'No Voy a Pedirle a Nadie que Me Crea' reafirma la ENORME evolución del cine latinoamericano | Review

POR JERÓNIMO CASCO

24 de NOVIEMBRE del 2023, 16.53 PM | UTC-GMT -3

'No Voy a Pedirle a Nadie que Me Crea' reafirma la ENORME evolución del cine latinoamericano | Review

En el año 2019 un título mexicano asomaba tímido en el catálogo de Netflix para luego transformarse en una verdadera sensación: el debut del realizador Fernando Frías de la Parra con ‘Ya No Estoy Aquí’ nos traía una emocionante mirada de autor indiscutida que tocaba con crudeza y mucha belleza temas como la migración, la identidad y los valores culturales.

Cuatro años después, y nuevamente gracias al apoyo de la empresa estadounidense el director nos deleita con una cinta mucho más tragicómica pero que se siente suya de igual manera. Estamos ante la visión de un cineasta con claras intenciones de provocar y cuestionarnos nuestra realidad del día a día. Vivimos en tiempos inciertos donde todo y nada nos puede suceder a todo momento, y esta cinta refleja a la perfección como podemos pasar de vivir nuestro sueño a perdernos en nuestras pesadillas muy fácilmente.

En este segundo largometraje de Frías de la Parra nos encontramos con Juan Pablo, el protagonista de cinta que decide (casi)voluntariamente irse de su país tras ganarse una beca para estudiar en España. Este tópico -el de la migración- no sólo es uno de los ejes de la cinta sino que también uno de los más importantes en la era moderna en Latinoamerica: en el hemisferio sur del continente se viven momentos de suma tensión social y desestabilización económica, donde particularmente en México muchos civiles por necesidad u otras razones cruzan la frontera sin saber que les va a deparar el destino.

Juan Pablo es un escritor que vive en Ciudad de México, y que gana una beca para hacer una "Maestría sobre los límites del humor en la literatura latinoamericana en el siglo XX", algo que se relaciona directamente con lo que plantea la película: ¿De qué debemos reírnos y de qué no? ¿Donde se traza la línea de lo moral e inmoral?

Tras un malentendido con su primo Lorenzo, Juan Pablo se ve envuelto en una conspiración política/criminalística que le impide avanzar en su proyecto de tesis. Pero, ¿y si este altercado en realidad se convirtiese en su verdadera fuente de inspiración?

El director Fernando Frías de la Parra nos sumerge y hace navegar por medio de una narración que se habla a si misma. En un momento de bloqueo intelectual Juan Pablo se habla a él mismo y escribe:

"Si hasta ahora no había podido escribir una novela era porque nunca me había pasado nada que valiera la pena contar."

Entonces me pregunto: ¿De que lugar de la mente sacamos los escritores lo que escribimos?¿Qué es lo que desata nuestra imaginación? Es interesante cómo esta rueda de inspiraciones forma a la película como obra. ‘No Voy a Pedirle a Nadie que me Crea’ está basada en la novela de Juan Pablo Villalobos, que a su vez crea un personaje llamado como él y que, a pesar de las diferencias, se conecta con su propia experiencia de migrar a Barcelona en el año 2003, cuando tenía 30 años.

Así como sucedía en Ya No Estoy Aquí (2019), Frías de la Parra nos pone en los pies de un introvertido protagonista que no tiene intenciones de entender cómo funciona el mundo sino que vive en él a su manera, sin mucho análisis. Férreo a sus convicciones pero poco “vivo” como diríamos en Argentina (haciendo alusión a ese toque de picardía), Juan Pablo no se hace muchas preguntas sino que sigue la corriente de lo que tenga que suceder ya que ese es el motor que le impulsa seguir escribiendo y así poder tener su propia historia para contar, esa que andaba buscando desde hace un tiempo.

Con él se encuentra su novia Valentina, que viaja a Barcelona por indicaciones de "Chuky", un mafioso que le da instrucciones a Juan Pablo dejándolo en aprietos constantemente. La realidad y la ficción se entremezclan en la vida del joven escritor a medida que todo tipo de situaciones rocambolescas y tragicómicas van sucediendo, dándonos una importante lección a los espectadores que estamos del otro lado: la literatura, pero sobre todo el arte, es una herramienta vital para nuestras vidas.

A su vez es destacable el grado de onirismo y rareza que existe desde la puesta en escena, algo que resulta ser sumamente original ya que la producción en si no es muy ambiciosa. Es como si los pensamientos de Juan Pablo estuvieran plasmados en pantalla tal cual se desarrollan en su cabeza: si él está pensando algo esa construcción gráficamente se ve tal cual en la imagen. Una decisión arriesgada del director pero que refuerza la idea del autor por encima de la obra.

La película cuenta con un extraño sentido del humor. Lo crea desde los diálogos (que por lo general marcan diferencias culturales dependiendo la nacionalidad de los personajes involucrados, como lo es por ejemplo el personaje interpretado por el actor argentino Juan Minujín) y desde esa idea de la tragedia como hecho casual y a su vez causal del cual no se puede tener ningún control.

Lo impredecible es un término del cual la película también bebe mucho, haciéndonos viajar por distintas situaciones que en primera instancia parecen inverosímiles pero que si se piensan por un segundo, pueden llegar a ser verdad. Pero a quien le voy a mentir, tienen que ver la película, no voy a pedirle a nadie que me crea.

DISPONIBLE EN NETFLIX

CONCLUSIÓN:

“Fernando Frías de la Parra se reafirma como uno de los realizadores latinoamericanos más interesantes de este último tiempo con su segunda obra ‘No Voy a Pedirle a Nadie que me Crea’: una especie de ejercicio narrativo que se habla a si mismo y que nos demuestra que a veces la imaginación tiene su origen en los lugares más comunes."

PUNTAJE: 8.3 de 10

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