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Tres joyitas de la ciencia ficción argentina

El cine de género, fuera terror, fantasía o ciencia ficción, es algo que no suele estar muy asociado con el cine nacional en el imaginario popular. Sigue habiendo cierta creencia de que estos géneros se hallan mejor representados en el exterior y muchas veces se mira para afuera cuando dentro del territorio existe en realidad una filmografía de de enorme calidad. Y en el caso de la ciencia ficción hay obras argentinas que dejaron una marca gracias a su cualidad artística y a los profundos subtextos que transmiten. A continuación, tres de ellas.

Invasión (1969), de Hugo Santiago

Muchas veces el cine y la literatura se cruzan de manera orgánica. Sucedió con 2001: Odisea en el espacio, al ser escrita por el famoso autor de ciencia ficción, Arthur C. Clarke, en colaboración con Stanley Kubrick. Sucedió con Invasión, al tener un guión de Hugo Santiago en colaboración con nada más ni nada menos que los reconocidos escritores Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.

El mundo que se manifiesta en la película es uno que es y a la vez no es Argentina. Hay una ciudad con la misma geografía que Buenos Aires pero que no es Buenos Aires; es Aquilea.

Es una cinta influenciada por la Nouvelle Vague de la que su director, Hugo Santiago, tanto aprendió de cerca en su estadía en Europa. Su ritmo, su montaje, su atmósfera, emanan aquella forma de filmar que experimenta con la realidad.

Se podría decir que es una especie de mundo alternativo, en el que poco a poco el espectador se sumerge en una trama opaca. Hay ciertos ecos del cómic El eternauta en la cinta; una fuerza armada que busca apoderarse de la Ciudad y un grupo de gente que busca defenderla. El tango, la vestimenta y el aire porteño inundan una rareza de la filmografía argentina. Una obra de ciencia ficción de hace 50 años pero que tiene mucho para decir de la actualidad.

En 2022, Invasión obtuvo el segundo puesto en la "Encuesta de cine argentino", al ser votada como la segunda mejor película argentina de todos los tiempos.

La película suele proyectarse de vez en cuando en su versión remasterizada, pero actualmente se puede encontrar en YouTube.

Moebius (1996), de Gustavo Mosquera R.

Se cree normalmente que hace falta un gran presupuesto y equipo para llevar adelante una película de género. Moebius es la prueba de que con pasión y creatividad se puede lograr una obra de inmensa calidad.

Basado en el cuento “Un subterráneo llamado Moebius” (1950) de Armin Joseph Deutsch, Gustavo Mosquera R. —junto a un gran equipo de guionistas— toma su esencia y la traspola a una Buenos Aires extraña y futura. Un tren se pierde en los subterráneos de Buenos Aires y ante el total desconocimiento de las autoridades, se convoca a Daniel Pratt, un joven topólogo, para encontrar el vehículo perdido.

La obra podría ser etiquetada como un policial matemático, en la que cada pista y cada hipótesis lleva a la siguiente. La fotografía de Abel Peñalba y la música de Mariano Nuñez West acentúan una atmósfera particular, en la que el misterio está siempre vigente.

Es una película con múltiples capas y filmada con múltiples técnicas. En una encuesta de las 100 mejores películas del cine argentino llevada a cabo por el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken en el año 2000, la película alcanzó el puesto 29.

Recientemente fue remasterizada por Ariel Casos Vello y se puede encontrar en la plataforma de Somos Fan Cine.

Me encontrarás en lo profundo del abismo (2022), de Matías Rispau

Para muchos sería difícil pensar en una buena película post-apocalíptica nacional. De nuevo, el prejuicio de un cine que solo se puede hacer con un alto presupuesto. Sin embargo, Me encontrarás en lo profundo del abismo es una poderosa excepción.

Con tan solo 1500 dólares Matías Rispau llevó a la pantalla una obra de altísima calidad. Con guión en colaboración con Boris C. Q., e influido por obras tan icónicas como la siempre presente El eternauta, Stalker o el universo lovecraftiano, el horror cósmico se hizo presente en esta cinta.

La obra comienza con el personaje principal, Bannon, encerrado en su auto en medio de la lluvia. No tiene señal. No sabe bien qué pasó. Pero hay indicios de que el mundo cambió para siempre. Pronto se da cuenta de que hay enormes criaturas surcando por las calles de una Buenos Aires oscura y casi destruida, mientras la poca gente que queda lucha por sobrevivir, y tal vez por algo más.

Lo atmosférico se manifiesta en la cinta por una música synthwave envolvente, compuesta por Pablo Fuu, efectos prácticos hechos por Sandra Cavalli, Rodrigo Lapetini y Simon Ratziel, una fotografía exquisita de Juan Facundo Lopez y Matías Xavier Rispau y un manejo de cámara por parte de Rispau que hace al espectador meterse de lleno en la obra. Y eso sin contar el guión hecho en colaboración con Boris C. Q., el cual no solo es la punta del iceberg de un lore mucho mayor, sino que cuenta con varias capas de análisis.

La película se suele proyectar de vez en cuando en algunas salas especialmente seleccionadas o en festivales y pronto se estrenará en plataformas.

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