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Elena sabe: por qué falla la versión fílmica de la gran novela de Claudia Piñeiro

Spoilers

Claudia Piñeiro es una de las escritoras más exitosas de Argentina, llena de best sellers, desde su primera novela Las viudas de los jueves hasta novelas más recientes como Catedrales. Al igual que mucha gente, siempre la prejuzgué por esa misma razón: ser una escritora exitosa; por ende, suponía que su literatura no era buena. Pero cuando escuché hablar de su novela, Elena sabe, me llamó mucho la atención la trama así decidí darle una oportunidad. No solo me encantó la lectura sino que también derribé mis prejuicios sobre la autora.

El año pasado se estrenó la versión fílmica de la novela, dirigida por Anahí Berneri y con Mercedes Morán y Erica Rivas en los papeles principales. Pensé que iba a ser un éxito asegurado, porque las actrices son de las mejores del país y la directora ha sembrado una muy buena reputación por sus trabajos. Su última película, Alanis, le valió el premio a Mejor Dirección en Festival de Cine de San Sebastián. Pero al final… esta apuesta me decepcionó. No necesariamente porque sea una mala película (porque no creo que lo sea) sino porque fue una mala transposición.

Elena sabe: la historia

La novela tiene como protagonista a Elena, una mujer de unos sesenta años que padece un parkinson severo y sumamente avanzado, y a pesar de que tiene muchísimas dificultades para moverse, decide atravesar la ciudad de Buenos Aires para buscar a una persona del pasado para que la ayude a resolver el misterio alrededor de la muerte de Rita, su hija, a la que encontraron colgada en el campanario de la Iglesia del barrio. Según Elena, a Rita la mataron, a pesar de que la policía hable de un suicidio, porque esa noche llovía torrencialmente, y Rita le tenía pavor a la lluvia. Su hija nunca hubiera salido de su casa en medio de una tormenta. Como la policía y todo al que conoce se niega a ayudarla a buscar la verdad, ella recurrirá a una mujer a la que Rita ayudó hace años y quien tiene una deuda pendiente con ella. Pero cuando la encuentre, descubrirá que en realidad su hija no la ayudó, sino que, al contrario, le arruinó la vida.

Rita era una mujer muy católica, casi fanática, y cuando era adolescente interceptó a una desconocida que estaba por entrar a una casa donde se hacían abortos. Pensando que la estaba salvando de cometer un crimen, Rita aprovechó que la mujer estaba vulnerable y la llevó a su casa, le dio un calmante y luego la llevó a casa de su marido. Después supo, a través de una postal que tuvo a su hija, y todos los años durante casi dos décadas Rita y Elena recibieron las felicitaciones por Navidad, junto a una foto del matrimonio con su hija. Eso hizo creer a Elena que aquella mujer estaba agradecida por lo que su hija había hecho, pero al encontrarse con aquella, se entera de que las fotos las enviaba el marido, quien la había obligado a tener a la niña. Ella nunca había deseado ser madre, y nunca llegó a conectar con su hija. Obligándola a tener a la criatura, Rita le había arruinado la vida y ella la odió y la resintió todo ese tiempo.

Todo esto es un gran golpe para Elena, y da pie a que se dé cuenta de lo que en realidad le pasó a su hija. Si no hay pruebas de que alguien la mató y la única “prueba” es que ese día llovía… ¿qué pasó para que Rita haya salido en plena tormenta? La respuesta es que ella no podía tolerar más la enfermedad de su madre. Que era una tortura seguir viéndola así, seguir cuidándola e incluso tenía miedo de que ella misma llegara algún día a tener esa enfermedad. No lo llega a saber con completa certeza, pero lo cierto es que la novela termina con Elena renunciando a la idea de que su hija fue asesinada y aceptando el hecho de que ahora está sola, y que a pesar de su cuerpo enfermo y su hija fallecida, aún quiere seguir viviendo.

Dónde falla la película

La novela, tan cruda y tan interesante, fue llevada al cine de una forma particular. En cuanto a trama, se llevó casi al pie de la letra, salvo en algunas excepciones: como que la mujer que Rita ayuda no es una desconocida, sino su mejor amiga, o que había personajes, como una alumna suya, que la acosaban. Más allá de eso, existen dos grandes fallas en la versión fílmica del libro de Piñeiro.

La primera es la presentación del personaje de Rita. Érica Rivas es una actriz de primer nivel, y nos regala una buena actuación, pero no es en el desempeño actoral en sí dónde se falla. El personaje en el libro es agresivo en sus modos, malhumorada, resentida, llena de rabia. Todo eso está queriendo expresar el dolor y agotamiento por los cuidados que debe darle a su madre enferma. Además, también se ve un resentimiento a la libertad de los demás, que genera el sentimiento religioso extremo. La Rita interpretada por Rivas es dulce, tierna con su mamá, con un temple calmo y completamente devota a ella. Si bien se ve el agotamiento en su semblante y en algunos momentos se ve esa ira hacia Elena, no es nada que ver al personaje presentado en la novela.

La segunda falla, y la más grave, es que se suprime todo el suspenso que se había generado en la historia original. Al leer el libro, hasta último momento el lector cree que a Rita la mataron, y no sabe a quién está yendo a visitar Elena. La información se va dosificando de una forma perfecta, para mantener la intriga y el misterio. Hay una escena fundamental en la que Rita se reúne con el médico de Elena a solas y este le dice que el parkinson va a empeorar. Allí es cuando Rita toca fondo, y por esta escena se deduce que ella se suicida. En el libro esto se cuenta casi al final. En la cinta de Berneri eso se cuenta antes de que Elena se reúna con aquella mujer. No tiene ningún sentido, no hay ningún tipo de misterio, ya que es revelado antes del clímax. Y además, la escena en la que la mujer le cuenta a Elena que en realidad su hija le arruinó la vida no es nada trágica. Otra vez: no hay suspenso, ni tensión ni dramatismo. ¿Qué sentido tiene entonces que Elena haya cruzado toda la ciudad si la revelación es antes de que ella llegue a destino? ¿Qué sentido tiene el personaje de la mujer si su discurso sobre la oportunidad de elegir la maternidad o no está completamente vacío de emociones?

En conclusión, esta cinta es un ejemplo de que hace falta más que grandes actuaciones para sostener una película. Cómo será al nivel en que me decepcionó la película que ni hablé de la perfecta actuación que da Mercedes Morán: su Elena enferma de parkinson es una clase magistral de interpretación corporal. Aun así, la película, más allá de la protagonista, no le hace nada de honor al libro.

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