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Elementos: Explorando el primer amor

Spoilers

"Elementos" ha tenido una tendencia más que inusual en taquilla. Durante el fin de semana de estreno en Norteamérica, recaudó menos de 30 millones de dólares, lo que supuso el peor resultado para una película de Pixar en 28 años, desde que lanzaron la ícónica "Toy Story". Sin embargo, hasta el 13 de septiembre de 2023, ha recaudado 154 millones de dólares en Norteamérica y 484 millones en todo el mundo, oficialmente obteniendo un gran rédito.

Por un lado, la proporción de producciones recientes de Pixar de alta calidad ha ido disminuyendo con velocidad, lo que puede explicar el débil rendimiento inicial en taquilla de "Elementos". No obstante, los fans de Pixar pueden seguir disfrutando de esta película. A pesar de su presentación visual excepcionalmente bien elaborada, ofrece novedad, humor, emociones conmovedoras y esperanza genuina. Es una película de animación por encima de la media, pero si se compara con el catálogo general de Pixar, no llega a ser digna de mención.

En los comienzos, todo podía inspirar una película de Pixar, lo que era realmente emocionante. Los juguetes y los autos podían tomar “forma humana” por completo, incluso llegaron al punto de que las emociones derivaban en personalidades distintas, lo que supuso otro asombroso salto en la creatividad de Pixar. Sin embargo, la humanización de los cuatro elementos en esta película no alcanza el mismo nivel de asombro.

"Elementos” tampoco alcanza el mismo nivel de simplicidad dentro de una narrativa sofisticada que "Intensa Mente", al no conseguir sublimar emociones profundamente arraigadas en la memoria de las personas en una narración de alto nivel. En última instancia, esto deja la sensación de desperdiciar el potencial de su tema.

En comparación con "Zootopia" de Disney, que seguía un paradigma compartido, "Elementos" parece más áspera. Aunque ambas películas tratan el tema de la coexistencia de diferentes especies, "Zootopia" presenta un complejo retrato de casi todo el ecosistema. Ésta intrincada planificación y diseño contribuyeron a crear un paisaje de convivencia asombroso, fresco y amplio, lleno de detalles ingeniosos. En cambio, "Elementos" simplifica la diversidad en sólo cuatro categorías: viento, fuego, agua y tierra. Además, no explora adecuadamente las diferencias dentro de una misma categoría, y la diferenciación en regiones geográficas no está suficientemente elaborada, lo que provoca una sensación de monotonía en comparación con "Zootopia".

La película también explora la creatividad principalmente a través de los superpoderes del héroe y la heroína, basados en los elementos del agua y el fuego. Aunque es impresionante a nivel artístico, en especial la presentación del poder de Ember, las historias sobre superpoderes y magia ya se han contado a la perfección en películas como "Los Increíbles" y "Frozen" de Disney.

En esta película también falta el elemento de aventura... No hay villanos ni conspiraciones; en su lugar, engaña al público haciéndole creer que una filtración en una represa podría conducir a un acontecimiento importante, lo que no puede considerarse una narración innovadora. A pesar de su limitado alcance, esta elección narrativa etiqueta objetivamente al padre de Ember, Bernie Lumen, como el "antagonista". De hecho, toca temas no materialistas como las costumbres culturales y la autoridad patriarcal, pero no profundiza en ellos, lo que puede entrar en conflicto con el retrato que la película pretende hacer de un padre cariñoso, creando incluso una ambivalencia del núcleo espiritual.

Dadas las numerosas posibilidades, "Elementos" centra su trama principal en una historia de amor tradicional, en la que dos amantes se enfrentan a la desaprobación y los obstáculos familiares. Es curioso que esta sea la primera vez que Pixar, a pesar de su larga trayectoria, hace que el “amor” sea el tema central de la película… la primera vez en 27 entregas. La historia de amor entre Ember y Wade puede seguir un patrón familiar, pero sigue siendo atractiva, especialmente cuando se sumergen en el agua para observar la flor y rompen la incompatibilidad estereotipada entre el fuego y el agua, al tomarse de la mano en una escena muy romántica y encantadora.

Sin embargo, la trama, demasiado formulista, puede hacer que el desarrollo sea predecible, lo que lleva a dudar de la necesidad y racionalidad de ciertos acontecimientos. Por ejemplo, cuando Wade intenta recordarle a Ember que siga a su corazón, de una forma menos sutil, y ella reacciona con dureza y le cierra las puertas, se entorpece un poco el “potencial” de su amor, que queda un poco desconectado de la suave progresión posterior de su amor.

Una cuestión más importante es qué pretende criticar o abordar esta historia de amor. Parece tocar temas relacionados con el género y la clase social: Ember aspira a enfrentarse a sus ambiciones, seguir sus talentos artísticos y proseguir su educación fuera de casa, en lugar de heredar el negocio de su familia. Sin embargo, su padre, que tiene la autoridad absoluta dentro de la familia y está limitado por su perspectiva de clase, se opone vehementemente a sus aspiraciones. Su talento artístico requiere el reconocimiento y el estímulo de una representante de la clase media local: la madre de Wade. Basta una mirada, una llamada telefónica de ella para que lo consiga.

Este contraste pone de relieve la naturaleza ciega y egocéntrica de la preocupación de Bernie Lumen por Ember en nombre del amor, teñida de un sentido de autosatisfacción y tradición. Pero con un tono narrativo positivo y suave, estas cuestiones no destacan, sino que se convierten en interpretaciones simbólicas.

En este contexto, Bernie Lumen se convierte en un "antagonista". Al principio aparece como la típica figura paterna, amable y cariñosa, que saca adelante a la familia, incluso superando el estereotipo del padre estricto al expresar abiertamente su amor. En general, se vio muy positiva al principio de la película. Sin embargo, su decepción con Ember y su trato sesgado hacia el elemento agua, sin razón aparente, parecen forzados.

Esto hace que el público reflexione sobre su propia educación. La inmensa esperanza y el amor que invierten los padres, el miedo a decepcionarlos, la costumbre de sacrificarse para cumplir sus expectativas... todos estos elementos resultan aterradoramente familiares para la mayoría de los que crecimos en un hogar estricto.

En esta situación, Ember, o nosotros, necesitamos contrarrestar al "antagonista" o, más drásticamente, participar en un parricidio simbólico para liberarnos de las limitaciones y la opresión del patriarcado.

La sutileza de un cuento de hadas reside en cómo permite que estas figuras parentales se transformen rápidamente en un momento crítico, logrando un renacimiento perfecto de su imagen. ¿Qué constituye un momento crítico? Es un acontecimiento que sacude los cimientos de las propias creencias y puede conducir a una tragedia mayor. Por ejemplo, en esta película ocurre cuando creemos que la hija puede morir, y que Wade ha "muerto".

No es un tema muy innovador, pero conecta con la lógica narrativa de las historias de padres estrictos a lo largo de los años. Especialmente aquellas de un entorno asiático y se presentan desde una perspectiva occidental, describiendo las relaciones asiáticas en el marco del ámbito occidental, la autoidentidad de los inmigrantes asiáticos y la mezcla de diferentes culturas.

Desde Pixar, Disney hasta todo Hollywood, las historias asiáticas de los últimos años han trabajado dentro de este paradigma. "Elementos" se inspira en las experiencias reales del director, Peter Sohn, cuando él y sus padres emigraron de Corea del Sur a Estados Unidos, se enfrentaron a las barreras del idioma y se instalaron en el Bronx, un barrio de Nueva York con una alta tasa de delincuencia. Incluso abrieron una tienda llamada "Sohn's Grocery".

En cuanto a las películas de animación como "Mulán", "Raya y el último dragón" y "Red”, siguen un paradigma familiar similar a éste. Además, "The Farewell", "Todo en todas partes al mismo tiempo" y "Ni de aquí, ni de China" tienen retratos similares. Aunque la reconciliación entre generaciones es conmovedora, tras la narración colectiva, puede provocar una sensación de desorientación al enfrentarse a la realidad.

Si analizamos las historias de Disney y Pixar podremos ver que en materia de “etnicidad” se han expandido geográficamente a lo largo de los años. Sin embargo, cuando se trata de la familia, como en "Coco", "Unidos" e incluso la primera "La Sirenita", siguen compartiendo la misma estructura narrativa: los protagonistas pasan de obedecer a la generación mayor a recibir su aprobación. En este proceso, la singularidad de la cultura asiática puede diluirse fácilmente.

En los últimos años, Disney se ha desprendido de las historias de amor tradicionales para recuperar frescura. Por lo tanto, no sorprende que el equipo detrás de "Elementos", que anteriormente elaboró las aclamadas animaciones "Coco" y "Soul", que ahondaban en la exploración del alma y los temas de la vida y la muerte, haya vuelto a esa perspectiva más convencional.

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