La moral según Martin McDonagh, un genio incomprendido del séptimo arte

POR JERÓNIMO CASCO

26 de MARZO del 2024, 16.18 PM | UTC-GMT -3

Hacer reír a la audiencia es una tarea sumamente difícil de ejecutar para un director de cine, pero hacer reír desde la incomodidad y desde el abordaje de los rincones más oscuros del alma es aún más difícil. Para Martin McDonagh, director nacido en Londres un día como hoy pero de 1970, parece ser algo bastante fácil.

Criado entre las ropas sucias de la construcción por el trabajo de su padre y con las ásperas manos de su madre rozándole la mejilla, McDonagh vivió en carne propia la desesperación e incertidumbre de los conflictos sociales que sumían a Gran Bretaña en los 70s, llenándose de un odio que supo canalizar años más tarde con el teatro como primer experiencia artística.

Ganador del Premio del Gremio de Escritores, del Premio Olivier y del Premio de la Crítica Exterior entre tantos otros reconocimientos dramatúrgicos, el director se hizo lugar dentro del ámbito cinematográfico cuando en el año 2006 comenzó una relación profesional con el actor Brendan Gleeson que a día de hoy sigue más vigente que nunca. La primer colaboración entre ambos fue el cortometraje Six Shooter, que ganó el Oscar a Mejor Cortometraje de Ficción, dándole al realizador el empujón necesario para animarse a dar el próximo paso.

McDonagh en el set de su cortometraje Six Shooter

El oscuro y depresivo humor de In Bruges, Seven Psychopaths, Three Billboards Outside Ebbing, Missouri y The Banshees of Inisherin vendrían como un sacudón de realidad en un transcurso de dieciséis años para darnos a uno de los directores más importantes de la escena cinematográfica reciente. Pero, ¿qué es lo que piensa McDonagh al respecto y cuál es si filosofía de vida?

Para entender al realizador es necesario analizar los puntos más importantes que caracterizan a sus (hasta el momento) cuatro grandes retratos del absurdo y el dolor que posee en su filmografía. Cada uno de ellos se distingue por mezclar el más pesado de los dramas con situaciones incómodas que empujan a sus personajes a tomar decisiones que cuestionan los límites morales, como por ejemplo la famosa escena de Three Billboards Outside Ebbing, Missouri en donde el inestable oficial de la policía Dixon (interpretado por un sublime Sam Rockwell) decide tirar por la ventana al dueño de la empresa de los anuncios que tantos problemas están dando.

Estos momentos de quiebre en sus personajes son solo uno de los ángulos que nos permiten identificar el cine de McDonagh. Pero de nuevo, la moral parece ser el tema central. Todo se refleja en las decisiones que toman, porqué las toman y qué es lo que les impulsa. ¿Somos seres incapaces de poder actuar sin que el caos nos domine? Según el director todos somos crueles en un cierto punto y es imposible de erradicar el drama en nuestras vidas ya que eso nos sacaría la condición de seres humanos.

Pensemos un segundo en el planteo de The Banshees of Inisherin, su última película: Colm y Padraic (Brendan Gleeson y Colin Farrell en su segunda colaboración con McDonagh) son dos amigos de toda la vida que viven una vida sumida en la monotonía, trabajando por la mañana y bebiendo por la tarde en el mismo bar de siempre, atrapados en un loop. Una mañana como cualquier otra Colm decide no ser más amigo de Padraic, provocando una serie de eventos trágicos no solo para su amistad sino también para todo el pueblo de Inisherin.

**Fuente:** Jonathan Hession / 20th Century Fox

¿Que sería de nosotros sin el drama, sin el conflicto? ¿Podríamos encontrar la dulzura de la vida y valorar lo que tenemos si no fuese por las pequeñas tragedias que vivimos día a día? No lo creo. McDonagh sabe y entiende que la experiencia del dolor es necesaria, no suaviza sus relatos con melancolía o nostalgia barata pero si la incorpora si sus personajes se encuentran al límite, en el punto de inflexión más alta o si cometen un hecho imperdonable, tal como pasa en la vida real.

Tan solo con cuatro películas Martin McDonagh nos hace replantear nuestras vidas como si fuera un protagonista más de ellas. Nos interpela, crea una perspectiva desde la cual podemos vernos reflejados y nos hace mirar para atrás como pocos realizadores pueden hacerlo. Su cine es un espejo de nosotros mismos, y por esa misma razón merece más reconocimiento.

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