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AHSOKA TANO: LA SUPERHEROINA DE STAR WARS

Mas de cuatro décadas han pasado desde el estreno de Star Wars (George Lucas, 1977) y recién en el 2023 una mujer obtiene su propia serie.

Hablamos claro de Ahsoka Tano, el personaje que tomo vuelo en Clone Wars y Rebels, ha atravesado el techo de cristal del machismo inherente a la época de su creación, y se ha consolidado como un icono cultural del momento, en medio de tempestades conceptuales, planteamientos de género y cuestionamientos de todo tipo. Aunque no es casual ni estrafalario dadas las condiciones creadas en el universo creado por George Lucas para el advenimiento de personajes de todos los géneros y de todas las galaxias.

Incluso si se analiza la presencia del personaje de Leia (princesa Leia Organa interpretada por Carrie Fisher), para una película mainstream, de ciencia ficción de los anos setenta, se la puede encontrar bastante audaz y auto centrada. Carácter, firmeza y sentido del deber, han sido sustanciales a su accionar a lo largo de la trama.

El show audiovisual es deslumbrante en todo sentido. Pero el eje funcional y dramático de este producto (emitido por Disney Channel) es el tremendo casting.

La elección de Rosario Dawson para protagonizar a Ahsoka Tano, la otrora Padawan de Anakin Skywalker, una joven togruta del planeta Shili es una gran apuesta en todo sentido.

Por un lado revela algo del llamado “phisic du rol” pero también conlleva un costado de carácter filosófico, ideológico y social del que podría parecer en primera instancia.

LATINAS AL PODER

Vayamos por partes. La actriz se llama Rosario.

Para quienes son más jóvenes quizás no encuentren rareza en esta observación, diremos, sin entrar en detalles históricos complejos y aburridos, que el hecho de que una actriz de origen latino (y de nombre Rosario!) sea protagonista de un show de esa magnitud, se corresponde con dos fenómenos en paralelo: la igualdad de género y la diversidad étnica Esto por cierto, no ha sido ni común ni habitual en el canon de contrataciones actorales en la industria de Hollywood prácticamente desde su nacimiento. Es por ello que la elección es tan importante e inherente al personaje. Así como otras talentosas actrices y actores de origen latino como Michelle Rodríguez (Lety en Rápido y Furioso), Zoé Saldana (Gamora en el universo Marvel) o la ahora la recientemente galardonada (y nominada al Oscar) América Ferrera con su brillante participación en Barbie.

Es por eso que la elección de una latina para Ahsoka es, en cierto sentido tan revolucionaria como el mismo personaje. Rosario Dawson es además, militante de los derechos de las mujeres y representa, en ese sentido tanto a una mayoría como a una determinada minoría.

Que tienen en común estas mujeres? En primer lugar son y parecen empoderadas en muchos sentidos. Mientras que en tiempos pasados (pero no tan pasados) quienes provenían de otras latitudes buscaban cierto acercamiento al “público norteamericano” a través de cuidadosos tenidos y adaptaciones culturales, ellas se muestran tal cual son, con sus características intrínsecas y sus condiciones físicas, anímicas y emocionales que son parte de sus raíces y su identidad.

El personaje Ahsoka calza en ese sentido a la perfección. Es rebelde, plantada, decidida, segura de sí misma incluso en la lógica incertidumbre de la vida y junto a ello es cuidadosa con su entorno, amable y guardiana con sus amigos (sean estos robots o humanos) e implacable con sus enemigos. Tiene un gran dominio de sus recursos interiores y eso le otorga un gran poder. Su mirada es una mezcla de pasión, tranquilidad, inteligencia y complicidad que conmueve la pantalla. Por supuesto su destreza física es parte de la lógica de su personaje, al fin y al cabo es una jedi, una guerrera.

Pequeña nota al pie: Cuando a los personajes históricos, de ficción o de ciencia ficción se los vincula con alguna orden religiosa, o de creencias de cualquier tipo y estos a su vez están entrenados en artes marciales, luchas con armas o algo por el estilo se suele hablar de “monjes guerreros”, entonces deberíamos decir que Ahsoka es una “monja guerrera”? Pues otro sesgo de genero se nos cuela aquí, en esta conversación compartida entre autor y lectores. Pues la idea de monja está asociada a un credo en particular (el católico) mientras que monjes hay de todo tipo (monjes budistas, zen, etc.) pero en sentido general Ahsoka es exactamente eso una guerrera con fundamentos místicos. No por casualidad los jedis creen y utilizan “la Fuerza” como su eje interno y es a través de ella que manifiestan sus poderes.

La serie es impecable en su factura, en su desarrollo y en su relato. La historia tiene sentido, se ancla en el pasado ya citado en las series de animación y no desentona con el canon oficial de las nueve películas centrales. Quizás este cronista se atreve a decir que es una de las piezas mejor logradas de toda la saga (junto con Mandalorian), Rogue One y por supuesto la trilogía original. Si ya se, es la edad… los que alcanzamos a ver Episodio IV (a Star Wars original y primigenia) en el cine hemos quedado marcados para siempre y las adoramos incluso con sus falencias.

Sea como sea, los fanáticos de esta saga han crecido a números exponenciales con el tiempo y que cada generación tiene sus propios ídolos. Está muy bien que así sea. Pero cuando aparece un personaje que unifica las generaciones, entonces el concepto de lo transcendente en el arte se vuelve sublime.

Ya desde los dibujos animados, el personaje de Ahsoka transcendió su humilde lugar inicial para transformarse en uno especial y querido por muchos. Su vínculo extraño, ambivalente, con Anakin Skywaller le proveen una identidad única. Mientras que por un lado es respetuosa, obediente y ubicada, por otro es rebelde, terca y sagaz como su Maestro (Anakin) y como el, tiende a no cuidar las formalidades. Tiene tanto de su Maestro cómo tiene a su vez la fuerza contraria, una cierta sabiduría innata que la acompaña y le genera un centro propio de criterio.

Su renuncia a la Orden al encontrar su contradicciones es un momento maravilloso de la historia en general y de ella en particular.

NI hablar de que usa dos sables. Eso no tiene otra definición que “muy cool”.

Pelea como una salvaje, pero sin perder la calma, es elegante y hasta sonríe. Es como si todo el tiempo estuviese dentro de ella misma manteniendo el control, muy jedi por cierto.

Su atuendo, los colores, su rostro tatuado y los anillos azules en las extremidades (lekku) de su cabeza la hacen absolutamente reconocible por encima de cualquier otro personaje.

Ahsoka Tano es parte ya de nuestro imaginario, con sus movimientos típicos a la hora de luchar, sus comentarios un tanto ácidos a la hora de opinar y su inquebrantable deseo de ayudar y hacer lo correcto, incluso cuando no está del todo claro.

Es una fuerza de la naturaleza que avanza y no se detendrá ante nada. Star Wars no es una saga de superhéroes pero si lo fuera, Ahsoka Tano seria su mejor superheroína.

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