'Killers of The Flower Moon' es El Último Capricho de un Scorsese que Sale Bien Parado | Review

POR JERÓNIMO CASCO

19 DE OCTUBRE, 21.35 PM | UTC-GMT -3

‘Killers of The Flower Moon’ es El Último Capricho de un Scorsese que Sale Bien Parado | Review

Pocos directores como Martin Scorsese influyen en el cine moderno. Su nombre es sinónimo de experiencia cinematográfica asegurada así como lo siguen siendo a día de hoy realizadores como Steven Spielberg, Christopher Nolan o Quentin Tarantino, por mencionar algunos de los más icónicos e importantes.

Haciendo cine desde hace más de 50 años, se podría decir que es uno de los que mejor ha evolucionado y mejor se ha colado en la industria del cine moderno con su toque personal, uno que nunca perdió su esencia. Pasó por el cine de gansgters, los dramas de época, dramas religiosos, comedias despampanantes y oscuras, dramas deportivos, thrillers psicológicos, biopics… probablemente una de las pocas asignaturas pendientes para "Marty" era hacer un western.

‘Killers of The Flower Moon' es un proyecto (así como Silencio (2016), El Irlandés (2019) y varias de su filmografía) que el director italoamericano tenía en mente desde hace un tiempo. Un proyecto que volvió a reunir al director con Leonardo DiCaprio tras 10 años (siendo El Lobo de Wall Street la última colaboración) y también repitiendo con su amigo de toda la vida, Robert De Niro, en un papel clave para esta nueva película.

La trama se centra en la historia real de los asesinatos de varias personas pertenecientes a la comunidad Osage (lo que hoy sería Oklahoma) a manos de codiciosos lugartenientes en conjunto con algunos forasteros durante la década de 1920. Una tragedia que tuvo lugar debido al descubrimiento de petróleo a finales del siglo XX por parte de los Osage, convirtiéndolos en las personas con el mejor ingreso per cápita del planeta para la época.

Esto atrajo conflictos de toda índole: sociales, económicos y políticos. En este caso la película se enfoca en el oscuro y también desorganizado plan delictivo y criminalístico que tuvieron aquellas personas para “deshacerse” de los Osage, y así poder cobrar el dinero que volaba por los techos.

El cine de Scorsese siempre se caracterizó por retratar con la mayor fidelidad posible los sucesos tal como sucedieron, preponderando como base el respeto hacia las comunidades más ferozmente atacadas siempre y cuando se trate de una obra basada en hechos reales. En este caso se nota el cariño y admiración del realizador hacia los Osage no sólo por el hecho de que retrata con un sentido de humanidad inmenso a la comunidad, sino también que muestra sin máscaras ni filtros lo sucedido, sin suavizarlo.

DiCaprio interpreta a Ernest Burkhart, una mezcla de torpe, inocente y también codicioso joven que tras volver de la guerra se encuentra ante la realidad de que los Osage ya eran una poderosa fuerza en todos los aspectos. Quien lo recibe es su tío William K. Hale (interpretado por Robert De Niro), un hombre de negocios que sobre la superficie se muestra como un querido colega de los Osage pero que sutilmente esconde oscuras intenciones.

“¿Podes ver los lobos en esta imagen?”, narra con voz en off el personaje de DiCaprio mientras lee un libro sobre la historia de los Osage para tratar de conocerlos mejor y adentrarse en su rica cultura. Una frase que en parte resume lo que Scorsese quiere decirnos con este relato: los lobos tratan de camuflarse como corderos entre los corderos, sólo para atacar de espaldas cuando menos se lo esperan.

Como si fuera algo banal y rutinario para los “blancos” de esta historia, cada uno parece tener su papel bastante claro. Casarse con las mujeres Osage para tener la herencia asegurada o los headrights (una concesión legal de las tierras) forma parte de un extraño ritual, por llamarlo de una manera. En este contexto Billy Hale (De Niro) empuja a Burkhart (DiCaprio) a hacerse amigo de la idea de que para progresar debe estar con una mujer, entrando en contacto inmediato con el personaje de Mollie Kyle (Lily Gladstone), una astuta e inteligente mujer de la comunidad Osage.

En este western el director nos cuenta una historia sobre la amistad, el amor, la lealtad, la traición y el sentido de pertenencia que se alinea en consonancia con su última épica de gangsters estrenada hace apenas 4 años, El Irlandés. De hecho, las similitudes son enormes: personajes que son corrompidos por lo que les dicen que tienen que hacer, traiciones imperdonables, violencia rápida y sin concesiones, y la duración de esta obra, entre otros factores que nuevamente se repiten en su filmografía.

Quizás es la forma en la que el director nos dice “mi tiempo se está acabando, estoy dejando todo lo mejor de mí para que se tenga en cuenta mi legado”, y justamente en ese afán de querer abarcarlo todo (y digamos que merecido lo tiene), Marty se engaña a si mismo. La excesiva duración de Killers of The Flower Moon es un capricho. Un capricho que no sirve como excusa para contar una historia que tranquilamente podría haber sido narrada en 2 horas y media o 2 horas, y no en ¡3 HORAS Y 26 MINUTOS!.

A diferencia de El Irlandés, donde posiblemente todo lo que sucede en pantalla está justificado de alguna manera, en este thriller | western ciertas acciones se repiten hasta el hartazgo. Querido Scorsese, ya entendimos quiénes son los buenos y los malos, no hace falta plantear esa duda que no existe alrededor de distintos diálogos solo para demostrar que sos un genio, porque eso ya lo sabemos.

CONCLUSIÓN:

“Martin Scorsese nos muestra y retrata ese cine que parece no ser posible en la actualidad: ese que no se encuentra atado a franquicias, a sagas ni a ningún otro universo de estos a lo que nos acostumbramos. Nos sumerge en un universo tan real que parece estar distante del que vivimos, sin embargo, sirve como un recordatorio de que el cine está hecho para contar las historias que verdaderamente queremos contar y no las que nos obligan a hacerlo. Eso si, la duración es excesivamente larga sin justificación alguna más que el capricho de un director que, obviamente a esta altura de su vida y su carrera, hace lo que le dé la gana.”

PUNTAJE: 8.3 de 10

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