Los espíritus de la isla: una tragedia solitaria conectada con la crisis y la historia nacional

Hay pocos tipos de películas en el mundo. Algunas tienen guiones claros y directos, que se comprenden enseguida, pero que no dejan un impacto duradero. Otras, por el contrario, pueden parecer oscuras y desafiantes, pero a través de la contemplación, finalmente logramos comprender el mensaje del creador. Las más notables, sin embargo, logran ser accesibles en la superficie y ofrecen una experiencia que evoluciona con el tiempo. "Los espíritus de la isla" entra en esta categoría: una película que profundiza y deja espacio para la interpretación individual y convierte a una alegoría histórica compleja y pesada en una comedia negra.

¿Virtusosimo o genialidad? Una crisis de existencia

Ambientada en 1923, "Los espíritus de la isla" tiene lugar en una isla ficticia frente a la costa occidental de Irlanda. El escenario ligeramente místico suma a la atmósfera de la historia. Hasta donde alcanza la vista, la isla está cubierta de formaciones rocosas de color negro grisáceo, y las escasas zonas de hierba verde parecen no tener vida. Las olas que rompen contra la costa rocosa, incluso a través de la pantalla, muestran la dureza de la isla. Aquí el tiempo parece haberse detenido y el espacio es limitado, la gente va de la casa al pub, o del pub a la playa. La isla puede es muy bella y puede mostrar a muchos vecinos simpáticos, algo que podría ser una escapada relajante para los turistas, pero para los residentes de toda la vida, es una prisión de monotonía abrumadora.

Tampoco son interesantes los personajes principales, Pádraic y su hermana Siobhán. Comparado con la astuta Siobhán, Pádraic es un hombre de mediana edad sin rumbo, sin ambiciones ni deseos, que pasa sus días en el pub charlando con su viejo amigo, Colm. Los días pasan en este ciclo repetitivo y el futuro de Pádraic parece predecible hasta que Colm pone fin a su amistad de manera unilateral.

En un día como cualquier otro, Pádraic va al pub como de costumbre, sólo para descubrir que Colm ya no le habla, y los motivos de este distanciamiento son algo imprecisos. Colm quiere centrarse en la música y se da cuenta de que su amistad con Pádraic le ha hecho perder el tiempo sin darse cuenta: poco a poco y sin darse cuenta se ha convertido en una persona que no hace nada. Los motivos son hirientes y Pádraic, confundido, no puede aceptarlos. ¿Cómo podía un amigo que hablaba de todo convertirse en un extraño de la noche a la mañana? Entonces, continúa acercándose a Colm, intentando salvar su relación. Sin embargo, la decisión de Colm de poner fin a su amistad no se debe únicamente a Pádraic; se trata más de la insatisfacción que tiene consigo mismo. Quiere dejar una huella duradera, que sea recordada después de su muerte y por eso intenta hacer un cambio en su mediocre vida. Se plantea si debe ser una buena persona o una persona exitosa, contentarse con el presente o desear un lugar en la historia. Colm claramente elige lo último, dispuesto a sacrificarlo todo en lugar de hacer concesiones. Colm le dice a Pádraic que cada vez que se acerque a él, se cortará uno de sus propios dedos y, de hecho, lo cumple.

El desarrollo de los personajes en la película es intrigante. Colm y Pádraic representan dos crisis existenciales contrastantes. Cuando Pádraic le pregunta a Colm por qué no quiere hablar con él, Colm responde: "Porque eres demasiado aburrido". La intolerancia de Colm hacia Pádraic no tiene que ver con lo que hizo Pádraic sino más bien con la propia ansiedad existencial de Colm, que busca el significado de su existencia. Pero Pádraic no entiende esto, y su crisis existencial se convierte en el deseo desesperado de recuperar esta amistad, una persistencia que comienza siendo una confusión y que luego se convierte en ira. Lo que no sabe es que la crisis existencial de Colm está evolucionando poco a poco hacia una forma de nihilismo. La tragedia emocional de estos amigos cercanos, sin nadie a quien culpar, se desarrolla. Sucede y cambia todo irreversiblemente.

La rivalidad entre hermanos, una metáfora política de la Guerra Civil Irlandesa

A lo largo de la película, los isleños pueden escuchar con frecuencia los sonidos distantes de la guerra, y las historias de hermanos que se destruyen entre sí les resultan familiares. Esto oculta una metáfora de la Guerra Civil Irlandesa. La línea de tiempo de la película refleja la Guerra Civil Irlandesa, que duró desde junio de 1922 hasta mayo de 1923, casi un año, y es también el marco temporal en el que se desarrolla la película. Aunque es un acontecimiento centenario, la Guerra Civil Irlandesa todavía tiene implicaciones importantes para la política contemporánea. El conflicto, que ocurrió después de la Guerra de Independencia de Irlanda, surgió de divisiones dentro de Irlanda sobre la relación de la nación con Gran Bretaña. Una facción buscaba la independencia total de Irlanda (separación total de Gran Bretaña), mientras que la otra aceptaba a Irlanda como un estado libre dentro de la Commonwealth británica. La falta de consenso entre ambos bandos llevó a que antiguos aliados que habían luchado juntos contra los británicos se convirtieran de la noche a la mañana en enemigos acérrimos. Los hermanos se volvieron enemigos.

Con este contexto en mente, entender la trama de la película parece sencillo: el conflicto entre Colm y Pádraic refleja la división entre el Ejército Nacional y las fuerzas republicanas en la lucha de Irlanda por la nacionalidad. Si bien el recuerdo de la lucha conjunta contra los británicos aún estaba fresco, la Irlanda independiente inmediatamente se hundió en un conflicto más brutal. Estos dos individuos, que alguna vez fueron hermanos, tienen visiones diferentes de su nación, particularmente en lo que respecta a la "independencia". Uno quiere un desapego total de cualquier conexión con Gran Bretaña, mientras que el otro se contenta con la independencia sin más definiciones. Los orígenes de la guerra son insignificantes; simplemente surge de diferentes posturas políticas, y nadie podría haber previsto hasta qué punto estaría fuera de control la situación. En menos de un año, la guerra se cobró miles de vidas, superando incluso las bajas de la Guerra de Independencia de Irlanda.

Estar atrapado en una isla no es la única opción, y la protagonista femenina, que deja todo atrás, es uno de los pocos personajes femeninos en esta película dominada por hombres. Sin embargo, también es el personaje más inteligente y progresista. Escapar de la violencia sin sentido y de los hombres tediosos puede simbolizar a los irlandeses que huyeron de su patria durante la guerra. Pero sabemos que el odio, como una herida sin cerrar, persistió y provocó más derramamiento de sangre durante los disturbios en Irlanda del Norte entre los años 1960 y 1990, dividiendo a la sociedad irlandesa durante generaciones.

Los intrincados hilos de la historia están elegantemente entretejidos en "La isla de los espíritus" y logran crear una experiencia cinematográfica única: una comedia absurda en la superficie que oculta una tragedia profunda. Lo que parece la ruptura de la amistad es en realidad el colapso de toda una sociedad.

Venganza y destrucción, del director británico Martin McDonagh

"La isla de los espíritus" es el último trabajo del director británico Martin McDonagh, tras su película de 2017 "3 anuncios por un crímen". Sus guiones siempre han sido intrigantes. Con su propia herencia irlandesa, ahora crea una obra que confronta directamente los entornos culturales con los que está familiarizado, lo que resulta en una poderosa química. Los personajes de las obras de Martin McDonagh suelen tener rasgos narcisistas, a veces carentes de empatía, y esta película conserva su estilo característico de comedia negra, que recuerda a "Escondidos en brujas". Sin embargo, "La isla de los espíritus" es algo diferente ya que se centra en cómo una persona y una relación decente se pueden desmoronar y destruir, hasta el final de la película, que regresa a los elementos recurrentes en la obra de McDonagh: la venganza y la destrucción.

Esta es una película pensada para el cine porque la gran pantalla realza la belleza escénica y complementa la música. Un elenco excepcional, que incluye a Brendan Gleeson, Colin Farrell, Kerry Condon y Barry Keoghan, ofrece actuaciones excepcionales. Junto con el inteligente guión de McDonagh, que explora las nociones de nación y amistad, la película finalmente profundiza en el concepto de "soledad".

La propia Gran Bretaña es una isla aislada, e Irlanda está aislada de Gran Bretaña. Inisherin está aún más aislada del resto de Irlanda. La soledad moderna no proviene necesariamente del aislamiento físico, del mismo modo que los residentes de la isla que viven muy cerca de sus vecinos pero pueden sentirse aislados y desapegados. El odio se convierte en un arma para quienes enfrentan la soledad. El odio es una expresión alternativa del amor, por lo que las dependencias entrelazadas se convierten en daño mutuo. La violencia y el derramamiento de sangre se convierten en un destino cíclico, muy parecido al triste peaje de la "banshee" (palabra que en irlandés se usa para describir a los espíritus femeninos o almas en pena), que simboliza la muerte. En esta isla desolada, la gente solitaria tiende a aferrarse a sus obsesiones. "Los espíritus de la isla" (o The Banshees of Inisherin en su inglés original) es una película sobre la perseverancia: la obsesión conduce a la tragedia, y la tragedia es una pregunta sin respuesta.