'Anatomía de Una Caída' Review: La ganadora de la Palma de Oro juega con la moral al límite

POR JERÓNIMO CASCO

23 de ENERO del 2024, 11.02 AM | UTC-GMT -3

'Anatomía de Una Caída' Review: La ganadora de la Palma de Oro juega con la moral al límite

Hogar. Un concepto comúnmente relacionado con la sensación de calidez, de confort, como si decir hogar y refugio fuesen lo mismo. El séptimo largometraje de la directora francesa Justine Triet y ganadora de la Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes trae a la mesa temas familiares relacionados al cuestionamiento de la verdad y la subjetividad en una historia que no sólo genera choques morales entre los involucrados de la historia, sino que también invita a debatirlo tanto interna como externamente en el espectador.

Sandra Voyter (impresionante Sandra Huller) es una escritora de raíces alemanas que vive junto a su marido Samuel Maleski (Samuel Theis) y su hijo Daniel de 11 años (un sorprendente Milo Machado Graner) en una cabaña en pleno proceso de reconstrucción en una remota ciudad francesa, que resulta ser la ciudad natal de Samuel. Su hijo Daniel es ciego debido a un accidente ocurrido cuando él tenía 4 años, pero tiene la compañía en todo momento de su perro Snoop. Desde el comienzo las cosas parecen no estar muy bien entre la pareja: Sandra tiene una invitada en su casa a modo de entrevista (algo que parece tomarselo de manera muy relajada con un vaso de vino en mano), pero Samuel interrumpe el momento poniendo música a todo volumen en un parlante mientras refacciona el ático.

Minutos más tarde, luego de que la visita se vaya ya que era imposible comunicarse una con la otra, Daniel decide salir a dar una vuelta por los alrededores junto a Snoop, pero cuando vuelve al hogar, Snoop descubre a alguien tirado en el suelo, con demasiada sangre saliendo de su cabeza, y por lo que se puede observar, muy probablemente sin vida. Es Samuel, que hace minutos estaba en el ático. Las teorías no tardan en dar vueltas, pero la principal hipótesis es: viven los tres en una cabaña remota, casi en un pico montañoso, en donde uno está muerto en el piso, la otra persona dentro la casa y el tercero acaba de llegar de afuera, entonces … ¿podemos afirmar que Sandra lo mató? y en caso de que fuera así, ¿cuáles son los motivos?

A partir de esta intriga e incertidumbre la película teje un misterio alrededor de la figura de Sandra de manera magistral. Existe algo trágico y extraño en su mirada, algo dubitativo en su accionar o en su mera presencia que no cuadra, afirmaciones que son posteriormente modificadas, un pasado con su abogado que no suma al presente, y una cierta oscuridad en su persona que progresivamente se hace visible (o por lo menos la película inteligentemente nos hace creer eso) pero a su vez es desdibujada con el pasado de su marido.

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El juicio y la repercusión alrededor del caso no tarda en envolver el aire de una contaminación mediática en donde todas las partes -la juez, el fiscal, el jurado, la sospechosa, la defensa y el único testigo que resulta ser el hijo ciego de la pareja- deben llegar a un esclarecedor panorama. Pero, ¿existe tal? Triet nos lleva de la mano hacia los rincones de cada perspectiva para confundirnos y juzgarnos, como si fuera una especie de retorcido juego para la directora. Y le doy mi mérito, porque lo hace con una sutileza pero a su vez con una potencia narrativa que es, como mínimo, destacable.

Y no solo eso, sino que nos pone en la piel del hijo -el que se podría presumir como el involucrado más ingenuo de todos- para recordarnos que a veces la inteligencia del infante promedio es muy subestimada, pero también para replantearnos cuestiones que los adultos damos por hecho, como la determinación delictiva o temprano juicio por factores sociales. Esa ambigüedad moral es la que nos hace decidir rápidamente si una persona es culpable o inocente con pruebas como una simple grabación de voz, que pueden parecer certeras para enjuiciar pero no lo son.

Y la película resuelve el caso. El epílogo cierra el capítulo de madre e hijo vs. sistema judicial, pero aún así nunca vemos realmente lo que pasó. Vemos una intensa discusión el día anterior a la muerte de Samuel entre él y ella. Vemos los recuerdos de Daniel que incriminan de cierta manera a la persona fallecida, dando a entender cierta actitud errónea del padre. Y eso es todo, nunca sabremos que pasó. Y eso, eso es más poderoso que cualquier imagen.

CONCLUSIÓN:

“Justine Triet nos pone en aprietos como espectadores con un thriller de corte judicial que mezcla lo mejor del suspenso psicológico con el drama familiar. Un ejercicio de moralidad absoluta en donde una madre de familia es acorralada psicológicamente por el sistema judicial, pero que hace todo para convencer a su circulo de que no es la culpable de un asesinato ocurrido en extrañas e importunas circunstancias."

PUNTAJE: 8.6 de 10

¿DONDE SE PUEDE VER? EN NETFLIX

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