Cuando dejarlo todo no es suficiente: el método de Gary Oldman a la hora de actuar

POR JERÓNIMO CASCO

21 de MARZO del 2024, 01.58 AM | UTC-GMT -3

Cuando dejarlo todo no es suficiente: el método de Gary Oldman a la hora de actuar

Gary Oldman es un ícono, de eso no cabe duda. No importa en que película participe, siempre va a dejar todo de sí mismo. Como si eso no fuera poco, el actor es conocido por sumergirse metafórica y literalmente en el rol al punto de desconocerse de su propia persona. Desde su asombrosa capacidad física para transformarse como su voluntad de investigación a la hora de asumir un rol. En el corazón de su brillantez actoral yace un método que él mismo ha desarrollado y perfeccionado a lo largo de los años, y que lo distingue como un verdadero ejemplo para los más jóvenes.

Nacido el 21 de Marzo de 1958 en Londres, Inglaterra, Oldman surgió como una fuerza creativa en la escena teatral británica antes de hacer su marca en Hollywood. Su formación en la prestigiosa Royal Academy of Dramatic Art (RADA) sentó las bases para el desarrollo de una carrera en el cine que abarcaría (y sigue abarcando a día de hoy) una diversidad impresionante de roles y géneros.

Lo que principalmente distingue al actor es su enorme habilidad para meterse de lleno en los personajes que retrata. Su enfoque no se limita a replicar las acciones y diálogos escritos en un guion, sino que él va mucho más allá de la interpretación. Oldman reinterpreta los roles a su manera sin abandonar las profundidades psicológicas de sus personajes, y busca comprender cuáles fueron sus motivaciones, sus miedos y sus alegrías. Es este compromiso total con la verdad emociona eleva su performance a un nivel completamente nuevo.

Su método de actuación se caracteriza por su naturaleza meticulosa y detallada. Para ‘The Darkest Hours’ (2017) en donde interpreta brillantemente a Winston Churchill, el actor se pasó un año estudiando a la figura histórica antes de comenzar a filmar: estudia el contexto histórico de la época en la que se desarrolla la historia, la psicología de su personaje y cualquier otro detalle relevante que pueda informar su interpretación. Esta preparación minuciosa le permite adentrarse en la piel del personaje de una manera auténtica y convincente.

Además de su rigurosa preparación, Gary Oldman es conocido por su voluntad de someterse a transformaciones físicas extremas por el bien de un papel. Ya sea ganando peso o perdiéndolo, cambia su apariencia facial o adopta acentos distintivos como lo hizo en ‘Mank’ (2020) en donde interpreta a Herman ‘Mank’ Mankiewicz, el desacreditado guionista del clásico Ciudadano Kane. Oldman estuvo dispuesto a usar prostéticos, pero Fincher se negó para que la actuación sea más minimalista y realista. El actor hace lo que sea necesario para ser alguien más, se “mete en el lodo” como se suele decir, y es gracias a esa capacidad para desaparecer por completo detrás de sus roles que se caracteriza como un verdadero apasionado del arte interpretativo.

La versatilidad de Gary Oldman como actor también es innegable. Interpretó todo tipo de roles, desde villanos despiadados como en Leon: El Profesional (1994) con su delirante papel de Stansfield, hasta figuras históricas veneradas y moralmente masacradas como en Oppenheimer (2023) y The Darkest Hours (2017) con sus Harry Truman y Winston Churchill respectivamente, y lo ha hecho con una maestría que deja sin aliento al público. Su capacidad es innata, cualquier personaje puede hacerlo suyo, y eso es el mejor testimonio que puede existir de su habilidad y compromiso inquebrantable con el arte de la actuación.

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