POR JERÓNIMO CASCO
17 de FEBRERO del 2024, 18.53 PM | UTC-GMT -3
Introducción al Bayhem: Un análisis del estrepitoso cine de Michael Bay
Decir que un rostro que no pertenece a Marvel en ninguno de los sentidos es el responsable de lo que significa hoy la casa de los superhéroes en el mundo audiovisual puede sonar polémico, pero la realidad es que argumentar porqué el estrepitoso cine de Michael Bay -uno en donde preponderan las explosiones en cantidades ridículas, personajes altamente desconfigurados de la realidad y un amor desmesurado por el espectáculo como el verdadero corazón de las historias- dio pie a lo que Marvel construyó pocos años después no suena tan descabellado como parece.
Pocos placeres cinematográficos son comparables con el fenómeno BAYHEM. Cuando nos referimos al placer de ver una película de este director podemos encasillarlo sin vueltas como “placer culposo”: obras que solo sirven para poner de fondo un domingo mientras hacemos otras cosas o cuando solo queremos congelar el cerebro de tanto pensamiento y análisis innecesario. El Bayhem llena todos los casilleros en el sinsentido narrativo, la espectacularidad y el nulo desarrollo de personajes. Esto llegó a su culminación absoluta con el estreno de su última película, Ambulance (2022).
Dicen que para saber de cine o porqué no querer dedicarse a el, hay que mirar todo tipo de películas: las buenas, las malas (¿acaso que es bueno y malo?), las de autor, las genéricas, las de todos los géneros y las que son para todos los gustos. Pero, quiérase o no, si hay algo que no se puede negar es que Michael Bay es un autor. En este último intento de ‘Heat’ con esteroides, el director norteamericano hace uso de drones por mero capricho y se da el lujo de burlarse del sistema policial en Estados Unidos desde todos los ángulos posibles. Poco quedó del director que, por más risas ajenas haya provocado, creaba algo único que no nos quería hacer mirar para otro lado…
El director de películas como Armageddon, Pearl Harbor o Transformers creó una manera muy inteligente de ser transgresor desde sus inicios, dándole una vuelta de terca a lo que el espectador promedio conocía como cine épico. Si vamos a su primer película, Bad Boys, el director nos daba indicios de cómo abordaría su cine desde ese entonces: una extrema saturación del color, una constante sensación de que lo “cool” invade la pantalla, y diálogos ridículos y poco relevantes. De hecho existe una anécdota que dice que el guion de la película era tan malo, que Bay quiso contratar a alguien para reescribirlo, pero quedaban 10 mil dólares del presupuesto para eso. Como reescribirlo les salía como mínimo 100 mil dólares, decidieron improvisar, repasar algunos detalles con los dos protagonistas la misma mañana de cada rodaje y escribir lo que les parezca sin desordenar mucho la historia.
Con un camino que parecía concluir en el inminente fracaso, Bay utilizó su vasta experiencia en comerciales y videoclips para agregarle a la película un toque visual que distinguía del resto. No podemos decir que su primer película parecía épica, pero no se tardó mucho en pasar al “siguiente nivel”. Armageddon (1998) no sólo es un total desastre narrativo, sino que es un sinsentido que hoy en día es proyectada en la NASA para que los nuevos directivos traten de encontrar errores (¿o deberíamos decir horrores?) a fin de ponerlos a prueba. No solo eso, sino que varios actores de la película, como Steve Buscemi o Bruce Willis, declararon que jamás volverían a trabajar con el director. Entonces la pregunta es inevitable…
¿PORQUÉ LLAMA TANTO LA ATENCIÓN TRABAJAR EN UNA PELÍCULA DE ESTE DIRECTOR?
Así como muchas figuras actuales deciden firmar un contrato con Marvel o DC para poder comprarse una casa más grande, en su entonces replicarlo con Michael Bay era básicamente lo mismo: garantía de dinero asegurada. La gente a veces quiere comer pochoclos, tomar gaseosa, distraerse por dos horas y no pensar mucho. Eso fue lo que logró el director a finales de los 90s con ambas películas, y en los 2000s con la saga de Transformers. Pero el director, influyente como pocos en el ámbito, también produjo películas que trataron de imitar su estilo (o quizás le pidieron permiso para tomar "prestado" su estilo) como Soy El Numero Cuatro o Batalla Naval.
En conclusión y sin muchas vueltas, ¿podemos culpar a Michael Bay por lo que Marvel provocó en el cine moderno? Me animo a decir que un poco si.
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