Los Tonos Mayores: la magia de la preadolescencia en el Festival de Cine de Mar del Plata

La ópera prima de Ingrid Pokropek nos lleva a una aventura única en la ciudad de Buenos Aires.

En el séptimo día del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata nos sentamos a ver “Los Tonos Mayores” de Ingrid Pokropek a sala llena. Antes de que comience la película se proyectó el spot del INCAA “No es solo cine, es Cine Argentino” y sólo con eso ya teníamos la piel de gallina. A eso vinimos, a ver cine nuestro, y la ópera prima de Ingrid entra con fuerza a la impecable filmografía de nuestro país.

La historia sigue a Ana, una chica de 14 años que de pronto empieza a recibir pulsos de una prótesis metálica que tiene en el brazo izquierdo. La curiosidad por descifrar esas palpitaciones la lleva a emprender una aventura fantástica en la ciudad de Buenos Aires. La primera persona con la que comparte su mágico secreto es su mejor amiga, y juntas traducen los mensajes a una partitura musical. Pero pronto descubre, gracias a un encuentro fortuito con un joven en un restaurante, que podría tratarse del código morse.

El enigma encuentra a Ana en una etapa de pleno crecimiento, cuando sus amigas empiezan a salir con chicos y la relación con su padre, la única familia que tiene, se llena de silencios. Ana queda sola con una curiosidad que la transforma. Recibe mensajes, los traduce y recorre la ciudad en busca de una respuesta que a veces parece acercarse a lo totalmente fantástico pero al final del día se condensa en lo que Ana necesita ver para dar su paso a la madurez.

En un coming-of-age con tintes fantásticos, la película consigue capturar lo que es tener 14 años en Buenos Aires, viviendo en el conurbano y viajando en líneas de colectivo desconocidas a la gran ciudad, en busca de algo nuevo. Es una película de una sensibilidad impresionante y las actrices logran llevar a la pantalla con autenticidad y sencillez la etapa tan compleja que es la preadolescencia. Es ese momento en el que conocen chicos nuevos, juegan al oráculo con un collar que sostienen como un péndulo sobre sus manos, prueban porro por primera vez y se manejan por la ciudad con una libertad que sólo les da la inocencia de esa edad. Es realmente conmovedor poder ver nuestras propias historias en el cine: ésta es mi ciudad, ésta también es mi historia.

La fotografía, de la mano de la talentosa Ana Roy, tiñe a la película de ternura y magia. Armar una geografía de la ciudad de Buenos Aires no es tarea fácil, y la película logra crear una ciudad que ampara la travesía de nuestros personajes. No es una ciudad hostil, es todo lo contrario, un parque de juegos lleno de símbolos posibles donde Ana corre, camina y descansa en bares, haciendo que las luces se reflejen en su cara contemplativa e inquieta.

Esta imperdible película forma parte de la Competencia Argentina de la edición 38 del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Cuenta con las actuaciones de Sofía Clausen, Pablo Seijo, Lina Ziccarello, Santiago Ferreira, Walter Jakob, Mercedes Halfon, que infunden a la película una sinceridad única. Sin lugar a dudas la directora Ingrid Pokropek es una gran promesa para el cine argentino y en esta oportunidad nos ha entregado una obra tan conmovedora como divertida.