Pobres Criaturas

Las compulsiones son deseos que se comportan como necesidades, pero ¿qué pasa cuando la ficción nos permite explorar los deseos por fuera de categorías arbitrarias? Esa es una de las muchas misiones evidentes de Pobres Criaturas, la más reciente película del director Yorgos Lanthimos, producida y estelarizada, triunfantemente, por Emma Stone.

Pobres Criaturas es una adaptación que funciona exitosamente como tal, así como una obra con su propio equilibrio. La trama, exquisitamente retorcida, propone el escenario en el que la protagonista, Bella Baxter navega el mundo en el cuerpo de una mujer adulta y la consciencia de un bebé, cuyas facultades mentales avanzan a un paso acelerado. Esta condición hila las aventuras y desventuras de Bella Baxter, y es también lo que justifica, desde su perspectiva, la cinematografía colorida, de ensueño, y fantasiosa. Pero, principalmente, es lo que explica la falta de filtro de Bella, su tendencia a no categorizar sus ideas entre deseos y necesidades, con las jerarquías aprendidas durante la socialización.

Inicialmente una reclusa en la morada de su creador, a quien Bella ve y ama como a un padre antes de aprender que es su creador, la protagonista de esta historia supera su condición de musa o creación; Bella constantemente reclama agencia sobre su vida, primero con exigencias en forma de berrinche, luego con justificaciones más articuladas, y finalmente, con total claridad sobre su condición y su ser. Esta odisea también sirve de vehículo para que Bella procese los aspectos más complejos del mundo y de la sociedad, pudiendo sintetizarlos en simplezas intuitivas. Esas observaciones se vuelven luego interrogaciones para la audiencia.

Tal vez el matiz más importante de esta historia de agencia y descubrimiento personal es cómo Bella se rehúsa constantemente a colapsar bajo presiones arbitrarias, e incluso se frustra ante la idea de tener que diferenciar necesidades y deseos, cortesías y honestidades. Emma Stone se pierde completamente en un rol que podría fácilmente resultar caricaturesco o su propio chiste abstracto, dando una performance irrepetible que no por nada le ganó su segundo Óscar a mejor actriz. Pobres Criaturas es ficción inyectada con humanidad, es una película con actuaciones talentosas y llenas de corazón, y sobre todo una historia que nos invita a investigar nuestros propios filtros, a examinar las rimas y razones con las que ordenamos nuestros deseos. Una cosa es indudable, Bella Baxter es un personaje fascinante cuya historia invita a preguntas aún más fascinantes.