undefined_peliplat

Mis siete películas imperdibles del Bafici 2024

Hace quince años que me dedicó al periodismo cultural y muchos más que miro películas, pero todavía me pasa: cuando faltan pocos días para que empiece el Bafici, antes que alegría o curiosidad, siento que me transpiran las manos, que el corazón late como nunca, que la vista se me nubla. Soy como el perrito del meme al que todo le da ansiedad. Catorce horas diarias de funciones durante diez días: tanto para ver y tan poco tiempo disponible… ¿Cómo abarcar lo inabarcable? ¿De qué manera insertar un festival de cine en la rutina diaria? ¿Cómo no sentir, al elegir una película, que me estoy perdiendo tantas otras que podrían ser mejores? ¿Y si no llegó a ver esa de la que hablan todos? Mejor no darle más vueltas al asunto, porque no quiero hiperventilarme delante de la computadora.

El Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici para los amigos) es un clásico de la agenda porteña otoñal. Su 25º edición se llevará adelante entre el miércoles 17 y el domingo 28 de abril y presentará, en trece salas en seis sedes distribuidas de la zona céntrica de la Ciudad, un total de 283 películas provenientes de todo el mundo. La oferta es enorme: cortos, medios y largometrajes, ficciones, documentales y cuantos cruces entre ambos puedan imaginarse, animaciones, películas musicales, clásicos indiscutibles y, por fuera de las proyecciones, una buena cantidad de charlas, presentaciones y paneles con personalidades de distintos sectores de la industria audiovisual.

La grilla de horarios (que puede descargarse aquí, igual que el catálogo), combinada las responsabilidades de una vida que (lamentablemente) no se detiene, permite tantos caminos posibles como espectadores dispuestos a trazarlos. Yo soy uno de esos, y ya armé el mío. Lo que sigue, entonces, no es una guía de recomendaciones ni nada por el estilo, solo las siete películas más importantes de mi futuro recorrido.

school privada alfonsina storni, de Lucía Seles

* El cine de Lucía Seles (school privada alfonsina storni y fire supply): El Bafici es indisociable de un cine argentino que ha utilizado sus pantallas como plataforma de despegue para la carrera de muchos, muchísimos directores. El último gran descubrimiento es Lucía Seles, que estrenó en 2022 la trilogía del tenis (Smog en tu corazón, Saturdays disorders y Weak rangers), en 2023 ganó la Competencia Argentina con Terminal Young y ahora tendrá el honor de inaugurar las proyecciones con school privada alfonsina storni, uno de sus dos nuevos trabajos (el otro, fire supply, está programado en la sección Noches especiales). Centrada en las vivencias de una empleada de un colegio privado que recibe un ascenso, la película representa con mucha fidelidad la particular mirada del mundo de su responsable, para quien sus personajes se definen, entre otras cosas, por su relación con el trabajo. Son comedias sobre hombres y mujeres desajustados, criaturas frágiles que buscan cobijo en la fraternidad y el compañerismo.

Imprenteros es una obra de teatro, un libro y, ahora, una película

* Imprenteros, de Lorena Vega y Gonzalo Javier Zapico: En 2018, Lorena Vega estrenó una obra que se inscribía orgullosamente en el llamado teatro documental a través de un dispositivo narrativo que describía un fragmento de la vida de una familia de clase media trabajadora cuyo padre tenía una imprenta. Una familia que no era otra que la propia, una ligazón autobiográfica que la presencia de los hermanos de la actriz y dramaturga haciendo de sí mismos no hacía más que reforzar. La obra fue un auténtico suceso de crítica y público, al punto que en mayo comenzará su sexta temporada en la cartelera de la Ciudad de Buenos Aires y, antes, inspiró un libro (publicado en 2022) y un flamante largometraje que tendrá su estreno mundial en el marco de la Competencia Argentina. Pero Imprenteros (película), dirigida por Vega y Gonzalo Javier Zapico, no es una adaptación clásica, de esas que traspasan la acción del escenario a un set, sino un desprendimiento que comienza en 2020, cuando el cierre de las salas a raíz de la pandemia obligó a los hermanos a buscar otro modo de seguir contando la historia familiar.

Adiós Sui Generis fue grabado en los shows de despedida del dúo

*Adiós Sui Generis, de Bebe Kamin, y Fuck you! El último show, de José Luis García: Una de las tantas costumbres del Bafici es presentar una atendible oferta de películas con la música con principal protagonista. La mayoría está en la sección llamada, obviamente, “Música”, pero dos de ellas no: demasiado importantes para ubicarlas en la periferia. Una es Adiós Sui Géneris y no es otra cosa que el mítico documental filmado por el realizador Bebe Kamin durante los dos recitales de despedida que el dúo integrado por Charly García y Nito Mestre dio en el estadio Luna Park en septiembre de 1975, seis meses antes del comienzo de la última dictadura cívico-militar. Como pasó con una buena parte del cine argentino, se pensaba que todas las copias en fílmico se habían deteriorado por sus malas condiciones de preservación, a tal punto que muchos especialistas la consideraban una película perdida. Sin embargo, una de esas copias se mantuvo en perfecto estado y volverá a proyectarse en su formato original de 35 milímetros en dos funciones en la imponente sala 1 del Cine Gaumont.

Luca Prodan, pura poesía y calidez punk

La otra pata de la criatura musical es Fuck you! El último show, elegida por el equipo de programación comandado por el director artístico Javier Porta Fouz para oficiar como por película de clausura. Al igual que Adiós Sui Géneris, el último trabajo de José Luis García (ganador de la Competencia Argentina en 2012 con la muy buena La chica del sur) está atravesado por la nostalgia que implican las despedidas. Pero esta despedida, a diferencia de la de Sui Generis, fue inesperada: nadie sabía -ni podía saber- que After chabón, el tercer disco de Sumo, sería también el último. Mucho menos que su líder, Luca Prodan, moriría un par de meses después de la presentación de ese trabajo en el Estadio Obras en octubre de 1987. García, que estuvo en ese show, armó este documental utilizando materiales de archivo que registran los preparativos y el desarrollo de aquel concierto en el que Prodan demostró, una vez más, que sus letras y performances estaban hechas de partes iguales de poesía y calidez punk.

Después de hora, pura energía y vitalidad

*París, Texas, de Wim Wenders, y Después de hora, de Martin Scorsese: De unos años a esta parte, el equipo de programación amplió el alance de los Rescates para incluir películas populares, de esas que hasta los que no ven cine conocen. Fue así, por ejemplo, que en 2022 se proyectó el corte del director de Rocky IV. La pertinencia o no de programar este tipo de películas en un festival que lleva el término “independiente” en su nombre es una discusión válida, pero creo que su inclusión es una buena manera de intentar ampliar el espectro de públicos que asiste a este tipo de eventos. Además, seamos honestos: el interés por el cine en la mayoría de quienes hoy vemos películas y series de manera profesional se despertó gracias a Hollywood y su capacidad arrolladora de materializar sueños en pantalla.

Nastassja Kinski en París, Texas

Por eso mismo celebro la posibilidad de ver por primera vez en pantalla grande dos de las películas que más –y, pienso, mejor- moldearon mi gusto. Dirigida por Wim Wenders y ganadora de la Palma de Oro en Cannes, París, Texas narra el regreso de un hombre misterioso, aparentemente perdido, a la casa de su hermano, donde está el hijo al que no ve desde que se fue sin dejar rastros. El reencuentro es el puntapié para un relato intimista y emotivo, hecho con partes iguales de sensatez y sentimientos, que abraza con nobleza la idea de que la redención, además de posible, es necesaria.

Todo lo que en París, Texas es pasividad y la quietud, en Después de hora es arremolinado y frenético. Martin Scorsese ensaya, tal como lo había hecho en Taxi Driver, un auténtico tour de forcé, un viaje nocturno junto a su protagonista, un solitario empleado (Griffin Dunne) de una compañía de informática que termina en envuelto en una serie de extrañas circunstancias que le llevan a uno de los barrios más ásperos de una Nueva York muy lejos de la impronta de postal turística con que suelen firmarla. Es, pues, una película tan viva y enérgica como al momento de su estreno, hace casi cuatro décadas. ¿Quién dijo que cuarenta años es mucho tiempo?

Más recientes
Más populares

No hay comentarios,

¡sé la primera persona en comentar!

13
1
3