Lo sublime en La Sirenita (2023)

Hola peliplatters! Nuevamente me reporto para escribir un artículo sobre citas, referencias y mamushkas de significados visuales dentro del cine. Además, voy a usar la excusa del concurso mid-season 2023 para hablar de una de las pelis más anticipadas y taquilleras en lo que va del año: el live action de La Sirenita dirigido por Rob Marshall. En la categoría de peli anticipada y taquillera podrían haber entrado perfectamente Barbie u Oppenheimer pero de esas ya se ha hablado mucho y no me gustaría caer en repeticiones.

Ahora bien, por más que los live-action no sean ni de cerca mi género favorito, entiendo que representan una oportunidad de cambiarle la visualidad y agregarle nuevas capas de sentido a un producto ya conocido por el público, y es en esa decisión donde recae la estética de todo el film.

La Sirenita en su versión animada ya califica como clásico y su paleta de colores, su banda sonora y la personalidad de sus personajes ya forman parte del imaginario popular de prácticamente todo el mundo. Pero, ¿cómo se puede trabajar nuevamente con ese universo sin hacer un copy paste de la original? Situando toda la trama en un momento histórico que se condice con las emociones que presentan sus protagonistas. En este caso: el sujeto romántico de principios de Siglo XIX.

¿Qué fue el romanticismo? Un movimiento pictórico que se originó de manera paralela tanto en Alemania como en el Reino Unido. El arte, al igual que cualquier otra forma de expresión humana, es cíclico. Luego de un período de racionalidad, calma y mesura propio del neoclasicismo que devino después de la revolución francesa, llegó una oleada de tormentas y emociones propias de sujetos en busca de lo irracional. El mundo ya no es ni sereno ni intelectual. Está lleno de sentimientos y subjetividades, y eso se traduce en su visualidad.

Las producciones románticas están muy asociadas a las fuerzas de la naturaleza, las tormentas, la categoría de lo sublime en la filosofía de Kant (contemporáneo a estos muchachos) y el gusto por la pintura de paisajes. Se caracterizaron por la apreciación subjetiva de la naturaleza, la contemplación de un mundo que ya no comprenden y donde el yo forma parte indisociable de su cosmovisión. Un mundo nuevo que los abrumaba mientras se abrían paso hacia la modernidad industrial.

El romanticismo fue la tormenta después de la calma, y en esta película si hay algo que no faltan son tormentas. Allí lo pintoresco y lo sublime jugaron un rol fundamental. Pero también fue importante la noción de exotismo, el gusto por lo desconocido. El sujeto romántico debe viajar, ahí está la clave dentro de la nueva representación del príncipe Eric.

Su preocupación principal es lograr el cruce de culturas, en esta nueva versión se explica cómo fue un grave error no entenderse entre los pueblos terrestres y marinos para convivir en paz. En la versión animada simplemente normalizan que haya sirenas rodeando un barco de bodas al final de la película.

Podría seguir enumerando ejemplos pero no quiero pecar de monotemática ni abrumarles con mucha información. Solo resta decir: aguante Eric y aguante el cine siendo la forma de arte más completa y abarcativa de todas. Hasta la próxima 🤍

Ani.