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'Bardo' fue la respuesta definitiva a Hollywood de Alejandro G. Iñárritu

POR JERÓNIMO CASCO

15 DE AGOSTO, 17.05 PM | UTC-GMT -3

BARDO FUE LA RESPUESTA DEFINITIVA A HOLLYWOOD DE ALEJANDRO G. IÑÁRRITU

Alejandro González Iñárritu, o mejor conocido como Alejandro G. Iñárritu para muchas personas forjó a través de estos últimos 20 años una relación con Hollywood bastante particular.

Tras un debut soñado en el año 2000 con la espectacular y apasionada Amores Perros en tierra mexicana, la visión del realizador fue captada por Hollywood para tres años más tarde estrenar una historia que planteaba temas y una estructura narrativa bastante similar a su ópera prima, la depresiva pero aún así efectivamente emotiva '21 Gramos'.

Su manera de hacer cine se extendería con obras como ‘Babel’ (2006), una cinta que recorre distintas vidas y relaciones humanas que se van interconectando por medio de diferentes culturas y países. Y en el año 2010 se adentraría sutilmente en el terreno del surrealismo y la fantasía con la historia de Uxbal (Javier Bardem) en ‘Biutiful’ (2010), una película sobre un hombre que puede ver a los muertos mientras lidia con una enfermedad que lo está matando lentamente.

Javier Bardem e Iñárritu en el set de Biutiful

¿Por qué es tan importante entender el contexto de estas primeras obras de Iñárritu?

Porque a partir de esa película su forma de ver y hacer cine se tornaría más como una suerte de respuesta a la tierra que lo hizo conocer mundialmente pero que también le generó confusión, y que no todo era color de rosas en tierras yankees.

Pero también es importante porque nos habla de la confianza que fue tomando el director con el paso del tiempo, y cómo sus ideas más descabelladas fueron tomando forma. Dicen que todo es una cuestión de presupuesto en el cine: cuanto más ambiciosa sea la idea, más dinero tienes que tener para llevarla a cabo. Puede que en parte sea cierto, pero si hay algo que nos enseño el cine independiente es la capacidad para poder, a partir de presupuestos ajustadísimos, traer a la pantalla ideas maravillosas.

¿Cuál fue su mejor idea?

Contratar a un actor como Michael Keaton, que si bien era mundialmente conocido por interpretar dos veces a Batman en las icónicas versiones de Tim Burton, no había tenido la mejor de las carreras, dándole el papel de Riggan Thomson, un actor que había sido olvidado, encasillado por su papel de Birdman hace muchos años y que quería volver a estar en la gloria.

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Una de las mejores decisiones que tuvo Iñárritu sin duda, ya que 'Birdman' fue un exito arrollador en todos los sentidos, devolviéndole a la figura de Keaton la fama que supo tener y posicionando al propio director como alguien con el talento necesario para involucrarse en cualquier proyecto. No sería hasta el año siguiente en una ráfaga de Premios Oscar a Mejor Director en dos años consecutivos gracias a su trabajo en ‘The Revenant’ (El Renacido, 2015) que llegaría la consagración absoluta.

Michael Keaton en Birdman

Tanto Birdman como Bardo, su última película son dos respuestas a un Hollywood que la mayoría desconoce pero que cintas como éstas ponen desde una perspectiva ácida y elocuente qué significa realmente pertenecer a una maquinaria tan grande como lo es la Meca del Cine.

Bardo supuso el despliegue más imaginativo y personal del director en su carrera. Una película con constantes metáforas que pueden ayudar a confundir al espectador tal vez más de lo debido, pero que en su consistente formato de protesta social y política nos entrega una experiencia que sobrepasa las barreras del realismo para sumergirnos en un viaje onírico y demencial a la mente de un documentalista mexicano (impresionante Daniel Giménez Cacho como Silverio) que está en conflicto consigo mismo por sentirse, tanto influenciado por la gente como por él mismo, un traidor a su patria.

Claramente estamos ante el manifiesto de un director que tras una primer e impresionante película, fue seducido por las tierras al norte para brindarles todo su talento. Obviamente esto fue algo mutuo, ya que el cineasta jamás se rindió ante lo que él quiso contar y de qué manera contarlo, sino que más bien esta especie de frustración fue construida con los años, y con la necesidad de reconectar con su tierra patria.

Daniel Giménez Cacho en Bardo

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