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El segundo Oscar de Emma Stone la corona como la más lista de Hollywood

Imagina una niña de siete años que un día sufre un ataque de pánico y descubre que sufre de ansiedad. Empieza a trabajar en las obras de su escuela, buscando una forma de lidiar con sus propios pensamientos. Así es como descubre que, en realidad, le gusta lo que hace y empieza a hacer teatro de improvisación y teatro musical, incluso se inscribe en clases de claqué. Convencida de que ha nacido para eso, prepara una presentación en PowerPoint y con Hollywood de Madonna de fondo, le expone a sus papás las razones por las cuales debería mudarse a Los Ángeles. Y lo hacen. Ahora, esa niña tiene casi dieciocho años y consigue su primera aparición relevante en una exitosa comedia. Diez años después, recibe su primer Oscar, y a tan solo siete años de ese momento, consigue el segundo. Emma Stone ha protagonizado muchas películas, pero su vida también parece una. A propósito de ese segundo Oscar por Poor Things, veremos cómo, ahora mismo, es la actriz más inteligente de Hollywood.

En más de una ocasión, Emma ha contado como especie de anécdota la historia del PowerPoint y cómo, sorpresivamente, consiguió la aprobación de sus padres, ya que solo tenía 15 años, y básicamente les estaba proponiendo mudarse de Arizona a California. Al comienzo, ella y su mamá viajaban constantemente de un lugar a otro, en esos años incluso trabajó en una tienda de galletas para perros. En paralelo, Emma hizo pequeñas apariciones en sitcoms como Malcom in the Middle y Zack y Cody: Gemelos en acción; incluso apareció en un concurso de canto de VH1, porque lo importante era irrumpir en Hollywood de alguna manera.

Pero esa oportunidad, la de aparecer en la pantalla grande, le llegó cuando estaba a punto de cumplir dieciocho años y fue gracias a Jude Apatow, productor de Superbad, película escrita por Seth Rogen y Evan Goldberg sobre tres amigos que intentan comprar alcohol para una fiesta. La película está protagonizada por Michael Cera, Christopher Mintz-Plasse y Jonah Hill, y Emma interpreta a Jules, el interés amoroso de este último. A pesar de ser una de las desconocidas de la película, Emma acaparó la atención del público todo el tiempo que estuvo en pantalla. Cuando consiguió el papel, Apatow le sugirió teñir su cabello a rojo y, de alguna forma, su cabello se convertiría en uno de los rasgos característicos de Stone.

Entre 2008 y 2009, Emma Stone exprimió su vis cómica, apareciendo en tres comedias (con personajes secundarios en todas), y dio sus primeros tumbos en el drama con Paper Man. Sin embargo, el siguiente éxito de Stone llegaría en la comedia de zombies dirigida por Ruben Fleischer, Zombieland. Curiosamente, en un elenco conformado por Jesse Eisenberg, Woody Harrelson y Abigail Breslin, Stone era la desconocida de aquel reparto principal. Sin embargo, en esta cinta, Emma demostró que funcionaba entre el público general (la película quintuplicó su presupuesto en taquilla), y podía cargar con el peso de un protagónico.

Así fue como llegó Easy A, otra comedia, pero su primer papel principal absoluto. En esta cinta, en la cual compartió escenas con Amanda Bynes y Penn Badgley, interpretó a Olive, una estudiante de secundaria que intenta mejorar su estatus social a través de los rumores de su secundaria. La película, al igual que Zombieland, triunfó entre el público y la taquilla, esta vez como única protagonista. Además, significó su primer acercamiento a las ceremonias de premios, ya que fue nominada a un Globo de Oro.

Consolidada como uno de los rostros nuevos de la comedia norteamericana (sumando otro éxito como lo fue Crazy, Stupid, Love), Emma se planteó demostrar que el drama también se le daba muy bien y protagonizó The Help. Para muchos, un intento desesperado de llegar al Oscar, donde la película consiguió cuatro nominaciones pero ninguna para ellas; para otros, el vehículo que necesitaba para demostrar su versatilidad interpretativa. Y, digamos que lo consiguió.

Resistiéndose a ser encasillada como “actriz cómica”, Emma dió el salto al cine más comercial, protagonizando, junto a Andrew Garfield, The Amazing Spider-Man (2012) y The Amazing Spider-Man 2 (2014), aunque ninguna de las películas cautivó a la crítica, juntas recaudaron más de billón y medio de dólares; y una enorme parte de ese éxito en taquilla le fue atribuido a sus actores y la química que ambos desbordan en pantalla.

Actriz versátil y querida por el público, Emma estaba a un solo paso de consolidarse como estrella: el respaldo de la Academia. Y lo consiguió con su interpretación más arriesgada hasta ese momento, como Sam Thomsom en Birdman de Alejandro Gonzalez Iñarritú. Stone consiguió su primera nominación al Oscar a la mejor actriz de reparto. Como ella misma lo dijo, hubo un punto de inflexión en su carrera donde empezó a trabajar con los cineastas que siempre había querido trabajar. De hecho, la vimos en una cinta de Cameron Crowe, y protagonizó dos películas de Woody Allen.

Pero fue La La Land (2016) de Damien Chazelle la cinta que la consolidó. Emma ni siquiera estuvo vinculada al proyecto en un principio (Chazelle tenía en mente a Emma Watson pero rechazó la película para hacer La Bella y la Bestia), sin embargo, mientras ella hacia Cabaret en Hollywood, Chazelle fue a una de sus presentaciones y descubrió que ella era la actriz indicada para el papel. En La La Land, Stone interpreta a una aspirante a actriz sueña con irrumpir en Hollywood, una historia que imaginamos Emma sintió muy familiar.

La película se convirtió en un fenómeno cinematográfico, probablemente el más grande desde Titanic en cuanto al impacto cultural. Recaudó casi 500 millones dólares, y su presupuesto fue de tan solo 30 millones; consiguió 14 nominaciones a los Oscar (solo Eva al Desnudo y Titanic lo habían hecho). Y significó la transformación de Emma Stone en estrella. En la película demostró también su talento para el drama, la comedia, el canto y el baile. Y se convirtió en una de las interpretaciones más laureadas sumando a su lista de premios, reconocimientos como la Copa Volpi del Festival de Venecia y el Oscar a mejor actriz.

Ese estatus de estrella es lo que ha hecho que Emma Stone demuestra cuan lista es. Después de La La Land volvió a hacer lo que mejor se le da: encontró el equilibrio entre el cine comercial (con Cruella, Zombieland 2 y The Croods 2 recaudó en total casi 600 millones de dólares), y volvió a arriesgar en proyectos de autor como The Favourite (2018) de Yorgos Lanthimos (sumando otra nominación el Oscar) y Maniac (2018) de Cary Fukunaga, su retorno a la televisión esta vez como protagonista.

Tras su satisfactoria experiencia al trabajar con Lanthimos, Stone volvió a unir fuerzas con el director, esta vez en Poor Things, un proyecto que ella también produce y en el que estuvo trabajando por cinco años. La película trata de una apuesta muy peculiar, un distorsionado retrato de la feminidad y la madurez en un mundo corrompido. A pesar de no ser una película para todos los públicos, la cinta recaudó más de 100 millones de dólares en taquilla, sumó 11 nominaciones al Oscar y 4 triunfos, entre esos, uno para Emma Stone como Mejor Actriz Principal. En Poor Things, Emma ratificó porque es una estrella: arriesga cuando elige sus proyectos y atrae al público, incluso en películas menos accesibles.

En la actualidad, con tan solo 35 años, sus películas han recaudado casi 5 billones de dólares en taquilla, y suma más de 40 reconocimientos por su trabajo interpretativo. Aunado a ello, tiene pendiente estrenar Kinds of Kindness su tercera colaboración con Lanthimos y Eddington de Ari Aster. Y a través de su compañía productora, Fruit Tree, está enfocada en crear proyectos singulares como Problemista o I Saw the TV Glow.

No cabe duda que aquella joven que con 15 años le dijo a sus papás que su lugar estaba en Hollywood, tenía mucha razón.

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