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LuckyChap o cómo Margot Robbie se está apoderando de Hollywood

Once años atrás, cuatro personas en un pequeño apartamento en Londres celebraban el estreno de una película que pasaría completamente desapercibida por el gran público. Pero esa noche, esas mismas personas, con unas cuantas copas encima, acordaron abrir una productora en Hollywood. Eran unos desconocidos que no se imaginaron nunca que un poco más de una década después iban a producir una película sobre la muñeca más famosa de todos los tiempos e iban a recaudar más de un billón de dólares. Sí, una de esas personas era Margot Robbie y poco sabía que su vida estaba a punto de cambiar.

En 2013, se estrenó The Wolf of Wall Strret (dirigida por Martin Scorsese) y se convirtió en uno de los fenómenos cinematográficos de aquel año. Mucho se habló de su director quien había vuelto a “su esencia”, de Leonardo DiCaprio por “la mejor actuación de su carrera hasta ese momento”, incluso del cameo de Matthew McConaughey quien estaba a punto de ganar un Oscar y la fama de actor respetado después de años siendo uno más del montón. Junto a ellos, hubo alguien más quien dio de qué hablar, la diferencia es que no se trataba de otra estrella de Hollywood como los demás en la lista, sino de una desconocida de veintitrés años, recién llegada de Australia. Es decir, Margot Robbie.

Margot había empezado su carrera interpretativa unos años antes como una de las protagonistas juveniles de Neighbours, la novela australiana más famosa de todos los tiempos. Un par de años después, decidió dar el salto al cine pero no en su Australia natal, sino en Hollywood. Sin embargo, antes de llegar a El Lobo de Wall Street, dio sus primeros pasos en la meca del cine inglesa en dos películas de muy pequeño presupuesto, en las cuales tuvo apariciones secundarias, casi anecdóticas.

Aunque saltó a la fama gracias a la película de Scorsese, fue Suite Française (una de las que rodó en Europa) la que le cambió la vida. En el rodaje de esta conoció a Josey McNamara y Tom Ackerley (ambos asistentes del director). Se convirtieron en sus socios y fundaron LuckyChap.

Un día, en el apartamento donde todos vivían, mientras celebraban la película que habían hecho juntos y alimentados por la inquietud de contar “historias sobre mujeres que no se habían contado antes”, decidieron dar el gran paso.

Aunque muchos han atribuido el nombre de la productora a ser una referencia a Charles Chaplin, la misma Margot confesó que esa noche habían tomado y no recuerdan cómo se les ocurrió el nombre. Pero probablemente sea ese el único paso aleatorio que han dado en estos diez años.

Robbie asegura que, desde el momento en que LuckyChap abrió sus puertas, han trabajado incansablemente en cada uno de los proyectos que han sacado a flote. Así fue cómo llegaron a I, Tonya, el primer éxito improbable de la productora. Aunque no tuvo un impacto comercial, la película consiguió tres nominaciones a los Oscar, un galardón para Alison Janney y la consolidación de Margot Robbie como “una actriz de verdad”. Mientras tanto, empezaba a construir su propia reputación como productora, pero la estocada final llegaría seis años después. Aunque antes llegaron dos películas más: Birds of Prey y Promising Young Woman. La primera le dio lo que no alcanzó con I, Tonya, es decir, un desempeño sólido en taquilla y la segunda la devolvió a los Oscar, está vez, para ver cómo Emerald Fennell se llevaba a casa la estatuilla por mejor guión original.

Es precisamente Promising Young Woman, el mejor ejemplo de que los co-fundadores de la productora han cumplido lo que se propusieron por allá en 2013: contar historias sobre mujeres, que no se habían contado antes. Aunque eso significara desatar olas de odio porque por una crítica positiva que recibía la película dirigida por Fennell, llegaba un detractor que trataba de hundirla en Internet. Pero lo que quedó claro es que ni Robbie ni nadie del equipo tenía miedo a estas polémicas, o de otra forma, no tendríamos la película Barbie, al menos no la versión que vimos en cine. De hecho, para ello, Margot tuvo que luchar bastante.

Desde un comienzo tuvo que convencer a los ejecutivos de Warner Bros. para que le dieran luz verde al proyecto, ya que no confiaban en que la película fuese del agrado de los hombres, y para producir una película con el presupuesto de Barbie, el estudio tenía que estar convencido de que iba a ser una película de cuatro cuadrantes, y tenían dudas respecto a eso. Una película de cuatro cuadrantes, es aquella que le interesa a hombres, mujeres, adultos mayores y niños, y por lo tanto, significa que será un éxito en taquilla. La misma Margot asegura que tuvo que ponerse "en modo vendedor" para conseguir la aprobación del estudio: “¿Qué consigues cuando unes a Spielberg y dinosaurios? Mil millones de dólares. ¿Qué consigues cuando unes a Greta Gerwig y Barbie? Mil millones de dólares.” Con esa frase acabó vendiendo el proyecto, y manifestando el futuro que estaba a punto de vivir.

Robbie dejó claro que tiene la intuición que un buen productor necesita, y a lo largo de la creación de la película, demostró que también tiene el compromiso, participando en cada detalle desde la planificación de los horarios y el presupuesto, hasta el control de la cantidad de pintura rosa que necesitaron para crear el set. Durante la promoción también demostró que la estrategia de marketing se le da muy bien. Con cada aparición en una alfombra roja usando un traje clásico de la icónica muñeca, la australiana conseguía acaparar el interés del público, el cual al final se tradujo en esos 1.400 millones de dólares que acabó recaudando.

Cuando se anunciaron las nominaciones a los Oscar de este año, el mundo colapsó porque el nombre de Margot Robbie no figuraba entre las actrices principales. Sin embargo, obtuvo el reconocimiento que sí merecía: nominada como productora del año por mejor película. Porque de algo estamos seguros es que el éxito de la actriz con LuckyChap no ha caducado. El año pasado, además de Barbie, también produjo Saltburn, el éxito viral de fin de año. Ahora, la actriz tiene en puertas la producción de un nuevo giro de Ocean's (en el cual volverá a trabajar junto a Ryan Gosling), tiene pendiente el estreno de Naughy (descrita como “una versión navideña de Bridesmaids”) dirigida por Olivia Wilde; y recientemente ha dado a conocer que trabaja en una adaptación del clásico juego The Sims.

Incluso Warner Bros. decidió otorgarle las llaves del estudio el 12 de febrero de este año para celebrar el éxito alcanzado con Barbie; una tradición que solían llevar a cabo con productores, actores o directores que habían contribuido a un logro del estudio. En una ceremonia privada, le otorgaron una de las llaves originales de los estudios, forjadas en 1956. Esto tenía décadas sin llevarse a cabo pero decidieron retomarlo avivando un poco el espíritu del viejo Hollywood que se había desgastado durante las últimas décadas. Warner Bros. sabe que LuckyChap es un caballo ganador, no en vano han firmado un contrato para seguir trabajando codo a codo.

Con LuckyChap, Robbie ha encontrado una libertad creativa plena por un lado, siendo capaz de sacar adelante las cintas que quiere protagonizar, y por otro, busca demostrar su buen ojo para la taquilla. Eso, sin renunciar al motor que un día los movió a ella, a su esposo y a sus otros dos socios: contar historias de mujeres para todo público.

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