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Ruben Östlund: ¿Quién es realmente el director que ama satirizar al mundo moderno?

Fuente: Pascal Le Segretain/Getty Images

POR JERÓNIMO CASCO

13 de ABRIL del 2024, 11.53 AM | UTC-GMT -3

La línea que roza la sobrevaloración o la infravaloración es el tópico a discutir (casi) siempre que se habla del realizador sueco Ruben Östlund, ganador en dos ocasiones de la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Y es que este artista moderno de la sátira siempre se las arregla para llevar a cabo películas que generen, como mínimo, una discusión. Pero esto no debería ser algo necesariamente “malo”: nos hemos acostumbrado tanto a que la palabra sea un sinónimo de choque, que de entrada ya la exorcizamos.

El "niño mimado" del festival francés se ha hecho un nombre gracias a su representación sumamente realista del ridículo, y su incesante exploración de la naturaleza y la condición humana en situaciones extremas. Pero no todo ha sido color de rosas para este nuevo provocador: sus primeros años como realizador fueron bastante caóticos, pasando de no conseguir financiación a ser rechazado constantemente por las pocas productoras que existían a principios de los 2000s en Suecia.

Desde sus comienzos la intención principal del director estaba más que clara: necesitaba brindarle algo más que aire fresco al cine europeo. Así como lo intentó Yorgos Lanthimos sin éxito con Kinetta en el año 2005 para luego revolucionarlo todo con su magistral Kinodontas cuatro años más tarde, su nombre fue motivo de debate no hasta el año 2014 cuando estrenó Force Majeure, un drama minimalista que muestra las dinámicas y pormenores de una familia al irse de vacaciones a los Alpes, enfrentándose a las consecuencias y repercusiones por haberse topado con una enorme avalancha en el balcón del hotel en donde se alojaban.

Pero su verdadera aproximación a la sátira se daría tres años más tarde, cuando estrenó The Square en el festival de Cannes, y ya nada sería lo mismo para el director. Una repentina fama inundó las angostas y tranquilas calles de su Styrsö natal, una ciudad idílica en donde parece que nada extraño pueda pasar. Se ve que esto, sumado a su curiosidad por ver como sería el mundo cautivaron al director, que encontró en la crítica ácida y despiadada una forma de representar a la sociedad.

La ironía desempeña un papel más que importante en el cine de Östlund, sirviendo quizás como la herramienta principal que desafía las expectativas que tenemos como espectadores, y que nos invita a cuestionar las normas sociales establecidas. Nos expone ante situaciones cotidianas sin un aparente ápice de dramatismo pero le agrega el extra de nuestra extraña e impredecible naturaleza para alterar estos momentos, mostrando la verdadera esencia del ser humano y sus peores miserias.

The Square (2017)

En la ganadora de su primer Palma de Oro, Östlund utiliza la mirada que tiene la sociedad frente al arte más vanguardista como un espejo de la fragilidad del ego: Christian (Claes Bang) es un respetado curador de un museo de arte contemporáneo que presenta una atractiva muestra creada por una artista argentina llamada “El Cuadrado”, desatando una crisis existencial en el personaje. El paralelismo del título de la obra en cuestión con la mirada que tiene el director sobre la crítica de arte es instantánea, algo que al jurado de Cannes le pareció magistral. Sin dudas la película es provocativa y no deja a nadie indiferente, algo que recuerda a lo que hizo Buñuel en su época. El director se expresó en su momento en relación a la película:

"No creo que esté señalando a otras personas, sino a la clase media académica de la que formo parte. Muchas de las escenas se hicieron con el objetivo de: "Tendremos una película en competencia en Cannes; tendremos una audiencia sentada allí con esmoquin, mirando a este tipo con esmoquin escarbando en la basura". Siempre trato de utilizar las películas como un espejo de mí mismo y del grupo social al que pertenezco."

Un capitán de barco que no hace otra cosa que tomar, una pareja de modelos influencers que se preocupan más por las fotos que se van a sacar que por sacar adelante su relación, una capacitadora de personal sumamente positiva, un excéntrico multimillonario ruso que vive en el pasado… Estos y muchos otros extraños personajes componen el variado elenco de la última película del director hasta el momento, que tras el éxito de The Square nuevamente hizo que los ojos de casi todos los presentes en Cannes se posaran en la disparatada crítica a las clases sociales titulada Triangle of Sadness (2022), película que se llevó todos los aplausos y lo ponían a Östlund como un verdadero maestro del humor inteligente.

La cinta nos narra la historia de una pareja de influencers conformada por Carl (Harris Dickinson) y Yaya (Charlbi Dean), dos modelos que ganan en un canje un viaje en un crucero de lujo y que tras una enorme tormenta quedan varados en una isla remota junto a algunos de los sobrevivientes, desafiándolos a vivir de una manera que jamás pensaban tener. Todo se da vuelta para los protagonistas cuando la única persona con el poder suficiente para proveer refugio y comida es la menos esperada: la encargada de limpiar los inodoros. Este juego de roles es el que termina por darle un giro al clásico relato satírico y que consagró al director como uno de los provocadores más interesantes que nos dio el cine moderno.


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