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Nominada a Mejor Película Europea en los Premios Goya 2024 - Safe Place (2022)

¿Cómo se puede ayudar a alguien que no quiere ser ayudado?

¿Cómo encontrar ese lugar seguro cuando es negado en todos los que sí deberían de serlo?

Rebuscando en las profundidades de internet, una ya no sabe dónde encontrar de forma rápida cuál es la plataforma en la que ya está disponible -o estará- el último estreno de la temporada o la próxima película nominada a unos premios. Si hubiese una página de referencia, una pequeña enciclopedia online que pudiese decirme dónde están todas sin tener que rebuscar por cada plataforma, creo que se llevaría la palma de oro por excelencia. En una de mis búsquedas incesantes, yo me encontraba la semana pasada tratando de encontrar alguna de las películas nominadas a Mejor película europea en la próxima edición de los Premios Goya 2024. De entre todas ellas, -dejo el link directo a las nominadas para los que aún no hayáis podido ver cuáles son-, tuve la suerte de encontrar Safe Place (2022) en Filmin. Y no dudé ni un segundo en añadirla a la watch list para verla cuanto antes y traer unos cuantos comentarios por aquí. Así que sin más dilación, hoy os presento esta película, que ya es candidata al Óscar por Croacia y Mejor Película Internacional en AMFF 2023.

Hay veces, como en esta ocasión, en las que abandono mi fijación por las óperas primas y rebusco en lo que está a punto de ser premiado. Sin embargo, el día que me topé con Safe Place (2022), no sabía que se trataba también de una ópera prima, la de Juraj Lerotić, de la que es además de director, guionista y protagonista de este drama psicológico. Desde su producción en Locarno, como proyecto dentro del Cineasti, la película obtuvo tres premios que no hicieron más que vaticinar su futuro éxito: Mejor director emergente, Mejor ópera prima y Mejor actor para Goran Marković.

Antes de darle al play, leí la reseña-argumento que la propia plataforma nos ofrece. Y varias palabras resonaron en mi cabeza de forma continuada: salud mental, suicidio, hermanos, familia. Sobre todo la de salud mental. Siento que se han hecho muchas películas acerca de una problemática que afecta y repercute a la sociedad de manera indiscutible, pero también pienso que nunca serán suficientes. No por lo menos si la temática se trabaja como en esta película, de forma cuidada, sin pretensiones, fuera de cliques, planteando las preguntas y, sobre todo, buscando la respuesta en quien sufre, fuera de todo juicio.

Argumento

Así se construye Safe Place (2022), una obra sobre las consecuencias del intento de suicidio de un hijo en su hermano y su madre, en la familia en general. Nada sucede de la noche a la mañana, como no suele suceder en estos casos, no siempre. A través de un plano fijo muy amplio, demasiado para la acción que trancurre, Bruno (Juraj Lerotić) corre a casa de su hermano Damir (Goran Marković), alarmado por una no-llamada de teléfono y lo encuentra herido tras un intento de suicidio. A partir de aquí, la película acompaña a ambos, también a su madre (Snježana Sinovičić Šiškov), en todo un viaje, un recorrido por los principales puntos de atención de urgencias, médicos, psiquiatras, policía, comisaría, centros de ayuda, que Damir requiere en las horas inmediatas a este suceso. A pesar de que el enfermo es el motor del conflicto, el enfoque de la película está en la repercusión de la enfermedad en el núcleo familiar, en especial en el hermano. El estado emocional fragmentado de Bruno es el único que parece navegar hacia la salvación de su hermano. Pero sucede, como también sucede a veces en la vida real, que los procesos no funcionan como deberían, no como lo requieren algunos casos. Y es que se nos está olvidando que somos exactamente lo opuesto a eso, a casos, a procesos, se nos está olvidando que detrás de todo, éramos personas. Vidas que a veces no pueden esperar ni adecuarse a los tiempos marcados. Y debemos actuar, o de lo contrario, igual no llegaremos a tiempo.

El título

¿Cuál es entonces ese lugar seguro en toda esta historia? No lo es el centro médico, tampoco el hospital, ni siquiera la comisaría a la que Bruno y su madre acuden a denunciar la desaparición de su hermano. Parece como si los protagonistas de esta película tratasen de buscar, casi de perseguir, su propio lugar seguro, uno para la salvación y la curación. Para Damir, ni siquiera su familia parece un lugar seguro. Por mucho que Bruno trata de entender qué le sucede, cuáles son sus motivaciones para llegar a ese lugar, este es incapaz de hablar, de ser concreto, probablemente debido a su estado mental agitado, a una posible esquizofrenia, a la paranoia. Y sin embargo, hay una imagen persistente que se repite a lo largo de todo el film, la misma que funciona de portada para la película:

Una fotografía en la que Damir parece otro, en la que probablemente pueda identificarse con ese lugar seguro que ahora parecen no encontrar por ninguna parte. Hay dos pensamientos que me surgen aquí, que anoté mientras veía la película también. ¿Cómo encontrar ese lugar seguro cuando es negado en todos los que sí deberían ser lugares seguros? Cierta paradoja y metáfora de lo que se considera un lugar seguro aquí. Y, ¿podemos ayudar a alguien que no quiere ser ayudado? No estoy del todo de acuerdo con esta pensamiento sentencioso que focaliza cierta culpabilidad en el enfermo, tampoco se podría decir que acepta y agradece en su totalidad esa ayuda. Quizás depende de quién la vea, podremos tener variedad de opiniones por aquí.

Cartel alternativo que continúa la sensación de lo borroso

Plano técnico

Safe Place (2022) trabaja esta sensación de desconcierto, de pérdida, a nivel técnico también. Los acontecimientos son mirados a través de grandes planos generales, incluso aquellas acciones más pequeñas, y es a través del sonido cercano -que no se corresponde con la lejanía de la posición de la cámara- como el espectador puede intuir qué está sucediendo. Así es como se abre la película, y así es como vemos a Bruno correr de un lado a otro desesperadamente. Esta lejanía que la colocación de la cámara nos ofrece no evita que el público pueda sentirse parte del drama. Es más, nos coloca acertadamente en una posición de desconcierto, haciendo match con lo borroso y confuso de la situación. Una de las escenas más interesantes en este sentido es en la que, dejando la cámara fija, Bruno busca en un conjunto de edificios abandonados a su hermano. El espectador no llega a ver nada en específico, no ve la expresión del protagonista ni lo que este llega a ver dentro de los edificios y, sin embargo, el sonido es tan cercano como si Bruno estuviese a nuestro lado, como si la cámara lo siguiera en un plano corto.

Grandes planos generales y planos enteros

Cuando la película abandona los espacios abiertos para pasar a las salas de atención médica, los espacios cerrados en los que mantienen a Damir, la cercanía de la cámara -también mediante planos fijos- no hace que se pierda esa sensación de distorsión. A mis ojos, diría que incluso se acrecenta. A través de cristales en los que la imagen es borrosa y muros por los cuales no se llega a oír con claridad, las respuestas que la familia trata de buscar siguen siendo confusas.

Planos borroros, a través de ventanas, reflejos

- Tiempo

Es probablemente la brevedad del tiempo dramático lo que hace que esta historia cale tan profundo. Esto y el contraste con la variedad de espacios que los personajes habitan. Poco tiempo y muchos sitios, es una manera adecuada de definir esta historia. Tan fugaz y angustiosa en la lentitud de las respuestas. Las próximas horas al intento de suicido son claves en el desarrollo del tratamiento, de la ayuda, de la evolución. Y Bruno acompaña a su hermano Damir en cada fase de la atención médica que los sanitarios y la policía del caso consideran que procede. Corre mucho, Bruno es un personaje que corre en grandes planos generales, de un lado al otro, porque no hay tiempo para salvarlo. Algo que nadie en esta historia parece ver. Un sistema sanitario débil, insuficiente, pobre y desconsiderado son las medidas de auxilio con las que cuenta el personaje protagonista. Y la película lo refleja de forma directa, sin artificios y sin caer en el cliché, pero también sin juicio. Bruno no se enfrenta con denuncia a la escasa atención que ofrecen a su hermano, se enfrenta desde el desconcierto, el asombro, el enfado, y sobre todo la impotencia y el dolor. En este sentido, la película refleja perfectamente una situación de denuncia frente a la incompetencia de los procedimientos de ayuda en el sistema de atención de la salud mental: un agente de policía que no se toma en serio la gravedad de una desaparición en una situación de prevención de suicidio, la burla de un médico que no quiere aclarar a la familia qué medicamento receta a Damir, la lentitud en un proceso que obviamente es urgente, hasta el acontecimiento final con la última ventana. Es en este momento donde la gravedad de los asuntos llega a su punto más alto, y no por lo obvio, sino porque se refleja la falta de medidas cautelares en todo el procedimiento.

El tiempo avanza y cada vez parece menos incierto el futuro de su hermano. Más aún cuando la película alcanza su climax y este desaparece. ¿Huye? ¿Se pierde? Sin más respuestas que estas, Bruno y su madre comienzan a buscar a Damir, temiendo que algo terrible haya podido suceder. Y a partir de aquí, el tiempo avanza aún más deprisa. Los minutos empiezan a contar hacia atrás y el desenlace es inmediato.

- Espacio

A nivel espacial, sin embargo, sucede todo lo contrario. Jugamos a un juego que por oposición con el plano temporal, funciona de forma precisa y totalmente acertada, consiguiendo reflejar la locura y el desconcierto de una situación de vida o muerte en unas horas clave. Infinidad de espacios construyen la trama, la gran mayoría de ellos desconocidos, tanto para el espectador como para los protagonistas. Salas inertes, inhóspitas, despachos de médicos y policías. También rostros desconocidos, personas que aunque así debiera ser, no reman en la misma dirección del conflicto de los hermanos. Esta sensación de periplo que el espectador tiene a lo largo de toda la película se acrecenta aún más, consiguiendo su máxima, en el momento en el que comienzan su viaje de verdad. Damir exclama que no se siente agusto en Zagreb, ciudad que no es la suya, y la familia al completo parte en un viaje hacia su ciudad natal, Split, huyendo de las autoridades, después de que Damir se haya escapado del hospital psiquiátrico.

En este sentido, la prisa, la urgencia y la sensación de lo inmediato se alcanzan gracias al contraste entre la cantidad de sucesos que ocurren, movimiento de ciudad, espacios, salas, y la lentitud que todos estos espacios obligan a asumir, llevando a la película a un ritmo pausado sin llegar a ser contemplativo.

- Metacine

De un momento a otro, sin ningún tipo de previo aviso, el director introduce una secuencia metacinéfila que pone en entredicho todo lo que ha sucedido y va a suceder. Hace patente a través de la conversación de los hermanos que se trata de una película. Damir, en otro plano físico, ha fallecido, y habla con su hermano en otro tiempo y espacio. Pero la acción no cambia de lugar, ambos actores permanecen en la misma posición y en la misma sala, en una dimensión en la que vivos y muertos parecen poder comunicarse. ¿Cómo entiende el espectador este salto? Precisamente porque es la camisa de Damir lo único que cambia, pasando de la azul oscura que lleva a lo largo de toda la película a una blanca, limpia, sin rastro de todo lo anterior. En este plano metafísico parece que todo el posible, hasta sacarse un cigarrillo encendido del bolsillo, y hablar de la construcción de la película como un artefacto, mirando a cámara incluso. En esta forma de evidenciar la denuncia, de decirnos a todos nosotros que estamos ante un caso real, que esto sucede en el día a día, se hace un salto temporal hacia delante, y se evidencia en el momento en el que Damir pregunta por su madre y Bruno le dice que lo está llevando mucho mejor. Quizás el recurso que más me ha gustado de toda la película junto a la brillante colocación de la cámara.

Tendremos que esperar hasta el próximo 10 de febrero para saber cuál es el destino de Safe Place (2022) en la 38ª edición de los Premios Goya españoles. Mientras tanto, la película sigue disponible en Filmin para todos aquellos que aún no la hayáis podido disfrutar.

Nahia Sillero.

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