POR JERÓNIMO CASCO
25 de ENERO del 2024, 14.37 PM | UTC-GMT -3
Recomendación: La dupla Sweeney-Powell en ‘Con Todos Menos Contigo’ es la versión actualizada de las rom-com de los 90s
Ya todos conocemos la estructura narrativa de las comedias románticas yankees: chico conoce a chica de manera casual, chico y chica se enamoran rápidamente, chico y chica tienen un temprano tropiezo que hace que se tengan que separar. Pero no, no termina ahí. Por cuestión del destino (o de que hay que darle continuidad a la trama) chico y chica se vuelven a reencontrar y sin más que hacer deben pasar un tiempo juntos aunque no lo quieran, y al final, chico y chica terminan estando juntos. Las llamadas rom-com son películas pertenecientes a un subgénero tan añejo como el propio cine, pero que jamás pierden vigencia.
Así como los dramas bélicos o la ciencia ficción, por solo poner algunos ejemplos, hay ciertos géneros que cuando están bien desarrollados y conocen a la perfección los códigos que deben ser implementados, no pasan desapercibidos. Y así lo es ‘Con Todos Menos Contigo’, una (parafraseando a Homero Simpson) estúpida y sensual comedia romántica como deben ser todas las buenas comedias románticas: sin sobre - dramatismo, hilarante y ridículamente exagerada. Dirigida por Will Gluck, nombre que no debería de importar, pero que si es todo un veterano -no creo que sea tan anciano el tipo igualmente- en la materia.
MUY LINDO TODO, ¿PERO DE QUE VA ‘CON TODOS MENOS CONTIGO’?
Probablemente ya el título de por si spoilea algo, pero no tan así. Bea (Sweeney) es una joven que estudia abogacía por mandato familiar y que por cuestiones del azar se cruza a Ben (Powell), un muchacho algunos años mayor que ella que vive junto a un amigo, hace trading y vive una vida normal, sin muchas complicaciones. Deciden pasar el resto del día juntos y tras la primer noche juntos, Bea huye de la casa sin decirle nada a él. Esto se lo toma muy mal el bueno de Ben, pero seis meses después sus caminos se cruzan de nuevo tras concretarse la boda entre Claudia (hermana del amigo de Ben) y Halle, que resulta ser la hermana de Bea.
Los dos emprenden un viaje a Australia, lugar en donde las familias de Bea y Claudia intentan convencer (de una manera muy ridícula pero graciosa) a ambos de que se gustan entre ellos, y ellos, que son ampliamente más astutos, fingen ser la pareja perfecta que ellos pretenden que sean. Parece una trama muy enrevesada, pero les aseguro que está muy bien desarrollada, con una narrativa orgánica que nos hace querer ver más de este electrizante dúo.
La película cuenta con todos elementos clásicos que definen al subgénero en la actualidad: cafecito en mano al mejor estilo oficinista que está por llegar al trabajo, sonrisas cómplices -y con un blanqueamiento admirable-, chica soltera que le dice por teléfono a su amiga ser una perdedora en el amor (vamos Sydney, no existe galaxia en donde vos puedas ser una perdedora), chico soltero que vive en un penthouse con una musculatura digna de las mejores esculturas griegas, y un amor que parece emerger de las conveniencias hegemónicas más cliché de toda la historia.
Pero aún así, con todos estos elementos puestos sobre la mesa, nos convence. ¿Porqué será? ¿Será que nos da placer ver a dos personas rubias de ojos claros llevando vidas separadas pero idílicas, sin otras preocupaciones que no sean que están en el mismo vuelo yendo a Australia para pasar un fin de semana en una hermosa casa playera? ¿O el hecho de saber de antemano que es muy poco probable que eso nos pase -a menos que suceda un milagro- nos genera atracción visual con el fin de tener la oportunidad de “vivirlo” aunque sea por poco más de 90 minutos?
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR:
Absurdismo, horror-comedy...¿y palo a Jeffrey Epstein?: A propósito de ‘Under The Silver Lake’
Sean cuáles fueren los motivos para no aburrirnos con este tipo de historias, es innegable que no es tarea fácil de llevar a cabo una película que, por más que se considere un placer culposo, convenza inmediatamente desde el arranque. La polémica dupla Glen Powell/Sydney Sweeney derrama una chispa y posee una química en pantalla que traspasa los atributos físicos que puedan llegar a tener. Y es que el arrogante ‘Hangman’ de Top Gun: Maverick derrocha carisma desde cualquier ángulo que la cámara le apunte. Podría tranquilamente definir a Powell como el resultado de Brad Pitt y Tom Cruise si tuviesen un…ustedes entienden.
Y la versátil Sydney Sweeney, que al parecer puede interpretar lo que sea, no se queda atrás. La joven oriunda de Washington que ya puede decir “fui dirigida por Tarantino” produce algo en pantalla que convence. Ambos están muy bien en sus papeles que no demandan mucho visto desde una mirada profundamente filosófica, pero que si aporta a lo que la historia requiere: las famosas idas y vueltas del amor en el siglo XXI, el histeriquismo exagerado y masivo en las relaciones, y la idea de que todo se puede resolver si mamá y papá están de acuerdo.
LEE MÁS RELACIONADO: UNDER THE SILVER LAKE | INSTINTO MATERNAL | GOL GANA | SEX EDUCATION | PLACERES CULPOSOS
Si te gustó este artículo recordar darle 👉 ME GUSTA, ponerlo en tus FAVORITOS, COMENTAR 🗣️ , y SEGUIRNOS para más contenido de cine y series 📽️
¡Comparte lo que piensas!
Sé la primera persona en comenzar una conversación.