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Oppenheimer: la Carrera de Christopher Nolan

Spoilers

Desde su estreno en Estados Unidos el 21 de julio, Oppenheimer ha recaudado más de novecientos millones de dólares, superando a Bohemian Rhapsody (2018) y tallando su nombre como la película biográfica más taquillera de la historia.

El director, Christopher Nolan, no incluyó a superestrellas de Hollywood especialmente destacadas como parte del reparto principal de la película. Cillian Murphy y Emily Blunt, aunque dotados de grandes dotes interpretativas, no poseen el atractivo en taquilla de las grandes estrellas. Matt Damon y Robert Downey Jr., quienes sí pueden ser consideradas grandes estrellas, se limitan a asumir papeles secundarios con poco tiempo en pantalla, aunque este último podría llegar a recibir una nominación al Oscar al Mejor Actor de Reparto el año que viene, debido a su sobresaliente interpretación en la película.

Sin embargo, la relativa falta de celebridades de renombre en el reparto de la película no impidió su éxito en taquilla, ya que consiguió una recaudación mundial de 910 millones de dólares, superando a otras películas muy entretenidas de Nolan como El origen (830 millones de dólares) e Interstelar (530 millones de dólares). Él es uno de los pocos directores de cine capaces de avalar con su nombre una película comercial y llevarla al éxito de taquilla; sólo Steven Spielberg y James Cameron pueden compararse con él en este sentido.

Si hacemos un repaso por su carrera, podríamos preguntarnos… ¿qué determinó exactamente los rasgos estilísticos de Oppenheimer, y cómo se convirtió Nolan, en el transcurso de dos décadas, en uno de los directores más importantes de Hollywood?

La característica visual más destacada de "Oppenheimer" es su singular estructura temporal: que está ligada al proceso de dos audiencias interrogatorias, por lo que no organiza la narración según el orden temporal de los acontecimientos. En su lugar, las escenas de los interrogatorios proporcionan los puntos de atención de la película, yendo y viniendo entre varios periodos clave de la vida de Oppenheimer. Su intención no reside en una crónica biográfica exhaustiva, sino en emociones. Aquí se entrelazan los rasgos de la personalidad de Oppenheimer y la evolución de sus pensamientos políticos, la guerra y el destino humano.

Desde su ópera prima, Following, Nolan ha destacado en el uso de cortes cruzados y líneas temporales paralelas, implantando una estructura temporal en otra, en una compleja construcción narrativa. En Memento, Inception, Dunkerque y Tenet, estas técnicas expresivas casi han trascendido las formas cinematográficas, transformándose en los temas inherentes de sus películas. Para presentar las conexiones entre imágenes en un tiempo no lineal, se ha desarrollado y perfeccionado un enfoque de montaje especial a través del "experimento temporal" de Nolan, que es lo que vemos en la película. Los acontecimientos no se completan en la misma escena, sino que abarcan rápidamente distintos espacios temporales y personajes, complementándose en diferentes narraciones y acciones, sustituyendo la coherencia de una única narración lineal por la narración de acontecimientos desde múltiples ángulos. Pocos directores utilizan un método de montaje tan experimental en superproducciones comerciales de gran inversión, y se ha convertido en el estilo personal icónico de Nolan, y distingue a Oppenheimer en su forma.

Conforme la coherencia de la narrativa se va volviendo más compleja, el factor clave que vincula los distintos acontecimientos ya no es sólo la causalidad lógica del suceso, el desarrollo, el clímax y el final, sino una "emoción" al estilo de Nolan. En Memento, el protagonista, debido a la pérdida de memoria a corto plazo, no puede retener la causa y el efecto, así como la brújula moral de los personajes. Su obsesión por su esposa fallecida atraviesa toda la narración. Aquí, Nolan se destaca de sus colegas de Hollywood al separar el pensamiento racional del sentimiento, incluso enfrentándolos. Por eso, en Inception, el protagonista viaja a través de los sueños, volviendo constantemente a las dolorosas experiencias emocionales con su amada, que una y otra vez perturba e influye en el progreso de sus misiones. En última instancia, el tema de la película se desplaza de la invasión onírica al anhelo por su mujer y su familia. Por eso, en la segunda mitad de Interstelar, la búsqueda científica de un planeta habitable se sustituye por una emotiva fábula de un padre y una hija separados por el tiempo y el espacio.

Para algunos críticos, las obras de Nolan resuenan con un tema eterno: la vuelta a casa. Los personajes separados de "casa", encuentran consuelo en el abrazo de sus parejas, padres, hijas, o de su tierra natal. Y esta estructura narrativa no lineal, ampliamente exagerada, refuerza incluso el patriotismo de los soldados, que vuelven sobre sus pasos hacia las costas francesas, tras su fallida batalla en Dunkerque. Mientras tanto, también puede contraerse en un dispositivo narrativo estrictamente técnico, al servicio de la invención de una nueva forma cinematográfica, como en Tenet.

En sus películas anteriores, la narrativa no lineal suele combinarse con el valor de entretenimiento de las películas comerciales. Esto último hace que la narrativa experimental de Nolan sea fácilmente aceptada por el público. El más destacado es probablemente "El juego mental de Nolan": la inversión y fragmentación de la línea temporal hacen que la resolución de puzles sea la parte más atractiva de sus películas. Su reputación como director comercial de primer orden, en gran medida, se construyó sobre tales paroxismos orientados al entretenimiento.

Sin embargo, Oppenheimer rechaza esta combinación de fondo y forma: ya se trate del papel protagonista en el desarrollo de armas nucleares o de la persecución a la que se enfrentó durante la era McCarthy, se adentran en un terreno sombrío. Las tramas entrelazadas giran en torno a la apasionada dedicación de Oppenheimer como científico y su postura antibelicista como pacifista. Sus experiencias están ligadas a su investigación científica y a sus opiniones políticas, contenidos de excepcional gravedad y peso. En estas circunstancias, las rupturas narrativas y las frecuencias de montaje de alta velocidad suponen un reto importante para la asimilación de la historia y sus personajes por parte del público.

En una entrevista, le preguntaron si volvería a dirigir otra película de superhéroes. Su respuesta fue contundente: NO. La trilogía de Batman consolidó su reputación como director de primera en Hollywood, pero también le pasó factura en su autonomía creativa. Desde entonces, siempre ha tenido un fuerte deseo de liberarse de las limitaciones del entretenimiento en el ámbito del cine comercial y explorar temas serios. Dunkerque fue su primer intento en este sentido, mientras que Oppenheimer fue más allá. Como ya he mencionado, el núcleo de la película reside en enhebrar todas las tramas dispersas con las reflexiones más íntimas de Oppenheimer. Con una profundidad emocional que abarca los conflictos del pensamiento racional, traza un retrato conciso, pero emocionalmente rico, de Oppenheimer.

Desde este punto de vista, Nolan emerge como uno de los directores de Hollywood más audaces. Se aventura a presentar la gravedad del contenido, atreviéndose a enfrentarse al escepticismo del público en general. De hecho, hay quien se siente abrumado por el desorden temporal de la película y el diluvio de detalles. Sin embargo, el director rebosa interés y convicción a la hora de dar forma a una figura tan clave en el punto de inflexión de la historia de la humanidad. De alguna manera, puede que esta película no ocupe su lugar en el panteón del cine biográfico junto a títulos como Patton: El guerrero rebelde, Lawrence de Arabia o Amadeus. Aunque Nolan aspira a captar la presión que soportó un científico humanitario durante la era McCarthy, es posible que su perspectiva no pueda ahondar en las profundidades de un maestro intelectual. Hasta cierto punto, es probable que no consiga enlazarla con un debate profundo sobre los valores sociopolíticos, quedándose sólo en los altibajos emocionales personales. No obstante, el mérito reside en su esfuerzo por transmitir una narrativa polémica, envuelta en una forma puramente cinematográfica que quizá no resulte demasiado atractiva para el público... En una época en la que el cine está dominado por los trucos cursis y la violencia catártica, la apuesta de Nolan por redefinir el cine comercial es un esfuerzo digno de mención.

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