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Un misterio impredecible es la "mejor película del 2023"

Spoilers

La película de Citarella es como una epopeya fresca que se desarrolla a lo largo de más de cuatro horas y que está cuidadosamente dividida en dos segmentos de aproximadamente dos horas. Producida por el mismo cerebro detrás del colosal espectáculo de 13 horas y media de Mariano Llinás, La Flor, Trenque Lauquen –que lleva el nombre de una ciudad de la provincia de Buenos Aires– parece un haiku cinematográfico en comparación con su contraparte maratoniana. Sin embargo, no se equivoquen: es un rompecabezas extenso, un misterio sin hoja de ruta, una historia de perro peludo y serpenteante con toques de Borges y la posesión de AS Byatt. Citarella agrega toques de Lynch e incluso del divisivo noir Lo que esconde Silver Lake de David Robert Mitchell. A pesar de su encanto relajado, hay una cualidad esquiva que me impidió abrazarla por completo, tal vez debido a su salto entre cuentos extraños después del intermedio.

Trenque Lauquen continúa donde lo dejó la creación anterior de Citarella, Ostende (2011). Laura Paredes ocupa el lugar central como Laura, una botánica que también trabaja como locutora de radio periódica sobre la historia de las mujeres; aquí no hay podcasts sofisticados, solo buenas ondas de radio a la antigua. Laura desaparece misteriosamente de la ciudad titular, lo que lleva a dos hombres a embarcarse en una búsqueda para encontrarla. Uno es su tenso novio académico Rafa (interpretado por Rafael Spregelburd), y el otro es el estoico y con cara de póker Chicho (Ezequiel Pierri), quien colaboró con Laura en su enigmático proyecto.

Rafa, con razón, sospecha de un romance entre Laura y Chicho. El público es testigo de fragmentos de su aventura en una narrativa no tan lineal, añadiendo un giro dramático en tiempo presente. La misión de Rafa va más allá de localizar a Laura: está en una expedición para descubrir la verdad sobre su posible infidelidad.

Laura se topa con una carta de amor escondida en un libro de la biblioteca, lo que desencadena una sucesión de acontecimientos. Al descubrir más cartas se desentraña una relación clandestina entre una maestra local y un hombre casado, agravada por la desaparición de la mujer tras quedar embarazada. ¿Podría la fijación de Laura en este asunto haber desencadenado su propio desmoronamiento, hundiéndola en una madriguera conceptual en busca de la verdad sobre el alma de esta mujer y la suya propia?

El segundo acto de la película toma un giro sobrenatural con el descubrimiento de un peculiar ser salvaje (un niño o criatura salvaje) encontrado en el lago que da nombre a la ciudad. El inquietante encuentro de Laura con el misterioso médico que supervisa la situación añade una capa espectral, y Laura la llama "espectro". Embarazada, la doctora podría ser una reencarnación de la mujer de la historia de amor.

A pesar de su prolongada duración, la película deja ambas historias pendientes sin una resolución completamente gratificante. Sin embargo, mientras la cámara de Citarella sigue a Laura en su inexplicable estancia en la naturaleza, hay una cualidad fascinante en la amplitud de su lenguaje cinematográfico, la serena negativa a atar cuidadosamente los cabos sueltos. El estatus de culto parece destinado a esta enigmática creación cinematográfica.

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