Oppenheimer: cuando las clases de física moderna dejan de ser un dolor de cabeza y pasan a ser la receta para dos bombas

En mis años de estudiante de electrónica y a de las materias que más dolores de cabeza me dió fue física moderna: electrones que se comportan como particula o como onda dependiendo de si las observan o no, un gato que está vivo y al tiempo muerto, el principio de cómo funcionan los paneles solares… todo eso era interesante pero siempre rondaba en mi cabeza cómo toda esa teoría de formulas y ecuaciones matemáticas a veces imposibles de entender para mí se habían convertido en un par de bombas que aniquilaron a Miles en cuestion de segundos.

Es entonces cuando al anunciar esta película corri emocionado a verla y grata fue mi sorpresa al caer en cuenta que no fue un proceso fácil, ver a Cilian Murphy encarando a uno de los más brillantes científicos que participaron en estás creaciones, escucharlo decir esa frase tan terrible del destructor de mundos al tiempo que dejaba de ser mi imaginario experto en bombas a convertirse en un humano que sintió el peso de tantas muertes en sus hombros me hizo reflexionar en que es una película para disfrutar cucharada a cucharada hasta dejar vacío el plato, excelente no solo para ratones de biblioteca como yo sino también para personas que disfrutan más de la vida como ustedes.

Es una película llena de matices, en la que da tristeza cómo así lo des todo por tu país al final cuando ya no te necesiten más buscarán desprestigiar tu buen nombre y en lo posible hasta sacrificarte.

Ver cómo se trabajó incansablemente hasta logra el objetivo crea ese dilema entre admirarse por lo que el hombre es capaz de lograr u horrorrizarse por ello.

Pienso que es horrible y a la vez bello dependiendo de si lo vez desde el punto de vista científico o de víctima del poder destructivo de la bomba nuclear