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La peor persona del mundo (2021) - El cierre de la trilogía de Joachim Trier.

INTRODUCCIÓN

Si bien las películas neorrealistas de Italia en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial sacaban a la luz cuestiones de vital importancia para la sociedad del momento, el arte del cine ha servido, desde el inicio de su creación, para la evasión del público, así como para el reflejo del estado de una sociedad. Desde los musicales y la screwball comedy durante los años de la Gran Depresión estadounidense, pasando por el cine de vanguardia qué artistas multidisciplinares como Buñuel o André Bretón.

Es así como a día de hoy, también es posible analizar un tipo de cine (no sé hasta qué punto sería correcto -todavía- atribuirle directamente un género o subgénero para categorizarlo) que define a la sociedad actual y trata de plasmar incógnitas que, en los tiempos que corren, abruman a la sociedad actual. Y, por supuesto, este cine del que estamos hablando refleja única y exclusivamente una comunidad primermundista, blanca y privilegiada. Estamos haciendo referencia a las últimas tendencias del cine europeo, un cine con ciertas características de autor, no demasiado vanguardista ni atrevido en su composición y estructura, y que centra sus temáticas principales en problemáticas del día a día, haciendo referencia en su mayoría a la decadencia producida por el mundo y las tecnologías modernas. Este tipo de películas se alejan de la ciencia ficción y de dramas alejados del día a día, centrándose principalmente en todo aquello que los Boomers llamarían como “la generación de cristal”.

A día de hoy, todavía desconozco fuentes que hablen de este tipo de cine, donde agrupan las temáticas principales y directores que trabajan persiguiendo una estética común. Y a pesar de que soy súper consciente de la posición privilegiada desde la que se aborda la creación, no deja de interesarme. Anteriormente ya hablamos de películas como Ramona o Frances Ha, y creo que encajan perfectamente con esta última de la que venimos a hablar hoy: La peor persona del mundo, dirigida por Joachim Trier.

RECONOCIMIENTOS

Nominada al Oscar a Mejor Película Extranjera y Mejor Guión Original, la película no terminó por ganar ninguno de los dos premios. Las ganadores fueron Belfast y Dry my car. Sin embargo, las nominaciones consiguieron lo que la mayoría de los largometrajes persiguen ya desde la fase de pre-producción, alcanzar el mayor número de personas y hacer que se hable de la misma. Si bien a lo largo de las siguientes líneas nos adentraremos en las temáticas y al argumento de la pieza, solo avanzaré que la historia se compone alrededor de Julie, y siendo esto así, gracias a una interpretación absolutamente verídica y medida, su protagonista, Renate Reinsve, se hizo con el premio a Mejor Actriz en Cannes. En España ganó el Goya a mejor película europea.

UNA TRILOGÍA

Esta película supone la quinta del director después de Reprise -una película sobre dos escritores jóvenes- y Oslo, August 31st -un filme sobre la adicción-. Con esta tercera, el director cierra la trilogía denominada Oslo, un conjunto de tres películas en donde habla acerca de los conflictos y los miedosde los jóvenes en Noruega. Renate Reinsve debutó en el cine con Trier, interpretando a Renate en la segunda entrega de esta trilogía Oslo, August 31st.

Después de Oslo, August 31st, llegaron dos películas más antes que La peor persona del mundo (2021): El amor es más fuerte que las bombas -sobre una fotógrafa de guerra- y Thelma -en la que por primera vez se sale de temáticas algo más íntimas y aborda los poderes telequinéticos. La tragicomedia La peor persona del mundo es, definitivamente, la película más bella de su filmografía y quizás una de las mejores películas de todos los tiempos.

¿QUIÉN ES LA PEOR PERSONA DEL MUNDO? - TEMÁTICAS

¿A que nos referimos cuando, en este caso, hablamos de problemas del primer mundo?

Bien, pues a temas tan universales como la pareja, las infidelidades y, en general, todas las cuestiones relativas al amor romántico que mayoritariamente tiende a ser heterosexual y cisgénero. Las temáticas abordan también las decisiones de la pareja en tiempos modernos, en los que la fragilidad del amor, el miedo del compromiso y las relaciones tóxicas derivan del aguante que el amor incondicional nos quería venir a prometer. La peor persona del mundo (2021) también habla de la maternidad como punto central de disputa entre la relación de pareja, y haciendo que el conflicto resulte aún mayor debido a la diferencia de edad de ambos.

A pesar de que, como hemos dicho antes, el director quisiese centrar la película dentro de los problemas existenciales de los jóvenes noruegos, lo cierto es que la temática del amor es probablemente la que más tiempo acapara en esta última entrega. A nivel argumental, Julie tiene un total de tres parejas a lo largo de lo que dura la historia: una primera relación que deja nada más comenzar la película; la pareja estable sobre la que se trabajan los conflictos y dudas amorosas y personales; y una tercera, que abre camino al tratamiento de temáticas tan universales como la infidelidad el compromiso y la responsabilidad afectiva.

Para poder entender mejor el acercamiento, vamos a introducirnos de lleno en lo que sucede. Julie es una joven Noruega perdida dentro de una crisis existencial en su treintena. No sabe a qué se quiere dedicar y mientras tanto, pasa el tiempo siendo dependienta en una librería. El oficio, sin embargo, no genera un rechazo absoluto. Supongo que, para todos aquellos que buscan dedicarse a un arte precario y minoritario como es la escritura, el trabajo en una librería / biblioteca / Casa de Cultura, no resulta reacio del todo. Las dudas y las inseguridades comienzan a aparecer por comparación con el éxito de su pareja. No solo es varios años más adulto que ella, sino que Aksel, es también un escritor de renombre y éxito de novela gráfica.

¿Hasta qué punto nos genera envidia, llegando a condicionarnos el éxito de los demás, cuando quisiésemos que fuera el nuestro? ¿Qué sucede cuando esto ocurre dentro de una pareja? ¿El amor lo puede todo? ¿Deberíamos alegrarnos y ayudar al éxito del de al lado, cuando ni siquiera parece atisbar?

Quizás todas estas preguntas resuenan en la cabeza de Julie. Quizás no. Aunque lo cierto es, que el título de la película nos invita a buscar y analizar quién es la peor persona del mundo. Y por lógica, lo que el espectador hará será analizar todos estos patrones conflictivos en Julie. No sabría analizar hasta qué punto condiciona esta desigualdad en la decisión de finalmente dejar a su pareja. Pero Julie, en un momento de ahogo y pérdida, tratando de saber quién es, se escapa a una fiesta privada en donde todo cambiará.

Antes de todo esto, Aksel la invita a pasar unos días a una casa rural con sus amigos, y, quizá lo más relevante, los hijos de sus amigos. Es aquí donde la diferencia de edad entre ambos supone un problema, pues a nivel vivencial, Aksel tiene el deseo de pasar a la siguiente etapa de su vida e intentar tener hijos. En este punto de la película, en el que todavía el carácter incansable y furtivo de Julie no nos resulta exagerado, empatizamos con ambas vivencias. Nadie tiene más derecho que el otro; Aksel debería entender que antes de tener hijos, Julie debería pensar que quiere hacer con su vida, solucionar su camino, reservarse un tiempo para ella. Pero con más de cuarenta años, él ve su tiempo agotarse, y es aquí donde comienza la decadencia de la pareja.

En la presentación de su novela gráfica, Julie decide escaparse e irse a una fiesta en la que conoce a Eivind. Para todos aquellos que hayáis visto la película, ¿puede considerarse una infidelidad lo que sucede entre ambos? ¿Es más grave e irrespetuoso si se hubiesen llegado a tocar?

La única cosa cierta es la intensa atracción entre ambos, y es aquí donde la responsabilidad afectiva y el compromiso brillan por su ausencia. Una vez más, la película nos invita a hacer el ejercicio de análisis sobre si las decisiones que Julie toma la hacen la peor persona del mundo. Y tras un fin de semana con los amigos de Aksel, la presión sobre la maternidad, la incomodidad con su familia y las comparaciones laborales entre ambos, Julie decide separarse de Aksel. Es evidente que en esto también influye su creciente atracción por Eivind, en el cual vemos repetirse el mismo patrón, pues también tiene pareja y sin embargo vuelve a la librería en ese pequeño guiño de gafas de sol.

Antes de cambiarse el pelo, dejar el trabajo, o mudarse a otro país, Julie decide dejar atrás la estabilidad que Aksel le brinda para empezar su camino “sola”. Es en este punto de la película donde se introducen temáticas algo más íntimas e introspectivas, como la búsqueda de la propia identidad, la autodeterminación, y el amor propio, en el que analizamos conductas y patrones provenientes de una ideología feminista. Julie es sensible, honesta y espontánea, y esto la lleva a tomar decisiones que quizás, desde fuera, no parecen del todo correctas. Es así como el público, independientemente de la edad que tenga, consigue conectar con ella, porque todas podríamos ser Julie en nuestros veinte, treinta y cuarenta.

Volvamos al título de la película. En este punto podríamos decir que quizás surge de ese sentimiento de culpa y traición que Julie siente al dejar a su novio. Sin embargo, la escena del reencuentro con Eivind, nos habla de todo lo contrario. El director podría haber decidido filmar una escena convencional, en la que chico encuentra a chica -o chica va a buscar a chico, en este caso-, se confiesan sentirse atraídos el uno por el otro, y tienen una cita paseando por las calles. Pero todo sucede como nadie se lo espera, generando la portada de la película en esta misma secuencia. El mundo se para, nunca mejor dicho, y Julie corre por las calles de su ciudad hasta que lo encuentra. Todos los actores están paralizados, las únicas personas que se mueven son ambos. Esto genera una sensación en el público de confusión. ¿Es real lo que está sucediendo? ¿Es una imaginación de Julie? Yo prefiero quedarme con la primera opción.

Quizá sin ser su intención, la película cae en ser algo moralista. Hace que genere en el espectador la pregunta constante que perseguimos también en estas líneas. ¿Qué es lo malo, lo bueno, lo que se puede juzgar? ¿Qué haríamos nosotros en esa posición? Pero no por esto cae en el drama. Se construye a través de puntos que incluso llegan a ser cómicos en algunas ocasiones. Y es a través de este lenguaje como nos conectamos con Julie. Lo único que podemos hacer en esta vorágine de caos y dudas, es seguir hacia adelante. La crisis existencial conecta a la protagonista con problemáticas recurrentes en películas de Ingmar Bergman y Éric Rohmer, pero también de Woody Allen, como ha confesado el propio director.

ESTRUCTURA Y CUENTO

A nivel estructural, la historia se divide en doce capítulos, a los que tenemos que sumar dos más, uno de prólogo y otro de epílogo. Esto sumado a la voz en off que va narrando los acontecimientos principales, en voz de mujer identificándose con la vivencia de Julie, hace que la composición de la historia tenga mucho que ver con el cuento. Si recordamos la librería de Isabel Coixet, diré que no tiene nada que ver con esta. Pues en esa la influencia de la narrativa también abarcaba el tratamiento de la historia, llegando a ser ciertamente inverosímil e infantil. No es el caso de La peor persona del mundo, un drama romántico con tintes de comedia, desarrollado en pleno siglo XXI, tanto a nivel temático como argumental.

A día de hoy está disponible en Filmin para su visionado.

Nahia Sillero.

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