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Anatomía de una caída: Por qué es la mejor película que vi en años

Spoilers

La película dirigida por Justine Triet fue la ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes del 2023 y estuvo nominada en los premios más importantes de la industria cinematográfica. Sigue la historia de una mujer que es acusada de haber asesinado a su marido, empujándolo por la ventana de su casa. Ella se declara inocente y el único posible testigo es el hijo de doce años de ambos, que es no vidente. Con elementos de thriller y con un formato casi documental, este film es, sin duda alguna, el mejor que vi en años.

La acusada y señalada

Primero quiero hablar de la magistral actuación que nos regala Sandra Hüller. Ella es la protagonista e interpreta a Sandra, una escritora alemana de renombre que vive en los Alpes franceses con su esposo también francés, Samuel, y su hijo de doce años, Daniel. El primero es un escritor frustrado que la culpa por su fracaso, al igual que no perdona una infidelidad pasada de ella con una mujer. Cuando él aparece muerto se plantean dos posibles hipótesis: homicidio o suicidio. Ella es tomada como la principal y única sospechosa del aparente asesinato, y es llevada a juicio.

Es interesante cómo en el proceso judicial no solo se la intenta juzgar por el supuesto crimen, sino que se la juzga por otras cuestiones. En primer lugar, desde su papel de madre y esposa. Se la presenta como una madre no tan presente, en contraposición a un padre sumamente perfecto, cuando la realidad es que no es que uno lo es y la otra no, sino que ella está menos presente en la crianza porque trabaja más y él al contrario, porque eligió trabajar menos para priorizar la educación de su hijo. El hecho de que el hombre sea el progenitor que más se encargue del niño ya pone en tela de juicio la buena calidad de la maternidad, mientras que no se juzga con la misma vara si es de la forma contraria. También se la muestra como fría y distante, como madre y esposa, y eso es condenable ya que es le exige a las mujeres que sean todo lo contrario.

En segundo lugar, se la cuestiona por su condición de mujer adúltera y bisexual. En el juicio se hace mucho foco en la entrevista que tiene con la joven y atractiva estudiante en su casa el día de la muerte de su marido, aludiendo que fue una provocación adrede suya y que eso generó el enfado de Samuel. Además, también se hace hincapié en su pasada infidelidad y en las aventuras que ella tuvo en un período en el que el matrimonio estaba mal pero que ella confiesa no haber ocultado de su marido, porque era algo que tenían permitido. Todo esto es señalado por el fiscal, que ni siquiera intenta ocultar su postura misógina ante los hechos y hacia la protagonista.

En tercer lugar, ella se presenta como una escritora exitosa, frente a un marido mediocre que no puede escribir ni posee el prestigio y la fama que ella posee. Eso se lo recrimina Samuel y también sale a colación en el juicio, aludiendo que el éxito de Sandra influyó en la poca autoestima de su pareja y en el mal funcionamiento del matrimonio.

Por último, se la discrimina desde lo social y cultural. Ella es alemana y no habla un buen francés, pero su abogado le pide que se esfuerce por hablar en aquella lengua durante todo el juicio, porque este se desarrolla en Francia, y sería perjudicial para ella que hablara en una lengua extranjera. Ella lo intenta pero a la mitad del proceso expresa que es muy difícil para ella y comienza a hablar en inglés. Esto es visto con malos ojos por todos los que presencian el juicio, incluso por la jueza y, por supuesto, por el agresivo fiscal. Cuando ella cambia de lengua, pasa a ser una extranjera, y su papel de culpable se intensifica.

En conclusión, a Sandra no solo se la juzga por el aparente homicidio, sino también por su condición de mala esposa, madre y mujer, por ser exitosa y hacerle sombra a su marido y también por extranjera.

El hijo y el perro

Daniel es el hijo no vidente de la pareja. Él no nació con esa condición, pero a los cuatro años tuvo un accidente que hizo que perdiera la vista. El suceso ocurrió un día que su padre llegó tarde a buscarlo al colegio. Ese es un momento decisivo para la película, porque es el inicio de quiebre del matrimonio. Samuel se culpa por el accidente y Sandra también lo culpa, entonces el primero intenta remediar su error estando lo más presente posible en la crianza y educación de su hijo. Según la protagonista, así es como él intenta sentirse menos culpable.

El niño, a pesar de su ceguera, es el único testigo (aunque parcial) de los hechos, porque es el que encontró el cuerpo sin vida de su padre. A lo largo de todo el juicio se debate entre la posibilidad de que la culpable sea su madre o que su padre se haya suicidado. Podemos ver claramente la lucha interna que él atraviesa. Al final, su declaración termina inclinando la balanza por la inocencia de Sandra: el apoyo del hijo termina por salvar a la aparente mala madre. No queda claro si el testimonio de Daniel es cierto o no, pero sí que hay una clara intención suya por creer en la humanidad de Sandra.

La última escena que comparten madre e hijo es sumamente simbólica. Luego de que se declare la inocencia de la protagonista, ella vuelve a la casa y se reencuentra con Daniel. Él la abraza y le da un beso en la cabeza, con un gesto casi paternal sobre ella. Por cómo se miran y por su silencio, podríamos interpretar que, aunque no se sabe con certeza en qué circunstancias se dio el fallecimiento de su padre, él decide perdonarla, sea como haya sido todo.

Para concluir quisiera señalar a la figura de Snoop. Este es el perro lazarillo de Daniel, y va a cumplir un rol fundamental en el juicio. Y a su vez, la figura del can tiene un rol sumamente simbólico. El chico declara que, luego del intento de suicidio de su padre, este habló de la posible mortalidad del perro como la suya, diciéndole que tenía que estar preparado para su eventual muerte, porque el hecho de que padeciera no significaba que lo iba a abandonar del todo, desde el plano afectivo. Por lo tanto, Samuel está proyectándose a sí mismo en Snoop. El perro, además, es una suerte de continuación del padre en dos formas. La primera se ve en su rol de lazarillo: el padre “le quitó la vista a Daniel” pero luego hace todo para ayudarlo a pesar de su condición (la educación en casa, el sistema de cintas alrededor de la casa para que el chico supiera en qué parte está). Snoop hace lo mismo siendo el perro guía del niño. Por último, el perro es una representación de Samuel en la escena final. Luego del abrazo de Sandra con su hijo, ella se acuesta en su cama y el perro va a acostarse con ella. La película termina con la protagonista abrazando al perro con ternura y melancolía. Ya que Samuel, supuestamente, se había proyectado a sí mismo en Snoop y, como ambos desenvolvieron el mismo rol en la vida de Daniel, podríamos interpretar esta última escena como si Sandra misma estuviera proyectando a su marido en Snoop. Entonces, ese abrazo es una forma de despedida y de perdón hacia su marido.

Por todas estas cosas considero que Anatomía de una caída es la mejor película que vi en años.

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