la propia historia, que es una suma de elementos cliché que se repiten cada diez minutos. Si, Kora termina logrando su propósito vengándose de Noble (es más, lo predice unos minutos antes de matarlo cuando en su cara le dice que le va a cortar la cabeza), toda la comunidad contenta y salvada por un robot con la voz de Anthony Hopkins, y todo lo que pensaba que iba a pasar termina sucediendo. Vuelvo a repetirlo: ¿Me preocupa spoilearlo? Vuelvo a contestarlo: Para nada.
CONCLUSIÓN:
“Algunos meses después del estreno de la primera parte el caprichoso Zack Snyder jugando a querer ser el próximo George Lucas estrena la (innecesaria) segunda parte de Rebel Moon, una historia que podría haber sido contada en una verdadera épica de 3 horas y no en una trilogía.
Cliché, predecible y sin impacto alguno, la historia de Kora y compañía contra una horda de militares totalitarios resulta ser la misma premisa de la primer película pero con esteroides, explosiones más grandes y acción sin sentido. Como si Michael Bay la hubiera dirigido."
PUNTAJE: 5 de 10
¿DONDE SE PUEDE VER? EN NETFLIX
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